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Las memorias del emperador Hirohito y las del president Tarradellas

Me haprovocado una sonrisa incontenible leer la noticia que el 9 de setiembre se hanpresentado en Tokio las memorias del emperador Hirohito, fallecido en 1889,elaboradas a lo largo de los últimos 25 años por un equipo de un centenar dehistoriadores a partir del cúmulo de documentos disponibles. La edición constade 61 volúmenes, 12.000 páginas y un coste de elaboración estimado en 200millones de yenes (1,5 millones de euros). Mi sonrisa incontenible se debe aconocer de cerca las condiciones de trabajo de la persona que estructuró yredactó en pocos meses la cantidad de notas que darían pie a las memoriaspóstumas del president Josep Tarradellas, publicadas en 1989 por la editorialPlaneta con el título Ja sóc aquí. Según laversión textual de la viuda y el hijo en el prólogo, “Una vez relevado de lapresidencia de la Generalitat en 1980, tres el retorno triunfal de 1977 y detres años de gobierno de unidad, dedicó una gran parte del tiempo a escribir ellibro que el lector tiene ahora en sus manos. Numerosos ciudadanos catalanes yespañoles con quien había compartido esos años fueron solicitados por él paraaportar alguna información complementaria o matizar cuestiones. A todos, lafamilia desea expresar ahora el agradecimiento por esta colaboración, yespecialmente a Josep M. Bricall, Manuel Ortínez, Rodolfo Martín Villa y JosepLluís Sureda. En la elaboración del libro, el autor contó con la colaboraciónde los guiones que elaboraba Jaume de Puig, documentados por el secretariadoformado por Montserrat Catalán, Isabel Bonet e Isabel Estrany. La redacción delconjunto de capítulos dejados al morir, ha sido unificada por el periodista yescritor Xavier Febrés”.

Dos años antesparticipé en la redacción final del libro del colega Albert Arbós Tarradellas,la consciència d’un poble (Ed. Grijalbo 1988). También había redactadoen 1986 el volumen nro. 11 de la colección de libros de conversaciones Diàlegsa Barcelona entre Josep Tarradellas y Antoni Gutiérrez, editadopor el Ayuntamiento. Recuerdo la expresión de sorpresa del presidentTarradellas cuando le presenté la propuesta de manuscrito derivado de aquellaserie de conversaciones, muy extrañado por los escasos días transcurridos entrela finalización de los encuentros entre ambos protagonistas y la entrega por miparte del manuscrito, comparado con el curso fluvial guadianesco que llevaba años describiendo la elaboraciónde sus memorias por el citado equipo de colaboradores. Imagino que aquella extrañezainfluyó dos años después en el encargo realizado a mis modestas pero resueltasfuerzas individuales de la “unificación” de aquellas memorias, unas fuerzasinfinitamente más limitadas que las de la reciente edición del emperadorHirohito.

Me haprovocado una sonrisa incontenible leer la noticia que el 9 de setiembre se hanpresentado en Tokio las memorias del emperador Hirohito, fallecido en 1889,elaboradas a lo largo de los últimos 25 años por un equipo de un centenar dehistoriadores a partir del cúmulo de documentos disponibles. La edición constade 61 volúmenes, 12.000 páginas y un coste de elaboración estimado en 200millones de yenes (1,5 millones de euros). Mi sonrisa incontenible se debe aconocer de cerca las condiciones de trabajo de la persona que estructuró yredactó en pocos meses la cantidad de notas que darían pie a las memoriaspóstumas del president Josep Tarradellas, publicadas en 1989 por la editorialPlaneta con el título Ja sóc aquí. Según laversión textual de la viuda y el hijo en el prólogo, “Una vez relevado de lapresidencia de la Generalitat en 1980, tres el retorno triunfal de 1977 y detres años de gobierno de unidad, dedicó una gran parte del tiempo a escribir ellibro que el lector tiene ahora en sus manos. Numerosos ciudadanos catalanes yespañoles con quien había compartido esos años fueron solicitados por él paraaportar alguna información complementaria o matizar cuestiones. A todos, lafamilia desea expresar ahora el agradecimiento por esta colaboración, yespecialmente a Josep M. Bricall, Manuel Ortínez, Rodolfo Martín Villa y JosepLluís Sureda. En la elaboración del libro, el autor contó con la colaboraciónde los guiones que elaboraba Jaume de Puig, documentados por el secretariadoformado por Montserrat Catalán, Isabel Bonet e Isabel Estrany. La redacción delconjunto de capítulos dejados al morir, ha sido unificada por el periodista yescritor Xavier Febrés”.

Dos años antesparticipé en la redacción final del libro del colega Albert Arbós Tarradellas,la consciència d’un poble (Ed. Grijalbo 1988). También había redactadoen 1986 el volumen nro. 11 de la colección de libros de conversaciones Diàlegsa Barcelona entre Josep Tarradellas y Antoni Gutiérrez, editadopor el Ayuntamiento. Recuerdo la expresión de sorpresa del presidentTarradellas cuando le presenté la propuesta de manuscrito derivado de aquellaserie de conversaciones, muy extrañado por los escasos días transcurridos entrela finalización de los encuentros entre ambos protagonistas y la entrega por miparte del manuscrito, comparado con el curso fluvial guadianesco que llevaba años describiendo la elaboraciónde sus memorias por el citado equipo de colaboradores. Imagino que aquella extrañezainfluyó dos años después en el encargo realizado a mis modestas pero resueltasfuerzas individuales de la “unificación” de aquellas memorias, unas fuerzasinfinitamente más limitadas que las de la reciente edición del emperadorHirohito.