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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Jaume Collboni: “Somos la izquierda que ha gobernado y ha hecho la ciudad, y me refiero al PSC e ICV”

La conversación con el candidato socialista a la alcaldía de Barcelona se produce al día siguiente de la publicación de la encuesta del CIS que recorta en seis el número de concejales de que dispone actualmente el PSC y lo sitúa lejos de su expectativa de recuperar el gobierno de la ciudad. Con todo, Jaume Collboni, insiste en que no todo está dicho en esta campaña y confía en el tercio de indecisos para dar la vuelta a las encuestas.

¿Cómo enfoca estos quince días que faltan hasta las elecciones?

Con mucha ilusión y optimismo, con ganas de salir a debatir y hablar de la ciudad, y con la convicción de que daremos la sorpresa. En estas encuestas quien gana son, de momento, los indecisos. Y los indecisos son fundamentalmente votantes de izquierda y de centro-izquierda y nosotros representamos claramente este electorado. Nuestro trabajo será explicarnos, fijar el nuevo horizonte que debe tener la ciudad; es decir, garantizar el empleo y los derechos sociales, el transporte asequible, la vivienda, la salud, la educación, ... Decir que estamos aquí y que somos los que pusimos esta ciudad en el mundo y la hemos construido tal y como la vivimos y percibimos hoy.

Denuncia la voluntad de convertir la campaña en una disyuntiva Xavier Trias-Ada Colau.

A la derecha le interesa fijar como oponente a quien, en apariencia, tiene menos capacidad de gobernar, porque no lo ha hecho nunca, o puede parecer menos fiable. Nosotros somos una alternativa real y posible al señor Trias. Somos la izquierda que ha gobernado y ha hecho la ciudad, y me refiero al PSC e Iniciativa. Me reivindico de la tradición de esta izquierda de gobierno y transformadora de la ciudad, que es más competitiva, desde el punto de vista electoral, que una opción legítima pero que se ha organizado en seis meses y que puede generar muchas dudas en cuanto a solvencia y fiabilidad. A Trias le interesa mucho más contraponerse con ella. 

Ciudadanos, según el CIS, pasa por delante del PSC. ¿Cómo se lo explica?

Del mismo modo que Podemos hace seis meses, son fenómenos que tienen más que ver con la simpatía del momento que con la opción real de gobierno. Andalucía nos ha dado un ejemplo en este sentido. Las encuestas dan resultados muy extraños e inverosímiles porque no hay recuerdo de voto, porque no existían estas opciones y el recuerdo de voto se sustituye por la simpatía. Se ha visto como Podemos ha caído en picado en los últimos dos meses y creo que pasará lo mismo con Ciudadanos.

Podemos tiene una cierta base social. Nace vinculado con el 15M. Ciudadanos, no.

Ciudadanos tiene una cierta base social pero es un efecto muy mediático, los platós de televisión, muy vinculado a la crisis de confianza en la política y los partidos. Puedo entender esta falta de confianza, pero Ciudadanos responde sólo a la coyuntura.

Para gobernar un país y una ciudad se necesita un proyecto mínimamente trabajado y sólido. A la hora de la verdad, la gente cuando tiene que depositar el voto piensa no sólo en quien le cae simpático sino también en quien puede solucionar problemas, transformar la ciudad, atraer inversiones para crear empleo; en quien tiene capacidad para gobernar. 

Parece que quita votos a los socialistas pero que puede ser la muleta del PP en muchas ciudades y comunidades autónomas.

No me extraña. En Barcelona, Ciudadanos es una escisión de la derecha. La candidata de Ciudadanos era la portavoz del PP y pertenecía al ala dura de este partido. Será la muleta que permitirá que no echemos al PP del gobierno de muchas ciudades y comunidades. Será el salvavidas del PP. No en Barcelona.

 ¿Qué espera de las encuestas que todavía tienen que salir?

No espero mucho más de lo que nos están mostrando. Es decir, mucha fragmentación, subidas y bajadas de las fuerzas emergentes. Por nuestra parte, veremos una recuperación del voto socialista, en Barcelona y en el conjunto del Estado, Recuperaremos mucho espacio que en este momento no está movilizado o no se manifiesta.

¿Las lee en clave derecha-izquierda o soberanista?

Tengo la tendencia a leer todo en clave izquierda-derecha y cuando hablo de la ciudad aún más. Nos jugamos un modelo de ciudad. Una opción es el modelo del señor Trias, que ha priorizado el sector privado sobre el público, ha dejado que el mercado y algunos sectores de la ciudad tomen decisiones que nos afectan a todos y las grandes intervenciones las ha hecho de la mano del PP y con criterios de derechas.

Hay otra Barcelona, que es mayoritaria, la del interés público, del equilibrio entre los barrios, los servicios de proximidad a los vecinos y vecinas, que es la que defendemos y que es la que garantiza oportunidades de empleo y derechos sociales básicos y fija actividad económica en la ciudad.

 ¿Influirá mucho el debate soberanista en la campaña y los resultados electorales?

Influye. Es el telón de fondo del debate político general. En el contrato que hacemos con los ciudadanos no debe haber cláusulas ocultas. Los candidatos debemos explicar muy bien cuáles son las consecuencias de la posición de cada uno sobre la ciudad. El señor Trias ha aceptado la causa independentista con una cierta vergüenza, no sé porqué. Parece que se esconda. Barcelona se ha subordinado al Gobierno de la Generalidad. Se ha supeditado al señor Mas, lo que nos ha costado dinero a los barceloneses. Hemos tenido que pagar el doble por algunos servicios para cubrir los más de 300 millones de deudas que la Generalitat tiene con Barcelona. El señor Trias no explica las consecuencias que el proceso de independencia tendrá para la ciudad si se cumple la hoja de ruta que han pactado CiU y ERC.

Soy mucho más modesto. En los 18 meses que dicen que nos llevarán a la república o al estado catalán yo quiero tener un plan financiero para terminar las grandes obras de infraestructuras del transporte público en la ciudad: La línea 9 y la Sagrera. Para ello necesitaremos al Estado y a la Unión Europea. Y demostrar que lo que más me importa es el día a día de la gente.

El día a día debemos aterrizar en la ciudad. La señora Colau tendrá que decidir si sus tesis son las de Pablo Iglesias o las de Joan Herrera. Pablo Iglesias no reconoce ahora ni la posibilidad de hacer un referéndum y Joan Herrera dice que se debe decidir todo. Esta contradicción tendrá que resolverla la señora Colau, aunque ella ha mantenido la contradicción de decir que no es independentista pero que votó Sí-Sí el 9 de noviembre.

Es un tema relevante para la ciudad no sólo para el futuro del país sino por las consecuencias que tiene para la ciudad. 

¿Cambiará el estilo de la campaña a la vista de los resultados de las encuestas?

Las encuestas te influyen si te dejas influir. Debes tener muy claro cuál es tu modelo, qué es lo que quieres plantear, cuál es tu hoja de ruta para gobernar la ciudad. Mis prioridades son las que tienen que ver con la crisis y sus consecuencias sociales, cómo reactivar la economía, cómo crear 30.000 puestos de trabajo, y cómo distribuir mejor el crecimiento para que la salida de la crisis, dentro de seis meses o un año, no beneficie sólo a los de siempre. El papel del sector público es clave para un socialdemócrata como yo, y éso no tiene que ver con las encuestas sino con las convicciones y con lo que es mejor para la gente de Barcelona.

Su campaña ha optado por unos vídeos y lemas transgresores, poco convencionales, arriesgados...

Es el espíritu barcelonés. Hay un mensaje implícito en la forma de hacer campaña. La ciudad tiene que recuperar la capacidad de innovación, de arriesgarse, de vanguardia en la comunicación política. Yo no quería hacer una campaña tradicional, con videoclips de niños corriendo por la playa, yendo a los mercados y con eslóganes de 'lo haremos todo bien para todos'. Esto cada vez tiene menos credibilidad.

Hemos ido muy directamente a lo que es lo más importante para la gente de Barcelona y la forma de explicarlo hemos querido que fuera muy contundente y muy clara. 

¿Está preparado para negociar?

Para dialogar siempre estoy preparado. Creo que es una virtud. Los gobiernos de progreso que ha tenido la ciudad han demostrado que es posible gobernarla en coalición. Ahora serán necesarios no sé si coaliciones pero sí acuerdos, indudablemente.

¿Se puede gobernar Barcelona con un grupo mayoritario que tenga sólo 10 o 11 concejales?

Es francamente difícil, sobre todo porque la ciudad necesita tomar decisiones a medio y largo plazo. Barcelona no se puede gobernar a cuatro años vista. Hay decisiones estratégicas. Nuestro plan de rehabilitación de viviendas y mejora de barrios nos ocupará dos o tres mandatos. Rehabilitar el parque de viviendas y mejorar las diez zonas que hemos detectado en la ciudad requiere mucho tiempo y perspectiva a medio plazo. Para ello se necesitan gobiernos sólidos. Es el punto que más me hace sufrir desde el punto de vista del futuro de la ciudad.

Quizás habrá más de un Alcalde en el próximo mandato.

No debemos descartarlo. Xavier Trias no acabará el mandato. Se le ve una persona sin ideas nuevas, conducido por la inercia de muchos años. Viene a terminar su vida política a la alcaldía no a comenzar un nuevo proyecto, que es lo que necesita la ciudad.

Espero que tengamos la máxima estabilidad política, pero efectivamente vamos a un escenario muy abierto. El alcalde debe ser la persona que tenga más votos, pero después debe poder gobernar, por lo que se necesita capacidad de diálogo, conocimiento de la ciudad y del gobierno, para llegar a acuerdos puntuales sobre proyectos.