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Gobierno y Generalitat compartirán los gastos de traer barcos con agua a Barcelona si no remite la sequía

Pau Rodríguez

5 de febrero de 2024 12:41 h

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El Gobierno y la Generalitat han acordado repartirse el coste del abastecimiento de agua por mar a Barcelona en caso de que la sequía no remita en los próximos meses. El ministerio de Transición Ecológica asumirá el coste de producir el agua en la desaladora de Sagunt, en València, y el Departamento de Acción Climática catalán asumirá el gasto de fletar hasta dos barcos diarios hacia el Puerto de Barcelona.

Este ha sido uno de los acuerdos alcanzados por la ministra Teresa Ribera y el conseller David Mascort en la reunión que han mantenido en Barcelona este lunes, donde han pactado también acelerar las obras de una de las dos desaladoras previstas en Catalunya para futuras sequías, la del Foix, en Tarragona.

La propuesta del Gobierno de transportar agua en barco desde la desaladora de Sagunt, en València, trascendió este sábado y lo confirmó el propio presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón. Con todo, los buques que deberían contribuir al abastecimiento del área metropolitana a través del Puerto de Barcelona no llegarían hasta el verano. “Si la situación de no mejora, el traslado comenzará en junio”, ha afirmado Ribera.

Los cálculos del ministerio es que puedan transportar hasta 40.000 m3 al día, un volumen sujeto a la capacidad de la desaladora de Sagunt a pleno rendimiento. Solo para cargar un barco cisterna se tarda hasta 12 horas, ha precisado Ribera. Toda esa cantidad diaria, además, supondría en torno al 11% del agua que consume el área metropolitana de Barcelona en un día. Por eso Mascort ha advertido de que los barcos no son “una solución para la sequía”, sino una ayuda “puntual” para equipamientos estratégicos.

El Gobierno ha ofrecido el agua de Sagunt porque la desaladora es propiedad de Acuamed, una empresa pública estatal, y porque está “infrautilizada”, en palabras de Ribera. Actualmente funcional al 10% de su capacidad. “No compite con otros usos locales y disponemos de semanas por delante para garantizar que esté a disposición de la Generalitat”, ha expresado la ministra de Transición Ecológica. 

La conducción de este agua desde la desaladora hasta el puerto de Sagunto puede alcanzar a día de hoy los 7.200 m3 como máximo, pero la idea es adaptar las infraestructuras para que llegue a los 20.000 deseados por ambas partes. En el Puerto barcelonés, las obras ya se han llevado a cabo para su recepción.

La mayor parte de la población catalana, más de seis millones de habitantes, está en emergencia por sequía desde el pasado viernes, cuando entraron en vigor las nuevas restricciones para reducir todavía más el consumo de agua. El déficit de lluvias es histórico en Catalunya, de más de tres años, y ha obligado a la Generalitat a declarar la máxima alerta en unos 240 municipios, entre ellos Barcelona. 

Con los embalses por debajo del 16% de su capacidad, la Generalitat ha ordenado a todos los municipios que reduzcan el consumo de los hogares por debajo de los 200 litros por habitante y día, un umbral que todavía incumple el 40% de las localidades. Entre otras restricciones, destacan la reducción del uso de agua del 80% para la agricultura, del 50% para la ganadería y del 25% para la industria. 

Se acelera una de las desaladoras pendientes

Más allá de trabajar para prever los peores escenarios de la actual sequía, Ribera y Mascort han abordado también las soluciones a medio y largo plazo para períodos de déficit de lluvias como el actual. El principal acuerdo que han alcanzado ha sido acelerar las obras, pendientes desde hace años, de la desaladora de Foix, entre Cubelles y Cunit (Tarragona), que prevén estrenar en 2029. La de Tordera II, en Blanes (Girona), no sale de los retrasos que acumula y se inauguraría en 2028.

Ambas plantas de desalación se sumarían a las dos actuales, de Tordera I y El Prat, que funcionan a su máximo rendimiento desde hace meses y que contribuyen a que más del 50% del agua que se consume hoy en el área metropolitana de Barcelona ya no proceda de los embalses.

Otra de las novedades respecto a las nuevas desaladoras es que la licitación irá a cargo de Acuamed, según la Generalitat para agilizar los trámites, aunque la titularidad de la infraestructura será catalana. Con los nuevos plazos, la intención es que en 2028 esté en marcha ya la de Tordera y en 2029, la de Foix. La primera, con un coste de 287 millones de euros, podrá generar 60 hm3; la segunda, de 180 millones, podrá producir 30 hm3 de agua potable. 

La licitación de los trabajos de construcción de Tordera II se contemplan para abril de 2024 y el inicio de las obras, a mediados de 2025. En ambos casos, el coste de las inversiones se hará a través de fondos europeos en concepto de créditos del Estado, y el dinero se tendrá que devolver a través de la factura del agua que pagan los contribuyentes.