Faltaban pocas horas para la verbena de Sant Joan. Eran las cuatro de la tarde y en la prisión barcelonesa de Brians 2, el magnate informático John McAfee pidió a los funcionarios retirarse un rato a su celda. Dos horas después se lo encontraron ahorcado. Aún respiraba, pero el equipo médico de la cárcel no logró salvarlo.
Un año después, el cuerpo de McAfee sigue congelado en una morgue de la Ciutat de la Justicia de Barcelona. No hay fecha prevista para la repatriación del cadáver a Estados Unidos y todo apunta a que el caso tardará varios meses más en resolverse.
¿Fue realmente un suicidio? El forense no tiene dudas. Pero Janice McAfee, la que fue mujer del programador informático, está convencida de que fue un asesinato. “No puedo creer que fuese capaz de matarse”, señala en una entrevista con elDiario.es, la primera que ofrece a un medio desde la muerte del magnate.
- ¿Qué le hace pensar que no fue un suicidio?
- El hecho de que un año después no haya podido consultar el certificado de defunción y que la autopsia esté incompleta.
Pocas horas antes de la muerte de McAfee, conocido mundialmente por su errático estilo de vida y por haber creado el antivirus más popular del mercado, la Audiencia Nacional le había comunicado la decisión de extraditarle a EEUU, donde se le requería por fraude fiscal. Ese día habló hasta en dos ocasiones por teléfono con su exmujer tras regresar del juzgado.
“Estaba decepcionado con la decisión, pero en ningún momento le sorprendió”, rememora ahora la que fuera su mujer, todavía en España hasta que se solvente la repatriación del cadáver. “No era una decisión que considerara irreversible y estuvimos hablando sobre la estrategia legal que íbamos a seguir para evitar el traslado a EEUU”.
Janice McAfee atiende a este periódico a través de una videollamada. El reflejo de sus gafas de sol muestra que habla desde un balcón con vistas al mar, aunque no quiere revelar dónde se encuentra exactamente “por motivos de seguridad”.
Explica que pocas horas después de hablar con su marido el 23 de junio del año pasado, recibió un mensaje privado en Twitter. Un usuario le preguntaba si era cierto el rumor de que habían encontrado muerto a John McAfee en la cárcel. “Fue devastador enterarme de esa manera”, recuerda ahora. “Lo normal hubiese sido que yo o mi abogado se enterara antes de que trascendiera a los medios de comunicación”.
El cadáver llevaba una nota en el bolsillo. “En lugar de vivirlo plenamente, quiero controlar mi futuro, que no existe”, se podía leer en una hoja llena de tachaduras y frases inconexas. Para el juez instructor y la fiscalía era una de las pruebas de que se había suicidado. Para los familiares de McAfee, eran simplemente tuits que él anotaba en papeles y luego transmitía por teléfono a su mujer para que los publicara en su cuenta.
Desde la cárcel de Brians 2 también se filtró que McAfee había intentado suicidarse meses antes, en febrero de 2021. Su familia no se lo cree. “Si ya había intentado suicidarse antes, ¿por qué no estaba bajo vigilancia?”, se pregunta su exmujer. “Simplemente no me lo creo’”, remacha.
Una segunda autopsia
Todas estas dudas llevaron a la familia de McAfee a solicitar una segunda autopsia “independiente”. Tanto el juez de instrucción de Martorell como el fiscal se opusieron a practicarla. La familia de McAfee decidió entonces recurrir a la Audiencia de Barcelona. El recurso se admitió a trámite en febrero pero a día de hoy ni siquiera se ha designado un ponente ni hay fecha para votar y fallar sobre el recurso, con lo que el cadáver podría seguir durante meses en la morgue de la Ciutat de la Justícia.
Los familiares del magnate, según fuentes jurídicas, alegan entre otros motivos que el informe de autopsia no incluye fotografías, por ejemplo. “Creemos que la autopsia no es completa y que no se pronuncia sobre lo que debería pronunciarse”, señalan desde su defensa.
“No es habitual que un cuerpo permanezca un año [en la morgue], pero tampoco excepcional”, reconoce Eneko Barberia, director del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Catalunya, organismo dependiente de la Conselleria de Justicia. “Pasa sobre todo en casos de cuerpos sin identificar o cadáveres no reclamados”.
Barberia asegura que a nivel médico forense “no hay dudas” sobre la causa de la muerte de McAfee y defiende los resultados de la primera autopsia. Admite, sin embargo, que el retraso respecto a la repatriación del cuerpo de McAfee es “doblemente excepcional” al tratarse de un cadáver que sí ha sido identificado y para el que se ha solicitado una segunda necropsia, todavía pendiente de autorización.
La familia de McAfee ha solicitado que se repatríe el cadáver aunque todavía no se haya practicado la segunda autopsia. “Hemos pedido que se ponga a disposición de la familia el cuerpo porque entendemos que en su momento se obtuvieron muestras suficientes para realizar un segundo análisis”, señalan fuentes de la defensa de McAfee.
“Para hacer una segunda autopsia es necesario estudiar el cadáver”, replica Barberia, que reconoce que las posibilidades un año después son “limitadas” porque el cuerpo está ya “modificado”. “Se podría hacer un informe sobre los resultados y la documentación de la primera autopsia”, matiza.
La irrupción de la hija de McAfee
Pocos meses después de la muerte del magnate informático, la única hija reconocida por McAfee irrumpió en el caso y se abrió una batalla legal soterrada entre sus familiares. La descendiente aportó documentación que demostraba que el programador estaba oficialmente divorciado de su pareja cuando falleció.
Su intención era relegar a la que fue la mujer de McAfee para convertirse en la familiar de referencia en todo lo que concierne a la repatriación del cadáver. Los documentos que ha aportado la hija del programador telemáticamente al juzgado de Martorell, sin embargo, no figuran oficialmente en la causa.
Esta descendiente cree que la insistencia de Janice McAfee en pedir una segunda autopsia está demorando la repatriación del cadáver. “Mi único deseo es que el cuerpo de mi padre descanse lo antes posible”, asegura en declaraciones a elDiario.es. “Me decepcionó ver el nuevo retraso creado por la ex esposa de mi padre, pero no tengo ninguna disputa con ella y solo quiero que se solucione el asunto”.
Janice McAfee no niega que estuviera divorciada del magnate, pero recuerda que ella le acompañó durante todos estos años en una huida hacia adelante por distintos países que empezó cuando el programador fue investigado por el asesinato de un vecino en Belice. Finalmente acabaron refugiados en un hotel de Cambrils (Tarragona) cerrado al público y regentado por unos rusos que convirtieron el sótano del edificio en una granja de criptomonedas.
La hija y la pareja de McAfee coinciden en la necesidad de que el cuerpo pueda regresar de una vez a EEUU para que se pueda celebrar un funeral público. Quieren acabar con un embrollo judicial que no les permite empezar el duelo, aseguran ambas. “No le deseo a nadie este viaje”, apunta la hija del programador, que prefiere que no trascienda su nombre.
“Es como una tortura lenta, no hay manera de pasar página”, señala Janice McAfee. “Me quedaré en España hasta que me pueda llevar el cuerpo y reanudar mi vida en EEUU”, remacha. El misterio sigue rodeando al excéntrico John McAfee incluso un año después de haber fallecido.