- Aparte de electricista, ¿tenía usted algún otro trabajo antes de irse de Jamaica?
- Solía entretener, cantando.
- ¿Era usted un cantante profesional?
- No, señor, solo un aficionado.
En agosto de 1966, un joven Bob Marley se sentó en Philadelphia frente a un investigador del Departamento de Justicia de Estados Unidos. Faltaban pocos días para que el Gobierno estadounidense lo expulsara del país. Marley había llegado unos meses antes para reunirse allí con su madre y limpiar suelos en un hotel, harto de la miseria en Jamaica y de una carrera musical que no acababa de despegar.
Ese interrogatorio marcaría para siempre la vida de Marley y de la música del siglo XX: al ser obligado a regresar a su país, el joven artista se centraría de nuevo en su carrera y en menos de una década alcanzaría el estrellato en todo el mundo.
La entrevista forma parte del centenar de folios de documentación que el Gobierno estadounidense guardaba sobre Bob Marley y que han salido ahora a la luz. Los archivos también incluyen fotos del artista antes de ser famoso -probablemente, las de mejor calidad que existen de esa época- e ilustran las dificultades de un tiempo en que Marley ni siquiera imaginaba la fama mundial que le aguardaba.
Los documentos fueron obtenidos en 1981, poco después de la muerte de Marley, mediante una petición de acceso a la información pública. Durante 40 años habían pasado desapercibidos hasta que los encontró recientemente John Dubois, un historiador aficionado al reggae. Desde principios de año, los papeles han circulado dentro de foros de aficionados al género y próximamente serán incluidos en el museo dedicado al cantante, situado en su antiguo domicilio de Kingston, la capital de Jamaica.
La documentación también pone en tela de juicio la fecha real de nacimiento del icono del reggae. Mientras todas las biografías la situaban en el 6 de febrero de 1945, las respuestas del propio Marley y sus documentos demuestran que nació dos meses después, el 6 de abril de 1945.
Un viaje para salir de la pobreza
El día de ese interrogatorio, Marley ya era un cantante reconocido en Jamaica. El problema era que su música apenas le daba para vivir. Tres años antes había fundado el grupo The Wailers, junto a Peter Tosh y Bunny Livingstone, y ya tenía publicadas hasta 70 canciones grabadas en el mítico Studio One de Kingston para el productor Coxsone Dodd.
Las condiciones del acuerdo con este productor, sin embargo, eran paupérrimas y ni siquiera le daban para subsistir de su arte. Marley, que compaginaba su carrera musical con el empleo de electricista, decidió abandonar su país y probar suerte con el llamado sueño americano.
Un 20 de enero de 1966, un joven Bob Marley aterrizaba en Miami. Tenía 20 años y su lugar de destino era la localidad de Wilmington, en el Estado de Delaware, situado en la costa Este del país. Ahí residía Cedella, su madre, casada en 1963 con un americano tras separarse del padre biológico de Marley, un ingeniero británico que trabajaba como supervisor en una plantación en Jamaica.
Marley dejaba atrás en su país a su novia Rita, que se convertiría posteriormente en su mujer. Abandonaba también su carrera musical y su trabajo de electricista. Preguntado en el interrogatorio si tenía pensado seguir grabando canciones a su llegada a EU.UU., Marley respondió taxativo que esa no era su intención.
Pocos días después de llegar a Wilmington, Marley empezó a buscar trabajo como soldador de productos electrónicos. En Jamaica había recibido una formación de dos años en esta materia tras acabar la escolarización, pero en todos los lugares era rechazado por falta de aptitudes, según contó el propio artista a los funcionarios estadounidenses.
Finalmente encontró empleo como limpiador y portero en el hotel Dupont de Wilmington. De 7 de la mañana a 4 de la tarde, cinco días a la semana, la futura leyenda del reggae se encargaba de mantener limpio el hospedaje. “Mis deberes son aspirar los suelos y las tareas domésticas en general”, respondería durante el interrogatorio. “Lavar las paredes, los espejos, las lámparas…”
Un embrollo burocrático que acabó en deportación
Al tener su madre permiso de residencia y estar casada con un estadounidense, a Marley se le permitía residir y trabajar en EE.UU. Un embrollo burocrático y el desconocimiento de la normativa por parte del cantante, sin embargo, desembocaría en su expulsión del país a los pocos meses de llegar.
Para Marley no era sencillo haber dejado a su pareja en Jamaica después de dos años de relación. Pocos meses antes del viaje, además, habían perdido el que iba a ser su primer hijo. Apenas unas semanas después de llegar a EE.UU., Marley regresó a Jamaica en un viaje fugaz para casarse con su novia e intentar sacarla a ella también de la isla caribeña.
“Ella estaba embarazada y perdió al bebé, así que lo mejor que podía hacer era casarme con ella e intentar traerla a Estados Unidos”, declaró el cantante durante el interrogatorio con el Departamento de Justicia.
El problema era que, para poder residir en EE.UU, Marley había asegurado al Gobierno americano que no estaba casado ni pretendía casarse. Firmó un documento en el que asumía que, de contraer matrimonio, perdería su derecho a residir en Delaware. “Bueno, en ese momento, señor, no entendí lo que decía en el formulario”, respondió el cantante cuando se le preguntó por su matrimonio.
Pocas semanas después de ese interrogatorio, Marley fue expulsado de EE.UU. Regresaría entonces a Jamaica para centrarse en su música. Al cabo de pocos años se aliaría con el productor Lee ‘Scratch’ Perry para grabar algunos de sus hits que posteriormente darían la vuelta al mundo como Small Axe, My Cup o Sun is Shining.
En 1971, cinco años después de ser expulsado de EE.UU. ,Marley creó su propio sello Tuff Gong. Al poco tiempo, en 1973, firmó con el sello británico Island Records y fue lanzado al estrellato mundial con el álbum ‘Catch a Fire’, que supuso su conversión en prácticamente un artista pop y un icono mundial.
Ya famoso en todo el mundo, Marley regresaría de nuevo a EE.UU en 1977 para operarse de un incipiente cáncer de piel. Fue expulsado otra vez por un nuevo lío burocrático con su visado, según figura en la documentación de la Casa Blanca.
En 1981 volvió de nuevo a Miami, ya con un estado de salud muy deteriorado. El cáncer se le había extendido por los pulmones, el cerebro y el hígado. La leyenda del reggae moriría en el hospital el 11 de mayo de ese año. Tenía solo 36 años.