El documental 'Sí se puede. Siete días en PAH Barcelona' se puede ver en abierto en Internet desde el 28 de abril. Los miles de visionados certifican el interés de este trabajo de 'Comando Video', que narra una semana cualquiera de esta Plataforma de ayuda a las personas desahuciadas de sus casas por no poder pagar la hipoteca o el alquiler. Los tres artífices de esta obra activista, grabada en febrero del año pasado, son Pau Faus, que la ha dirigido, Silvia González-Laá, que ha elaborado el guión junto con él, y Xavier Andreu, responsable del sonido. Conversamos con Pau Faus.
¿Cómo y porque nace 'Sí se puede. Siete días en PAH Barcelona'?
Entramos en la PAH para ayudar en lo que pudiéramos. Yo me quería implicar de forma más activa. Había hecho otros proyectos de temática social, más académicos, no vinculados al activismo. Quería participar de lo que estaba pasando. Podía hacer vídeos y fotos. Un día llegué a la PAH y le pregunté qué podía hacer a Gala Pin, que estaba trabajando y, sin levantar los ojos de la pantalla, dijo que la semana siguiente había una manifestación y si podía grabarla. Le dije que sí y lo hice.
Había gente que hacía videos pero sin continuidad. Con Silvia González-Laá, que viene del mundo del guión y que también entró en la PAH con la idea de contribuir en lo que pudiese, y con Xavi Andreu, que es técnico de sonido, y que entró porque tenía un problema con su hipoteca, nos pusimos de acuerdo y al cabo de un par o tres de meses ya éramos como el núcleo duro que se encargaba de hacer los vídeos de la Plataforma. Pocos meses después adoptamos el nombre de 'Comando Vídeo' como el del equipo de vídeo de la PAH. De ahí venimos.
Al cabo de un año de grabar tenía la sensación de que la PAH necesitaba una mirada más pausada que las grabaciones de las acciones. Grabábamos la acción en el banco por la mañana, la editábamos por la tarde y la colgábamos por la noche. Llevaba un año en la PAH y nunca había grabado una asamblea. Decidimos que era el momento de enseñarla puertas adentro, cómo se organiza. Para los que la conocemos, es donde te das cuenta que la acción puntual que se ve en la calle de vez en cuando es el resultado de una organización continua, del día a día, frenética, hasta niveles estresantes.
Una de las siete entrevistadas en el documental, Lucía, habla explícitamente de ese estrés.
Es la entrevista que más me gusta. Es una de las cofundadoras de la PAH. Como que comenzó desde el primer día, ha visto una cierta evolución. Ha pasado por un proceso de esos de hiperactivismo que te anula casi todo en tu vida y debe haber superado esta fase. Tiene la capacidad de comunicarse de forma algo más pausada. Es una maquinaria que se te come si te entregas a fondo.
Ver el whatsapp de la PAH es de locos. Puede haber mensajes simultáneos que hablan de un desahucio que se ha detenido, de una acción que se está haciendo en algún lugar, de que se está firmando una dación, o que preguntan quién facilitará la asamblea de la tarde o qué temas se tratarán en ella, ...
El documental habla de la PAH de Barcelona, que es el origen del movimiento contra los desahucios.
La PAH de Barcelona, y de ahíe el sentido de este documental, no es sólo la primera sino la matriz. A partir de ella se fueron replicando otras PAHs. Al principio, a nivel catalán y sobre todo a través de movimientos vecinales. Y a partir del 15M explota a nivel estatal. El 15M construye una red que, una vez desaparece para mucha gente la parte más visible de la protesta, permite el salto a España y, sobre todo, con la campaña de firmas de la ILP, que representa una tarea colectiva, de todos. La PAH es responsable de la comunicación y de otras funciones a nivel estatal.
¿Porqué siete días en la PAH y porqué estos siete días concretamente?
Siete días, una semana... Queríamos enseñar la PAH desde lo cotidiano, esta cotidianidad frenética de puertas adentro. El título te lleva a pensar en el día a día de la Plataforma.
Dividirlo en siete días nos permite dividirlo en siete capítulos. Queríamos enseñar las diferentes actividades. Las podíamos enseñar de maneras distintas. Ordenamos las actividades, las enseñamos de una en una. Progresivamente van apareciendo los espacios donde se articula la lucha, la estrategia. Hay una cierta evolución de menos a más. Empezamos con un desahucio y acabamos con una acción, que es lo contrario de lo que se ve al principio.
Lo grabasteis en febrero de 2014 y lo estrenasteis n otoño.
Hicimos un primer pase a principios de verano, en la plaza del Pedró, donde había un edificio ocupado por la PAH. Ese día se celebraba que la PAH lo abandonaba porque todos los ocupantes habían encontrado un alojamiento estable. La PAH de Barcelona no ocupa los edificios para quedarse en ellos, sino que lo hace como medida de presión para que se resuelvan los casos de las personas que entran.
Todavía no teníamos el documental acabado y lo proyectamos en la fachada de la iglesia de la plaza del Pedró. Estuvo muy bien porque cuando estás editando un video estás cerrado, sin compartir nada con nadie, y volver a salir y reencontrarse con todos se agradece mucho. No se entendía el audio de tanto griterío como había.
Después añadimos las imágenes del desahucio de Irene, que son de julio, y el estreno oficial lo íbamos a hacer el 30 de noviembre, en el casino de Hostafrancs. Una semana antes, sin embargo, la PAH ocupó una oficina de Catalunya Caixa en La Pedrera. La PAH tenía la intención de hacer noche en aquella oficina, pero los desalojaron. Y el estreno se hizo en Paseo de Gracia-Provenza, frente a La Pedrera, proyectándolo contra una fachada de Catalunya Caixa.
¿Qué recorrido ha tenido desde entonces?
La opción clásica es enviar el documental a festivales pero esto te limita mucho a la hora de compartirlo, porque te piden exclusividad. No nos interesaba, pero tampoco nos parecía adecuado colgarlo en Internet de entrada. Teníamos claro que era un documental que no es lo mismo verlo solo en casa que verlo en grupo. Queríamos que, como mínimo, hubiera un periodo que si alguien quería ver el documental tuviera que hacerlo en espacios compartidos, en una situación colectiva.
Ideamos un sistema por el que la única condición que poníamosa los que querían verlo era que organizaran un pase colectivo y gratuito. Cuando nos lo comunicaban, llenaban un formulario sencillo en Internet y les enviábamos el archivo. Había un cierto riesgo de que lo colgaran en la red pero les contábamos que lo haríamos más adelante. Bien explicado la gente lo entendía.
Durante estos seis meses se han organizado 134 pases. De entrada, lo subtitulamos en inglés y, en el proceso de difusión, gente voluntaria lo ha subtitulado al italiano, portugués y alemán, y está casi a punto en griego.
Esto es mucho trabajo...
Sí. Pero por la PAH... La gente que trabajó por cuestiones de imagen no nos quiso cobrar nada. La que nos preparó los DVDs, cuando se enteraron quien éramos nos cobraron lo mínimo. La PAH despierta ganas de ayudar. Las personas que han subtitulado gratuitamente un documental de cincuenta minutos...
Se ha pasado en Inglaterra, Estados Unidos, Finlandia, Italia, en tres o cuatro países sudamericanos,... Y en muchas PAHs. El documental no deja de ser una estrategia comunicativa de la PAH. Queríamos enseñarla desde dentro. Teníamos un acceso muy privilegiado dentro del movimiento y eso es lo que queríamos mostrar. Es una mirada particular. No pretendíamos dar voz a banqueros o políticos. Ya lo han hecho otros.
También queríamos que tuviera un componente pedagógico. Yo he estado en quince o veinte pases y el feedback que tenía era que las PAHs apreciaban las oportunidades de conocerse, compartir, invitar a otros colectivos...
¿Has estado en algún pase en el extranjero?
Una universidad nos invitó a Londres. Hicimos tres pases muy vinculados a los movimientos sociales locales. La admiración era absoluta. Ver el nivel de organización de la PAH, que no hace sólo acciones aisladas sino que tiene un local físico donde todos se encuentran, continuamente preparando y haciendo actividades, les sorprendía y les parecía una conquista de la que aún estaban lejos ellos.
No habéis querido hacer el circuito de festivales.
No. Enviamos el documental a un par de festivales, pero no podíamos renunciar a hacer un pase en la PAH de Sant Boi para que entrase en un festival de Budapest, pongamos por caso. No tenía sentido.
Lo enseñamos en el festival de cine creative commons de Madrid y en el BCCN de Barcelona. Nos seleccionaron para el Festival de Cine de Málaga, que es uno de los más prestigiosos de cine español. Eso nos volvió a dar una oportunidad para hablar del tema, para que ciertos medios nos hicieran caso y, por lo tanto, tener una visibilidad mayor.
Había llegado la hora de ponerlo en abierto.
Sí. Teníamos claro que queríamos ponerlo en abierto a los cuatro o cinco meses. Cuando nos enteramos de que participaría en el festival de Málaga, consideramos que era un hito y decidimos abrirlo después. Había pasado ya el tiempo suficiente.
La salida a Internet ha sido espectacular. Desde que se ha abierto lleva un ritmo de un millar de visitas diarias.
La PAH es un ejército a todos los niveles. También al de las redes sociales. Fue trending topic. Hicimos un hastag. La gran mayoría de campañas que lanza la PAH se preparan muy bien. Se hacen archivos compartidos de texto, se preparan tweets, se piensa un hastag. Es un estreno como cualquier otro, que debes tener clara la hora, la coordinación de todos, avisar por mail al máximo de gente posible,... Tienes detrás un ejército entregado y muy contento de trabajar. El objetivo del documental es conseguir que la PAH se conozca.
Intentamos retratar lo cotidiano. En la PAH pasan cosas que a veces se salen de la norma. Ha habido situaciones-límite, de extrema crueldad...
El documental es duro. Comienza con un desahucio, con niños llorando...
Hay gente de la PAH que lo ve blando. El inicio es fuerte, por la imagen de los niños, pero no podía no salir esto. Se tiene que ver. La asamblea de bienvenida, por ejemplo, es el pan nuestro de cada día. Y es duro. Datos oficiales hablan de 1000 desahucios al mes en la provincia de Barcelona. Estariamos hablando de 33 desahucios al dia. Cada lunes llegan entre diez y quince personas nuevas a la PAH. Algunas lo explican con más serenidad y los hay que no pueden ni hablar. Esto es lo que queríamos enseñar sin caer en el dramatismo.
¿No afloja el ritmo de gente que se acerca a la PAH?
No. No afloja. Ahora están subiendo mucho los desahucios porque la gente no puede pagar el alquiler. Es verdad que la PAH tuvo un pico comunicativo con la campaña de los escraches y la reacción que implicó la ILP. El PP hizo una ley ridícula contra los desahucios que resolvió un porcentaje ínfimo de casos. Pero quedó como que habían hecho algo. Hay quien tiene ese imaginario, como si ya se hubiera resuelto, pero va a más. La mejor manera de entenderlo es ir cualquier lunes a la PAH, sentarse en la última fila y asistir a una asamblea de bienvenida. El documental podría haber sido sólo la asamblea de bienvenida. Todo pasa allí.
¿De dónde saca las fuerzas la PAH para continuar en esta batalla sin fin?
El gran secreto de la PAH es la estrategia del empoderamiento. Estamos acostumbrados a que cuando tenemos un problema que no sabemos cómo enfocar recurrimos a un experto para que nos lo resuelva. La PAH, desde el primer día, cuando eran cuatro gatos, ya entendió que no era un servicio de asistencia al consumidor. Le decían a la gente que se les acercaba que se enteraran de lo que les pasaba, que se hicieran expertos en el tema y que replicaran a los empleados del banco cuando intentasen engañarlos.
Les mentían y les decían que si no pagaban se quedarían al cabo de dos meses con el piso de la madre que les había avalado. O que les quitarían la custodia de sus hijos. O que, si era inmigrante, lo devolverían a su país. Si no tienes ni idea, vuelves a casa asustado. En cambio, si vas a la PAH y te dicen que todo esto es mentira, puedes volver a la oficina del banco y plantarles cara. Y entonces los empleados cambian de actitud.
Este sistema no sólo permite que la persona se enfrente cara a cara con el problema sino que sería imposible que unos expertos de la PAH gestionaran directamente todos los casos. Esta persona, además, se va convirtiendo en experta y podrá explicar todo lo que ha aprendido a las que se acerquen después a la Plataforma.
Se hace una bola de nieve de gente que pasa de estar atemorizada y culpabilizada a ser experta y a asumir progresivamente tareas de responsabilidad dentro del movimiento. Pueden hacer de portavoces o de negociadores con los bancos.
La PAH aguanta porque la gente se la hace suya. Si a ti te han de desahuciar y vienen cincuenta personas, se plantan delante de tu casa y se frena el desahucio; te sacan de la depresión y el sentimiento de culpabilidad que tienes; al cabo de un año el banco acepta condonar hacerte una deuda de 150.000 gracias a ellos ... ¡cómo no tienes que ir a ponerte frente a una casa a parar el desahucio de otra familia!
Es un tópico pero es real: la PAH es una familia. Además, mucha gente se encuentra con familiares y amigos que les reprochan haberse hipotecado y en la PAH, en cambio, se sienten escuchados y entendidos.
¿Si hicierais hoy 'Siete días en PAH Barcelona', sería igual?
Podría ser muy parecido pero habríamos incorporado cosas que no aparecen ahora. Por ejemplo, todo el trabajo de las redes sociales y de comunicación, la comisión de mediación,... Hay muchos puntos de vista diferentes y hay conflictos a la hora de actuar de una manera u otra. La comisión de mediación, que yo llamo 'el barrendero de la PAH', que continuamente está interviniendo en las PAHs. Si tienen problemas, escisiones,... se desplazan donde sea necesario para mediar.
O el trabajo de la comisión jurídica. Los juristas de la PAH redactan documentos que después aprovechan los políticos de turno; se los apropian. Le dan vueltas a todo. Y eso no sale en el documental.
Sin la PAH, mucha gente habría sufrido bastante más las consecuencias de la crisis de las hipotecas y los desahucios...
Cuando se hacían escraches decían que la PAH era violenta. La PAH ha actuado principalmente como colchón. Ha salvado vidas en un lado. Hay gente que se la ha quitado y se sabe. Hablar de suicidio en la PAH es frecuente. Lo he escuchado muchas veces. Personas que dicen que lo han pensado.
En el documental una de las personas entrevistadas se refiere a esta cuestión.
Sí. Marcela. Pero también hay gente que llega con muchísima rabia. Amenazan con reaccionar con violencia contra los empleados de la oficina bancaria. La PAH les calma y les convence de que esta actitud no lleva a ningún lado.
La PAH es ejemplar en los dos sentidos. Está en un lado de la mediación, pero, en estos seis años, ha hecho una labor de tranquilizar, pacificar, sin dejar de enfrentarse contra quien haga falta. Siempre con el discurso de la no violencia. Si ocupa el edificio vacío de una banca rescatada, se convoca públicamente; los ocupantes lo van a declarar donde sea necesario,... Todo se pone al servicio de visibilizar lo que está pasando.
¿Qué hace 'Comando Video ahora?
Estamos haciendo el seguimiento del proyecto y la campaña de 'Barcelona en Comú'. Llevamos meses grabando y ahora entramos en la tormenta final.
El documental Sí se puede. Siete días en PAH Barcelona:Sí se puede. Siete días en PAH Barcelona