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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

“Los grupos independentistas quieren hacer caer al gobierno de Barcelona”

Jaume Collboni, en el ayuntamiento de Barcelona

Neus Tomàs

Las bases de Barcelona en Comú deciden esta semana a través de una consulta interna si rompen o no el acuerdo de gobernabilitad con el PSC. Si optan por la ruptura, Ada Colau deberá buscar nuevos socios para mantenerse en el ayuntamiento de la capital catalana. El segundo teniente de alcalde y dirigente socialista, Jaume Collboni, defiende que es un error sacrificar esta alianza por decisiones que superan el ámbito municipal y se pregunta por qué el partido de Colau está dispuesto a correr este riesgo sin saber con qué socio podrá seguir gobernando Barcelona.

Si hay alcaldes como el de Terrassa y el de Castellar del Vallès se han dado de baja del PSC por no compartir la estrategia de apoyo al artículo 155, parece incluso lógico que Ada Colau, que no es socialista, se pueda replantear su alianza con ustedes, ¿no?

También hay gobiernos de coalición con el PDeCAT, entre ellos el de Vilanova i la Geltrú o el de Vilassar de Mar, que no se han roto ni en el peor momento pese a que no compartimos las estrategias a nivel nacional. Hay que interpretar los movimientos en los municipios en clave de aritmética local o de presiones del entorno social sobre alcaldes y concejales que están trabajando en un escenario muy complicado.

¿A qué movimiento atribuye la decisión de Barcelona En Comú de someter a consulta su alianza con el PSC?

Eso es lo que me pregunto. ¿Cómo es posible que un gobierno que funciona bien, como reconoció hace unos días la alcaldesa, que está bien valorado, en el último sondeo con una nota de 6,4, y con un pacto que excluye explícitamente la política nacional, se esté planteando romper a 40 días de unas elecciones como las 21D?

Hacía referencia a las presiones sociales. ¿Puede ser ese el motivo que lleva a Colau a replantearse este pacto?

Lo que ha habido es una ofensiva por parte de PDeCAT y ERC en los dos últimos meses. Solo hace falta repasar las actas del plenario municipal para comprobarlo. Los grupos independentistas quieren hacer caer a este gobierno. Justamente por eso habría que reforzar la defensa de una ciudad y un gobierno que voluntariamente ha querido mantenerse al margen de la espiral del 'procesismo' para garantizar que la ciudad funcione y que este gobierno, que es de izquierdas, pueda resistir a la lógica de ese procesismo.

Usted lo habrá hablado cara a cara con la alcaldesa. ¿Es cierto que ella no es partidaria de romper?

Evidentemente si hoy el gobierno está en funcionamiento y ejerciendo con plena normalidad es porque no hay ninguna voluntad explícita de romper por parte de la alcaldesa. Porque si no ya estaría roto. Creo que lo que ha habido es una decisión interna de Barcelona en Comú, que yo tengo que respetar porque forma parte de la soberanía de otro partido, pero que considero inoportuna en un contexto de emociones contrapuestas. Y más pensando que este país el día 22 entrará en otra fase, en la que se entrará en una cierta normalidad institucional. ¿Tenemos que sacrificar el gobierno progresista que representa al catalanismo transversal para que el día 22 giremos la mirada y vemos que hemos pagado este precio? Creo que es un error.

Hago un llamamiento a mi partido y a Barcelona Comú para que valoren si vale la pena sacrificar un espacio que es un puente y que apunta a una solución que es la colaboración del centro catalanista.

Los adversarios del PSC le reprochan que se limite a calificar de desproporcionado el encarcelamiento de medio Govern. ¿Es solo eso, solo una medida desproporcionada?

Desde el punto de vista humano es un drama. Conozco personalmente a algunos de ellos y es un drama. Como medida cautelar coincido con muchos juristas que la consideran desproporcionado y fuera de lugar. Y es un error gravísimo desde el punto de vista político, y ya sé que evidentemente eso no corresponde a los jueces. Lo que no se nos puede pedir es renunciar a mis ideas, mis ideas y las siglas a las que represento. Si alguien me pide eso, de mí no lo va a obtener.

¿A quién se refiere?

Lo digo en general. Hoy mismo en les Masies de Voltegrà le han hecho una moción de censura a un alcalde del PSC. Le dijeron si quieres seguir de alcalde solo tienes que romper el carnet de tu partido. Evidentemente yo eso no lo voy a hacer.

¿Le molesta que se sitúe al PSC en el bloque de Ciudadanos y el PP?

Es que no lo está. No lo está excepto en la medida en que nosotros defendemos el Estado de Derecho, que es lo que defienden todos los estados europeos, y defendemos el no reconocimiento de la DUI y la república catalana. La polarización a la que estamos sometidos no la establezco entre independentistas y no independentistas sino entre los que defienden el Estado de Derecho y los que se lo han saltado. Hay independentistas como Santi Vila que sostienen que hay una vía legal para conseguirlo. Además, el gobierno progresista y catalanista de Barcelona tiene que servir también para decir que no nos resignamos a la política de bloques.

El famoso 'selfie' de Miquel Iceta con Inés Arrimadas y Xavier García Albiol no ayuda a romper esa imagen de bloques.

Somos todos mayorcitos para no hacer de una anécdota una categoría. Ya sé que en esta era de Twitter y de mensajes simples y poco contrastados hay anécdotas que despiertan más interés del que deberían tener. Lo importante es qué significa esa manifestación en términos políticos. Qué significa que por primera vez haya mucha gente de barrios de Barcelona como Nou Barris, Sant Andreu, Sant Martí o ciudades como L'Hospitalet o Cornellà vayan a una manifestación con banderas españolas a defender lo que debería darse por hecho, el Estado de Derecho y la Constitución.

En esa manifestación había toda esta gente que comenta y que son la inmensa mayoría de los asistentes. Pero al final cada vez un grupo muy minoritario ha acabado provocando incidentes. ¿Por qué pasa eso?

Es injusto intentar extrapolar el comportamiento de una minoría con comportamientos protofascistas que yo he condenado y condeno cuando muchas de esas personas que había eran de izquierdas, también incluso militantes del antifranquismo. Es verdad que hay sectores de la ultraderecha española, aquí y en Madrid, que aprovechan esta crisis institucional para sacar la cabeza.

El exsecretario general de Unió Ramon Espadaler será el número 3 de la lista del PSC¿Es una prueba de que estas elecciones, más que nunca, no van de derecha e izquierda?

El PSC aspira a representar el espacio del catalanismo moderado porque se ha quedado huérfano de representación política en el Parlament. Son 100.000 votos que se quedaron sin representación. El PSC tiene también la aspiración de representar a la izquierda no nacionalista. Son los dos espacios que el PSC quiere representar. El señor Espadaler forma parte de la candidatura pero no es miembro de nuestro partido. El programa electoral ha de ser un programa de izquierdas y federal, que es lo que siempre ha sido el PSC.

Pero reconocerá que Unió no era de izquierdas y sí era nacionalista.

Era el espacio catalanista no independentista y lo que hace el PSC es un gesto para que pueda estar representado en el Parlament.

Las bases de Barcelona en Comú votan hasta este viernes ¿Confía en acabar la semana como teniente alcalde de Barcelona?

No me planteo otro escenario que no sea el de la continuidad de este gobierno. Creo que sería un grave error pensando también en las elecciones del 2019. Sobre todo porque si el PSC acabase saliendo de esta coalición sería bueno saber con qué apoyos va a gobernar la señora Colau. ¿Con el PDeCAT del señor Trias? ¿Con ERC? ¿Para hacer qué? ¿Qué va a pasar con proyectos como el tranvía, las obras de Glòries o con los presupuestos? Los ciudadanos exigen claridad. Cuando interpelo a la alcaldesa Colau para que se pronuncie en favor de su propio gobierno pido una cosa obvia: que esté orgullosa de lo que estamos haciendo en la ciudad de Barcelona.

Si me permite la reflexión, yo que estuve muy cerca de los últimos meses del gobierno catalanista y de izquierdas, del tripartito, si alguna lección aprendimos fue que para tener credibilidad ante la ciudadanía es fundamental estar convencido de la fórmula que tiene tu gobierno y de lo que has hecho. El PSC no lo hizo. En cambio, sí lo hizo Iniciativa, y tuvo su recompensa electoral. Los electores no entienden que no defiendas tu obra de gobierno ni la fórmula que has adoptado para conseguirla. Yo sí estoy muy orgulloso de lo que estamos haciendo en Barcelona, en términos de política nacional estamos siendo un ejemplo a seguir y lo voy a defender hasta el final.

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