La CUP presentará una enmienda a la totalidad al proyecto de presupuestos de la Generalitat de Catalunya presentado por el Govern para el 2016. Las desavenencias con las cuentas que ha desgranado esta semana el consejero de Economía, Oriol Junqueras, tomarán la forma de enmienda a la totalidad en la próxima votación parlamentaria. Así lo han decidido el Consejo Político y el Grupo de Acción Parlamentaria de la CUP en una asamblea este sábado, a la espera de que Junts pel Sí ceda a algunas de sus demandas.
“La propuesta del Govern no incluye ninguna o casi ninguna de las demandas de la CUP, y por eso hoy hemos decidido que necesitamos más tiempo para negociar una propuesta más completa”, ha argumentado la diputada Eulàlia Reguant, que ha insistido en que esta decisión es un punto de partida y no un punto final en la negociación. “Los presupuestos que la CUP podría votar favorablemente deben plantear una desobediencia clara y frontal en relación a las imposiciones del Estado español”, ha concretado Reguant, haciendo referencia, por ejemplo, a desobedecer los topes del déficit o la suspensión de algunas leyes catalanas por parte del Tribunal Constitucional.
También espera la CUP más contundencia en la revisión de los recortes sociales de los últimos años. No consideran suficientes unas cuentas en las que las partidas de Salud y Educación, los pilares del gasto social, crecen por debajo del resto. Esto teniendo en cuenta que el volumen de gasto en este ámbito sigue siendo un 7% inferior al de 2010.
La de la CUP no será la única enmienda a la totalidad al proyecto de presupuestos: todos los grupos de la oposición tramitarán una.
Las medidas que distancian la CUP de Junts pel Sí
“Compleja” y “apasionante”. Con estos adjetivos definía Junqueras la negociación que se abría el martes con la CUP para conseguir su apoyo a un proyecto de presupuestos que prevé aumentar en 875 millones el gasto social. Las cuentas superan el plan de choque pactado entre ambas formaciones durante la investidura, pero aún están lejos de las exigencias de la CUP.
El proyecto de Junqueras no prevé la “desobediencia” reclamada por los anticapitalistas a los límites del déficit fijados por el Ministerio de Hacienda. Una insumisión que también querrían aplicar a algunos de los impuestos suspendidos por el Constitucional, como el de depósitos bancarios o el de la producción de energía de origen nuclear. Pero Economía no los ha incluido en las cuentas. Sí ha incorporado, en cambio, los impuestos sobre los pisos vacíos y sobre las operadoras de internet, también suspendidos por el Alto Tribunal.
Otras desavenencias entre los dos grupos son el hecho de que no se modifique la fiscalidad para hacerla más progresiva o que no se mencione la polémica e histórica privatización de Aigües Ter-Llobregat.