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José Montilla trabajará para Enagás desde su oficina de expresident de la Generalitat

José Montilla, en su oficina de expresident en 2018.

Pol Pareja

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El expresident de la Generalitat José Montilla trabajará para el sector privado desde su despacho oficial, cuyo coste para el erario asciende a casi 400.000 euros anuales. Montilla renunciará a su pensión como expresident (de unos 92.000 euros anuales) a cambio de un salario de al menos 160.000 como consejero independiente para la empresa Enagás, pero mantendrá tanto su oficina como las tres personas a su cargo que le permite la ley por los años en los que estuvo al frente del Govern catalán. Fuentes próximas al expresident confirman que la intención de Montilla es compatibilizar su actividad para el sector privado con su despacho oficial, situado en una finca en avenida Diagonal con Rambla Catalunya. Las mismas fuentes precisan que en esta sede se centrará solo en sus tareas como ex alto cargo de la Generalitat.

La ley que regula el estatuto de los expresidents de la Generalitat establece que les corresponde una pensión vitalicia del 60% del salario del president del Govern. El sueldo actual de Quim Torra, actualizado a principios de 2020, es de 153.235 euros y el 60% de esta cantidad supone 91.941 euros. La misma normativa indica que esta asignación es incompatible con cualquier otro salario y Montilla ya ha comunicado que renunciará a su pensión.

No renunciará, sin embargo, al resto de prerrogativas que le ofrece el cargo de expresident: el mencionado despacho y las tres personas a su disposición, una de ellas con rango funcionarial alto y un salario de más de 60.000 euros. Según una respuesta parlamentaria del Govern a una pregunta de Ciudadanos, solo el alquiler de la oficina de Montilla supuso en 2018 más de 105.000 euros. En personal el importe ascendió a 209.493 euros mientras que los gastos por su actividad superaron los 48.000 euros. En total, la oficina del expresident Montilla cuesta 399.269,05 euros al año.

El despacho de Montilla es de lejos el más caro de todos los expresidents y llega a triplicar al de alguno de sus antecesores. En 2018, último año con datos disponibles, la oficina de Pasqual Maragall costó casi 115.000 euros. La de Artur Mas, casi 235.000 euros mientras que la de Puigdemont, con solo una persona contratada, fue la más barata, con poco más de 74.000 euros.

Desde la oficina de Montilla han preferido no hacer declaraciones y han recordado que todo lo relativo al funcionamiento de su despacho se hace siguiendo lo que indica la ley del estatuto de los expresidentes de la Generalitat.

Acuciado por las noticias sobre la existencia de dinero en paraísos fiscales, Jordi Pujol renunció en julio de 2014 a las prerrogativas, pensión y comodidades que le permitía su figura de expresident mientras que Carles Puigdemont rechazó desde el principio cobrar la pensión vitalicia, aunque sí mantiene su despacho oficial de expresident. Con la entrada de Montilla en el sector privado, solo Mas y Maragall seguirán cobrando la pensión vitalicia que les corresponde por haber estado al frente de la Generalitat.

González y Aznar: pensión y sector privado

Si bien la ley catalana impide compaginar la pensión vitalicia con salarios en empresas privadas o en otros cargos públicos, la normativa estatal sí permite a los expresidentes combinar su pensión con los ingresos en el sector privado o con otros cargos públicos, como han hecho desde hace años los expresidentes José María Aznar y Felipe González.

A todos los expresidentes del Gobierno les corresponde una dotación vitalicia de 74.580 euros que, si bien no tiene naturaleza salarial y está destinada a “gastos de oficina”, no debe justificarse cómo se emplea. A su vez, tienen derecho a tener dos trabajadores a su cargo, coche oficial con conductor, escolta y viajes gratis por tierra, mar y aire en las empresas que ofrecen estos servicios habitualmente.

Tanto Aznar como González compaginaron esta pensión vitalicia con empresas propias, cargos en el sector privado e incluso periodos en otros organismos públicos. Según publicó Maldita.es, González ha llegado a percibir dos millones de euros a lo largo de su vida gracias a esta pensión vitalicia, un dinero que compaginó primero con su cargo de diputado tras dejar la presidencia del Gobierno y después con su actividad en el sector privado como directivo de Gas Natural y consultor para otras empresas. Aznar también ha compaginado esta pensión con su actividad en el sector privado como asesor de diversas multinacionales y conferenciante.

Los dos únicos expresidentes que han renunciado a esta pensión han sido José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy. El primero renunció a esta prerrogativa para formar parte del Consejo de Estado (con un salario mayor, de 100.000 euros) aunque después también renunció temporalmente a esta nómina cuando accedió a la presidencia de una fundación alemana que le requería dedicación completa.

Rajoy, por su parte, también ha renunciado a su pensión vitalicia ya que ha vuelto a su puesto de registrador de la propiedad (primero en Santa Pola, después en Madrid) donde percibe un salario mayor incluso que el que tenía cuando era presidente del Gobierno. Cuando se jubile tendrá la posibilidad de acogerse a la pensión vitalicia que le corresponde.

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