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Niños refugiados en Europa

Oriol Puig

Barcelona —

Unos 250 millones de niños viven en zonas del mundo afectadas por la guerra y los conflictos armados, según un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). En cualquier emergencia por desastre natural o por conflicto armado los niños son los que están expuestos a peligros mayores. La evidencia es clara: en 2015, 98 millones de personas sufrieron las consecuencias de los desastres naturales, 37 millones de niños se han quedado fuera de la escuela en los países afectados por conflictos y uno de cada 200 es un refugiado. Los niños son las víctimas más indefensas y sufren consecuencias devastadoras como la desnutrición, la violencia y la falta de acceso a servicios básicos de salud, de educación y de protección.

El documental Un Hogar en el mundo aborda este y otros temas. Sorprende por su realismo sobrecogedor y consigue que nos pongamos en la piel de los niños que se han visto obligados a abandonar sus hogares debido a la inseguridad de la guerra. Magomed es un niño refugiado checheno. Desde un rincón del patio observa en silencio como sus compañeros de clase se pelean por un balón. Ali viene de Afganistán, de donde huyó en 2008. De noche tiene pesadillas donde cinco hombres con cuchillos hieren a su padre. Ellos y sus amigos pasan los días soñando en el momento en que sus familias obtendrán el permiso de residencia. Mientras tanto, juegan, hacen manualidades y aprenden a argumentar, al igual que hacen los niños en cualquier otra escuela. La diferencia es que ellos han vivido situaciones límite y conviven con recuerdos dolorosos. Muchos de ellos, como Ali, Magomed, Heda o Amel han huido de países en conflicto. Los educadores luchan cada día para que estos niños saquen lo mejor de ellos mismos y tengan las herramientas para construir un nuevo lugar en el mundo donde sentirse como en casa.

En el mismo informe publicado por Unicef se cifra en 50 millones el número de niños que se ven obligados a vivir lejos de su lugar de origen, de los cuales más de la mitad han huido escapando de la violencia. Entre 2005 y 2015 la cifra de niños refugiados se duplicó y a día de hoy se estima una cantidad de 31 millones de menores que viven fuera de sus países de origen, incluyendo 11 millones refugiados y solicitantes de asilo. Un Hogar el Mundo entra dentro de una de las escuelas de la Cruz Roja (Lynge, Dinamarca) creadas para acoger a estos niños en su llegada al nuevo país de acogida. Un espacio donde 120 niños cada año aprenden el funcionamiento básico de la sociedad que a partir de ahora será su nuevo hogar, mientras el gobierno danés revisa sus casos de solicitud de asilo y antes de escolarizarlos, si todo va bien, en un centro público del país.

El trayecto de una persona refugiada hacia Europa es sólo una parte del largo camino que debe recorrer. Cuando llegan, grandes y pequeños, llevan una mochila llena de recuerdos traumáticos. Aquí comienza otra odisea, más emocional que física. Cómo se gestiona la acogida de las personas refugiadas? Hay que hablar del trabajo psicológico y terapéutico que las personas recién llegadas necesitan, sobre todo los más pequeños, incapaces de expresar abiertamente lo que sienten. Que estos niños crezcan sin rabia ni rencor mantendrá un pequeño resquicio de esperanza para poder construir un futuro mejor de cara las próximas generaciones. El documental ha recibido desde su estreno numerosas distinciones, entre ellas el Premio a Mejor medio metraje en el festival IDFA de Holanda o la nominación a Mejor Documental de la Danish Film Critics de Dinamarca. La cinta, como siempre, se podrá ver en las mejores salas de Barcelona donde apuestan por un género lleno de posibilidades.

Unos 250 millones de niños viven en zonas del mundo afectadas por la guerra y los conflictos armados, según un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). En cualquier emergencia por desastre natural o por conflicto armado los niños son los que están expuestos a peligros mayores. La evidencia es clara: en 2015, 98 millones de personas sufrieron las consecuencias de los desastres naturales, 37 millones de niños se han quedado fuera de la escuela en los países afectados por conflictos y uno de cada 200 es un refugiado. Los niños son las víctimas más indefensas y sufren consecuencias devastadoras como la desnutrición, la violencia y la falta de acceso a servicios básicos de salud, de educación y de protección.

El documental Un Hogar en el mundo aborda este y otros temas. Sorprende por su realismo sobrecogedor y consigue que nos pongamos en la piel de los niños que se han visto obligados a abandonar sus hogares debido a la inseguridad de la guerra. Magomed es un niño refugiado checheno. Desde un rincón del patio observa en silencio como sus compañeros de clase se pelean por un balón. Ali viene de Afganistán, de donde huyó en 2008. De noche tiene pesadillas donde cinco hombres con cuchillos hieren a su padre. Ellos y sus amigos pasan los días soñando en el momento en que sus familias obtendrán el permiso de residencia. Mientras tanto, juegan, hacen manualidades y aprenden a argumentar, al igual que hacen los niños en cualquier otra escuela. La diferencia es que ellos han vivido situaciones límite y conviven con recuerdos dolorosos. Muchos de ellos, como Ali, Magomed, Heda o Amel han huido de países en conflicto. Los educadores luchan cada día para que estos niños saquen lo mejor de ellos mismos y tengan las herramientas para construir un nuevo lugar en el mundo donde sentirse como en casa.