Los exconsellers de Cultura de la Generalitat Ferran Mascarell y Santi Vila, que pilotaron el departamento mientras Laura Borràs fue directora de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC), han negado este jueves haber conocido cualquier aviso sobre los contratos adjudicados al amigo de la líder de Junts. “Nadie me advirtió nunca de irregularidades”, ha zanjado Vila en una breve declaración.
Con el testimonio de los políticos que fueron los jefes de Borràs, su defensa ha buscado neutralizar el contundente testimonio que este miércoles prestaron funcionarios de la ILC, quienes avalaron el concierto entre la líder de Junts y su amigo para obtener los encargos y recordaron que advirtieron a Borràs de que no se podían fraccionar tantos contratos y que debía celebrarse un concurso público, tal y como también hizo la Intervención de la Generalitat.
Esos informes de la Intervención de la Generalitat forman parte del caso, si bien los exconsellers han dicho no recordarlos. La Intervención recordó a Borràs, tras analizar las adjudicaciones a Isaías H., que los contratos a dedo “no se pueden fraccionar” con el objetivo de disminuir su cuantía y no rebasar el límite de 18.000 euros que obligaba a realizar un concurso público.
Recomendó además la Intervención una “mayor planificación” de la contratación de los distintos servicios de la ILC para llevar a cabo “contrataciones agregadas” ante el riesgo de incumplir la normativa de fraccionamiento de contratos. La Fiscalía emplea, entre otros elementos, esos informes para pedir seis años de prisión y 21 de inhabilitación para Borràs.
Mascarell, que fue quien nombró a Borràs directora a la ILC en 2012, ha dicho “no tener constancia” de que los informes de la Intervención afearan el fraccionamiento de contratos. “Nadie nunca me advirtió de nada que fuera incorrecto”, ha insistido.
Sin referirse concretamente al objeto del juicio (los 18 contratos entregados a dedo por Borràs a Isaías H. por valor de 335.700 euros), el exconseller sí ha remarcado que era posible, con la normativa de la Generalitat en la mano, acudir a la contratación menor prescindiendo de un concurso.
“Se podía trabajar de la forma más eficiente para dar respuesta a las necesidades de cada momento”, ha abundado Mascarell, quien ha remarcado que “en función de las circunstancias” se podía esperar a que un trabajo informático de la Generalitat lo hicieran funcionarios o contratar a alguien externo.
Por su lado, el sucesor de Borràs al frente de la ILC, Oriol Ponsatí, ha recordado que la entidad no tiene capacidad para hacer muchos concursos públicos (de ahí que la mayoría de sus contratos sean menores) porque su presupuesto es “misérrimo” y por el tipo de servicios y actividades literarias que realiza. Ponsatí también ha negado que cualquier trabajador le advirtiera en su etapa de irregularidades en el pasado, cuando Borràs lideraba la ILC.
El exdecano de las letras catalanas Francesc Parcerisas, que participaba en las juntas de gobierno de la ILC que dirigía Borràs, ha seguido la misma línea que los exconsellers. “Que yo sepa, la Intervención nunca puso nunca ningún obstáculo”.
Más mossos y guardias
Antes de los políticos, ha proseguido el desfile de mossos d’esquadra y guardias civiles ante el tribunal. Con su testimonio, la defensa de Borràs busca cuestionar una de las pruebas clave del caso, los correos electrónicos obtenidos del ordenador de Isaías H. y que resultan comprometedores para Borràs, pues en ellos llega a describir el método de fraccionamiento de contratos.
Anular los correos es la gran baza de Borràs después de que tanto los otros dos acusados como los testigos hayan provocado daños en su línea de defensa. Para la Fiscalía, los correos son plenamente legales, pero para la defensa deben anularse porque se obtuvieron sin orden judicial concreta que lo habilitara y se rompió su cadena de custodia. Además, para la defensa la investigación es prospectiva, ya que los agentes investigaron a Borràs cuando ya era aforada sin solicitarlo al Tribunal Supremo.
Como ya hicieran sus compañeros este miércoles y el propio Isaías H. en su declaración, los mossos de este jueves han relatado que obtuvieron los correos electrónicos en el marco de unas pesquisas contra el informático por tráfico de drogas y que él mismo les ofreció acceder a su correo durante el registro.
Los guardias civiles han explicado que se hicieron cargo de la investigación después de que la jueza instructora echara a los Mossos d’Esquadra por la filtración de un registro. En algunos casos, han indicado los guardias, analizaron una copia del material obtenido por la policía catalana.
La defensa ha inquirido sobre si investigaron un “concierto” entre Borràs e Isaías H. para adjudicar los contratos, tal y como consta en los informes, ya que eso mostraría una investigación prospectiva, y si cuando lo hicieron sabían que la líder de Junts era aforada. Los agentes han explicado que sí lo sabían pero han remarcado que investigaron “hechos, no personas”.
Cerrada la sesión de este jueves, el juicio a Laura Borràs encara su recta final. La semana que viene se celebrarán las pruebas periciales y la líder de Junts podrá declarar y responder a las sucesivas incriminaciones que acusados y testigos han realizado contra ella. Después cada una de las partes expondrá sus respectivos informes finales y el juicio quedará visto para sentencia.