La Generalitat da por rotas por ahora las negociaciones con los sindicatos después de meses de conflicto y una huelga de cinco días en marz. Los responsables del Departamento de Educación creían que tenían un acuerdo al alcance cuando, según aseguran, percibieron que una demanda clave era la reducción de una hora de clase para el profesorado para volver a las condiciones anteriores a los recortes. Así, tras varias propuestas, llegaron a poner sobre la mesa la reducción para Primaria de cara al curso 2022-2023 y, para Secundaria, en 2023-2024. Pero los representantes de los trabajadores exigían que fuese todo el curso que viene y, por lo tanto, no ha habido acuerdo. Este martes se ha publicado en el portal interno de los centros las plantillas de cara al curso que viene y ya no hay vuelta atrás.
Esta vez ha sido el Departamento de Educación quien ha acusado a los sindicatos de inflexibles, puesto que lamentan que no han aceptado ninguna de sus propuestas. También les han reprochado que han dado salida a muchas de sus demandas, como la reducción de ratios –a 20 el curso que viene en Infantil 3– o la eliminación de los tercios de jornada. La última propuesta se trabajó desde el Departamento de Educación durante los días de Semana Santa y se trasladó el viernes a los sindicatos, que estaban citados a una mesa sectorial el lunes. Pero no se presentaron, según Educación. “Con esta propuesta confiábamos llegar a un acuerdo. Nos duele mucho, porque entendemos que hay un conflicto y queremos darle una salida”, manifestaba Dolors Collell, directora general de Profesorado y Personal de Centros Públicos de Educación.
La reducción de la hora lectiva ya para 2022-2023 en el caso de los docentes de Primaria suponía una aportación extra por parte de Educación de 67,1 millones de euros, repartidos entre los presupuestos de este año y del siguiente. Además, hubiese significado la incorporación de 1.400 nuevos docentes en el sistema. En el caso de Secundaria, previsto para el curso siguiente, hubiesen sido unos 2.000 profesores a razón de unos 100 millones.
Los responsables de Educación han asegurado que seguirán trabajando con los sindicatos para llegar a un acuerdo, pero a la vista de lo ocurrido descartan que pueda llegar pronto, puesto que la reducción de la hora lectiva ya no será el año que viene. Con el fallido pacto, desde la Generalitat aspiraban también a calmar los ánimos de unos sindicatos que han intensificado sus protestas hasta boicotear actos del conseller Josep González-Cambray, como sucedió el mismo lunes en el Paraninfo de la Universitat de Barcelona (UB).
Lo que sí tenían claro desde Educación es que no iban a ceder en la cuestión del calendario, la medida que acabó de encender los ánimos de los sindicatos, y que consistía en adelantar cinco días el inicio de las clases en septiembre y que ese mes fuese de jornada intensiva en escuelas e institutos. A cambio, existe el compromiso de adelantar los nombramientos del personal interino para que pueda preparar las clases del curso siguiente durante los primeros días de julio. Los sindicatos piden la retirada de esta propuesta, sobre la que se pronunció a favor el Consejo Escolar, aunque reclamando que se aplazase al menos un año por no haberse debatido ni consensuado con la comunidad educativa.