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Sobre este blog

Este blog pretende servir de punto de encuentro entre el periodismo y los viajes. Diario de Viajes intenta enriquecer la visión del mundo a través de los periodistas que lo recorren y que trazan un relato vivo de gentes y territorios, alejado de los convencionalismos. El viaje como oportunidad, sensación y experiencia enlaza con la curiosidad y la voluntad de comprender y narrar la realidad innatas al periodismo.

Berlín, de las cenizas a la posmodernidad

La puerta de Brandenburgo fue reconstruida tras la Segunda Gran Guerra.

Pablo Suárez

Berlín es una ciudad para todos. Todo lo que busques se encuentra ahí. ¿Quieres saber más sobre historia contemporánea del mundo? Berlín. ¿Eres un apasionado de la arquitectura? Berlín. ¿Te interesa el arte de vanguardia? Berlín. La respuesta es siempre Berlín. De sus cenizas y miserias tras la Segunda Guerra Mundial ha sabido resurgir más bella que nunca. Tras la persecución y la muerte se ha convertido en una de las urbes más acogedoras y cosmopolitas de Europa. Y es que la capital de Alemania ha vivido rápido en el último siglo, pero más allá de morir joven y dejar un bonito cadáver, esta ciudad se ha empeñado en no dejar de mirar al futuro.

Acabada la guerra, Berlín se encontraba reducido a escombros. Los bombardeos aliados hicieron mella en su población y en su patrimonio cultural. Además, de la noche a la mañana, sus ciudadanos se despertaron con una ciudad dividida y repartida entre cuatro superpotencias extranjeras. A partir de los años 60 la relación entre los dos bloques hegemónicos – Estados Unidos y la Unión Soviética- sufrió una escalada de tensión culminada en la construcción del muro que dividiría la ciudad hasta noviembre de 1989. Esta situación propició el desarrollo de dos mundos paralelos y antagónicos durante casi 30 años que tras su reunificación ha dejado para nuestro disfrute el Berlín que hoy conocemos. Esta capital plagada de contrastes y que ha exprimido su memoria histórica de la mejor manera hasta sacarle todo su jugo.

Dos ciudades en una

De este contraste destaca sobre todo el hecho de que existen dos centros de ciudad en Berlín. Alexander Platz en el este y Postdamer Platz en el oeste. La zona este fue reconstruida con un estilo racionalista, muy propio del modelo comunista, con grandes avenidas y enormes edificios de viviendas funcionales pero majestuosas a la vez. Su máximo exponente es la gran avenida de Karl Marx. Por el contrario, en la zona oeste predominan edificios de más altura y más estrechos, propiciando una menor ocupación de suelo por cada edificio. También es donde se encuentran mayor número de edificios acristalados y de oficinas, de corte más actual y donde se sitúan las sedes de numerosas empresas multinacionales.

Berlín ha propuesto la máxima de no olvidar para no repetir. Una constante en la ciudad son las esculturas, carteles y construcciones conmemorativas que recuerdan y en muchas ocasiones homenajean sin rencor hechos históricos trascendentales. Claro ejemplo de estos son el Memorial del Holocausto judío o el Treptower Park construido en 1949 para homenajear a los soldados soviéticos que liberaron la capital y que aún se conserva en perfectas condiciones. Otro ejemplo clave de la reparación y honra a las víctimas del nazismo es el Campo de Concentración de Schachsenhausen, sito a las afueras de la ciudad, y que se ha convertido en un museo de sitio imprescindible para entender la magnitud que alcanzó la locura nacional-socialista.

Además, existen multitud de interesantes pequeños museos como el de la República Democrática Alemana (DDR), el museo de la Stasi –policía secreta de la DDR-, el museo Judío, el Museo de la Topografía del Terror o el simpático museo Trabi World, que muestra la historia del automóvil fabricado en la zona comunista y que se ha convertido en un icono de la ciudad actual hasta tal punto que se organizan visitas turísticas por sus barrios a bordo de estos coches.

Ciudad europea del arte moderno

Otro ejemplo de como en Berlín se conjuga a la perfección pasado y presente es la utilización que se hace del famoso muro como soporte de obras de arte moderno. Su máxima expresión se encuentra en la conocida como East Side Gallery, situada a orillas del río Spree que atraviesa la ciudad. Se trata de la galería de arte al aire libre de mayor longitud a nivel mundial y en ella se encuentran obras de, entre muchos, Dmitri Vrubel, Karsten Thomas o Bodo Sterling.

Pero la East Side Gallery es solo un ejemplo de las más de 450 galerías que hacen de Berlín la vanguardia del arte moderno en Europa. A esto hay que añadirle alrededor de 200 salas no comerciales y alternativas que realizan regularmente exposiciones de artistas amateurs llegados de todos los rincones del mundo. No es de extrañar que artistas de la talla de Daniel Richter o Ai Weiwei hayan encontrado en Berlín el lugar idóneo para vivir y desarrollar su creatividad.

Entre estas salas destacan la Deutsche Bank KunstHalle, Kunstraum Kreuzberg/Bethanien, Michael Fuchs Galerie o Neuer Berliner Kunstverein. Además, para los aficionados y los coleccionistas, una vez al año desde 2004, se celebra la Gallery Weekend Berlín, donde participan más de medio centenar de galerías de toda la ciudad. Durante un fin de semana se organizan exposiciones y ventas de manera simultánea por toda la ciudad. Durante estos trece años de existencia su éxito no para de crecer y su modelo ya ha sido imitado por otras ciudades del mundo.

Segunda mano y diseños únicos

La modernidad de los berlineses no se manifiesta únicamente a través de la utilización del arte y la historia. Se podría decir que Berlín es una ciudad hípster mucho antes de que este movimiento urbano se diera a conocer formalmente. Quizá por la influencia del comunismo y la guerra fría, en esta ciudad desde hace años se ha tejido una red de tiendas de segunda mano y grandes mercadillos de ropa y utensilios reutilizados por toda la ciudad. Entre las tiendas destacan Garage y Made in Berlín, donde se pueden encontrar a la venta las míticas parcas del ejército alemán y muchos otros artículos que harían las delicias de más de un moderno.

Capítulo aparte merecen los grandes mercados que se formas los domingos en prácticamente cada barrio de la ciudad. Entre todos ellos destaca Flohmarkt am Mauerpark, situado en el barrio de Prenzlauer Berg. Es tal vez el de mayor tamaño y tiene una afluencia muy importante. Entre sus puestos se ve a todo tipo de personas avanzando entre la multitud. Desde punkis o hippies hasta familias paseando a sus hijos de la mano, pasando por gente adinerada que busca ese diseño exclusivo que no se encuentra en otra parte del mundo. Son cientos de paradas que ofrecen música, libros, juguetes, ropa, mobiliario, comida, artículos de anticuario, artesanías e innumerables cosas más. Sin duda uno de los mejores planes que se puede hacer si viajas un fin de semana a esta ciudad, donde todos tenemos un lugar.

Vueling vuela a Berlín desde Barcelona.

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