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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

La energética pública de Catalunya busca invertir en renovables y lograr el autoconsumo en la Generalitat

La nueva empresa pública de energía de Catalunya ha empezado a dar sus primeros pasos. Desde que el president Pere Aragonès anunció la creación de L’Energètica desde Nueva York, el pasado septiembre, se conocían las líneas estratégicas del proyecto, que se centrará en la inversión en renovables y el autoconsumo en la Administración, pero poco a poco se van desvelando más detalles. Entre ellos, que está en negociaciones para participar en los nuevos parques fotovoltaicos ya autorizados en Catalunya y que prevé aumentar solamente este año en torno a un 50% la potencia instalada en los tejados de los edificios de la Generalitat. 

Dirigida por Dani Pérez, exdirectivo de Holaluz, la empresa pública no tiene todavía sede física, pero sí cuenta ya con 30 empleados. Además, ha aprobado la creación de un Consejo Asesor, presidido por la economista Mar Reguant, y en el que figuran Pedro Fresco, exdirector general de Transición Energética de la Comunitat Valenciana; Carme Garcia, exalcaldesa de Rubí y experta en planes energéticos municipales, Joan Herrera, exdiputado de ICV y ex director del Instituto de Diversificación y Ahorro Energético (IDAE) y otros dieciséis nombres. 

L’Energètica es la segunda empresa pública de estas características que impulsa un gobierno autonómico, después de la creada en Balears, y se suma también a comercializadoras que han puesto en marcha ayuntamientos como el de Barcelona o más recientemente Reus, en Tarragona. En su caso, sin embargo, no venderá electricidad a particulares, sino que se centrará en fomentar la generación de energía verde y comercializará solo a la propia Administración. “Catalunya no está precisamente al frente de las renovables en Europa, y nosotros podemos ayudar a aumentar la potencia instalada”, expresa su director, Dani Pérez.

“En el resto de Europa es normal que los países tengan sus propias energéticas públicas, la anomalía es lo que ocurre en España”, asegura.

Negociando con una cuarentena de parques

Una de sus primeras y palpables acciones en cuanto a inversiones en proyectos renovables ha sido adquirir las participaciones en dos parques eólicos de otra empresa pública de la Generalitat, Avançsa. Se trata de los de Pebesa y Trucafort, ambos en la provincia de Tarragona y que suman 33 MW. 

A partir de ahí, Pérez ha explicado que están en conversaciones con los promotores de los más de 40 parques fotovoltaicos ya autorizados en Catalunya para adquirir participaciones (hay otros 450 a la cola). Para ello, ha dicho, tendrán en cuenta su rentabilidad económica, pero también otros criterios sociales, territoriales o ambientales. En estos momentos, la mayoría de los proyectos que gozan de luz verde son pequeños, de menos de 5MW. 

En este sentido, el CEO de L’ Energètica ha explicado que mantiene reuniones casi cada día con alcaldes de toda Catalunya y que uno de sus objetivos deberá ser hacer aflorar huertos fotovoltaicos o eólicos locales. “Nosotros tenemos el presupuesto y el conocimiento técnico que a ellos les pueda faltar”, señala. Y añade que para fomentar el crecimiento de proyectos de estas características apostarán por adquirir pequeñas participaciones en muchos de ellos. 

Otra pata de la empresa, aunque está será difícil que ofrezca resultados remarcables a corto y medio plazo, es el de asumir la gestión de las centrales hidroeléctricas de sus cuencas internas cuando finalicen las concesiones. El problema es que, salvo excepciones, el grueso de las 350 que hay acaban pasado 2060. La única que caduca pronto, en 2024, es la de Can Trinxet, en Sant Quirze de Besora. 

Hacia el autoconsumo de la Generalitat

L’Energètica nace también con el objetivo de que la Generalitat pueda autoabastecerse en materia de consumo energético antes de 2030. Según los estudios del Instituto Catalán de Energía (ICAEN), los equipamientos públicos tienen un potencial instalable mediante placas solares de 329 MW, aunque esto es sobre el papel y Pérez ha advertido que en probablemente la cifra sea inferior.

Sea como sea, y con una potencia instalada actual de alrededor de 20 MW (una cifra muy aproximada porque todavía se están recabando los datos), L’Energètica aspira a instalar este año entre 10 y 15 MW, más de un 50% de la capacidad actual. Del presupuesto total de la empresa, destinarán entre 15 y 20 millones a la instalación de fotovoltaica en tejados. Dada de alta también como comercializadora, L’Energètica suministrará a la Administración catalana tanto la electricidad que produzca en sus edificios como la que pueda comprar en el mercado, ambas a precio reducido. 

Ahora comenzará con el suministro a equipamientos que estrenen instalaciones, desde centros de salud a juzgados, y en 2024 prevé asumir 2.800 puntos que se licitan por contratación centralizada. Además, una novedad que plantea la firma pública es que el excedente que se pueda generar en alguno de sus inmuebles se entregará de forma gratuita a los vecinos de la zona –a dos kilómetros a la redonda– que estén en dificultades económicas. 

En cuanto a la comercialización, Pérez ha insistido en que se circunscribirá a la Administración catalana. A medio plazo, podrían abrirse a otras entidades públicas y ayuntamientos, pero lo que no está encima de la mesa es vender a particulares. Y esa es, de hecho, una de las principales críticas que ha recibido por parte de partidos como los comuns o la CUP, o de entidades por la soberanía energética, que consideran que le falta ambición.

En este sentido, Pérez ha recordado que una empresa pública tampoco puede tener más de un 20% de ingresos de privados. Y su capacidad para incidir en los precios sería igualmente muy reducida.