Tres meses después de la inauguración del nuevo edificio del mercado de Els Encants, su diseño poco funcional ya ha comenzado a provocar las primeras quejas de los vendedores, sobretodo de los de las paradas desmontables. Los principales problemas están relacionados con el clima, la inclinación del suelo y la falta de lavabos, y se añaden a la queja previa presentada por 134 paradistas por la distribución de la cuota de alquiler aplicada por la Junta, y que consideran una discriminación respecto a la de las tiendas fijas por la diferencia de precios.
En un escrito enviado al gerente del Institut Municipal de Mercats, Jordi Torrades, los firmantes critican la prioridad que el Ayuntamiento de Barcelona ha dado al diseño del edificio por encima de las necesidades reales de los vendedores y le reclaman actuaciones urgentes. Uno de los problemas más graves es el que tiene que ver con el viento y la lluvia, y que a veces hace prácticamente imposible montar las paradas. “Se ha optado por un diseño del edificio demasiado alto y el lado más expuesto a las inclemencias del tiempo da a Levante”, recuerdan al mismo tiempo que consideran “un gasto inútil” la instalación de toldos “porque están diseñados para que se recojan de forma automática cuando el viento sopla a más de 40 kilómetros por hora, cosa bastante habitual cuando llueve”.
Otro de los aspectos criticados del diseño del arquitecto Fermín Vázquez es la peculiar inclinación del suelo del edificio y el agravio comparativo que supone que sólo se haya nivelado en el caso de las tiendas fijas. “La inclinación del terreno en muchas de las paradas puede originar con los años dolores de espalda”, afirman. La poca sostenibilidad de un espacio público tan caro también es motivo de queja: “¿Cómo es posible que se inaugure un edificio que ha costado 57 millones de euros con 8.500 m2 de tejado y que no hayan puesto ni placas solares ni depósitos de recogida de agua para el consumo interno?”, se preguntan.
Los firmantes de la carta aprovechan las cifras oficiales de 150.000 visitantes a la semana facilitada por el Ayuntamiento de Barcelona para reclamar más lavabos. “Tampoco entendemos que un edificio con tantas visitas tenga un número de lavabos tan reducido en los espacios comerciales”, lamentan a la vez que puntualizan que el alud de visitas se ha de limitar al primer mes de apertura. “No se ha conseguido un diseño comercial que favorezca a la mayoría. Tenemos un 40% del mercado que atrae a muchos clientes y un 60% que está condenado a sobrevivir como pueda”, concluyen.
En el capítulo económico, las críticas a la Junta que preside Diego Escámez tienen que ver con la diferencia de precios que pagan tiendas fijas y paradas desmontables. Y es que mientras que las primeras pagan de alquiler 4 euros al mes por metro cuadrado, las segundas pagan 7,85 a pesar de ocupar menos superficie útil que las tiendas fijas y trabajar en condiciones más duras. Además, aseguran que “el precio actual no es solamente discriminatorio, sino que es diferente del recogido en el documento del 15 de septiembre de 2011”, donde aparecía una cuota de 7,50 euros el metro cuadrado para las paradas.
En el punto de mira de todos estos reproches está la Junta d’Els Encants, a quien los paradistas firmantes del documento acusan de opacidad y de “haber negociado con el consistorio al margen de la mayoría de los vendedores”. El viernes 27 de diciembre por la tarde, los vendedores votarán en asamblea si quieren que la actual Junta –formada por ocho miembros, la mayoría de ellos propietarios de tiendas y en la dirección del mercado desde hace ocho años- continúe en el cargo cuatro años más o dé paso a un equipo nuevo mucho más crítico con el Ayuntamiento de Barcelona.