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Ciudadanos fracasa en su moción de censura contra Torra y regala al Govern su mayoría más amplia en la legislatura

Roldán (Cs) pide censurar a Torra para estar "en el lado correcto de la historia"

Arturo Puente

El Govern de Quim Torra no se había visto en otra igual. Casi dos tercios de los 135 diputados del Parlament han votado en contra de la moción de censura contra el president presentada por Ciudadanos. Ha sido la mayoría más amplia que el Ejecutivo catalán ha sido capaz de sumar en toda la legislatura y una derrota de Lorena Roldán que, no por esperada, ha sido más dulce. La soledad de los cuarenta diputados a favor de la iniciativa de Ciudadanos –36 propios y cuatro del PP– han dejado patentes las dificultades del partido para liderar el bloque constitucionalista.

El partido de Albert Rivera había diseñado la moción contra Torra de este lunes como un primer acto de campaña con dos objetivos: el primero, mostrarse como el partido más confrontado al independentismo y, el segundo, como una forma de presionar al PSC y, de rebote, a Pedro Sánchez. La abstención de los socialistas servía en bandeja que Ciudadanos volviera a acusarlos de tener pactos con los independentistas. Si bien ganar la votación era imposible, sí creían poder ganar el debate en la medida que consiguieran hacer que el PSC agachara la cabeza.

Pero el intercambio verbal tampoco ha sido tan favorable para el grupo, que ha chocado contra la pericia parlamentaria de Miquel Iceta y con dos grupos no independentistas, PSC y 'comuns', sin intención de ceder un milímetro. El líder del PSC ha agotado sus turnos de réplica para rebatir los argumentos de la líder de Ciudadanos, a quien ha acusado de “reforzar el independentismo” presentando una moción “fracasada”. “Más que una moción de censura al president, esto parecía una moción de censura a un diputado que quiere ser president, que soy yo”, consideraba con sorna Iceta.

Iceta ha cambiado rápido de registro, dejando de lado el sarcasmo para pasar al ataque más frontal. “Dejen de engañar”, ha espetado el primer secretario socialista, “porque los números no les dan ni con nuestros votos ni sin ellos”. “Hoy no elegimos entre Torra y la libertad o entre Torra y la concordia. Ustedes, como los independentistas, dicen estar en el lado correcto de la Historia, pero eso no es verdad”, ha indicado. Iceta ha le reprochado además que los independentistas se pusieron “muy contentos” cuando presentaron una moción condenada a no prosperar.

Contentos o no, desde los partidos del Govern la apuesta ha sido por dar un perfil lo más bajo posible al debate y aplaudir la quiebra del bloque constitucionalisa. El president Quim Torra ni siquiera se ha dignado a tomar la palabra y, en su lugar, ha salido la consellera portavoz del Govern, Meritxell Budó, que ha acusado a Roldán de utilizar las instituciones de manera “fraudulenta” lanzando una moción de censura que no puede prosperar. Finalmente, Torra ha logrado salir ileso mientras Ciudadanos y el PSC aumentaban la virulencia de su propio duelo.

Acusaciones de terrorismo pero con tono moderado

Ciudadanos, con todas las encuestas en contra, ha apostado en el debate de la moción de censura por una postura más moderada que el que ha venido empleando. Sí, Roldán ha acusado al Govern de “apoyar” la violencia y también al PSC de ser cómplice de ello. Pero lo ha hecho en un tono calmado, por momentos institucional, muy alejado del tono crispado y los carteles provocadores de su predecesora, Inés Arrimadas. Incluso la elección del diputado Nacho Martín Blanco para defender la posición del grupo de Ciudadanos ha ido en la línea de calmar los ánimos, después de comprobar que la bronca parlamentaria no ha mitigado su desplome en los sondeos.

Eso no ha sido obstáculo para que Ciudadanos haya hecho girar todas sus intervenciones en vincular al Govern y la mayoría independentista con las acusaciones por terrorismo que pesan sobre los siete detenidos de los CDR. “Ha habido un antes y un después en Catalunya”, ha asegurado Roldán, “y ustedes se niegan a condenar aquellos que han optado por las vías violentas para conseguir los fines que ustedes defienden”. Según la argumentación de Roldán, los gritos de “libertad” que profirieron los diputados independentistas en la última sesión parlamentaria son “lo más grave que ha pasado” en el Parlament desde el 6 y 7 de septiembre de 2017.

“Sabemos que tienen muchos problemas con las encuestas, pero no hace falta hacer esto”, le lanzaba con socarronería el portavoz de ERC, Sergi Sabrià. Los de Esquerra, que habían sido acusados de “llevar en sus listas a presuntos terroristas”, han preferido eludir el cuerpo a cuerpo porque, según ha explicado su portavoz, “cuando convierten el Parlament en un plató de televisión, ustedes ganan”.

Un festival de mítines electorales

El mismo argumentos había sido usado unas horas antes por la líder de los 'comuns', Jéssica Albiach. “Espero que estén disfrutando de este acto de campaña de Ciudadanos: quieren convertir el Parlament en un plató de televisión”, había indicado la diputada. Catalunya en Comú, que había anunciado su voto contrario a la moción de censura, ha querido dejar claro que eso no significaba un apoyo al Ejecutivo de Torra. Ahora bien, tampoco han hecho concesiones al partido de Roldán pues, según ha opinado, “Ciudadanos no es solución, sino problema, porque el único programa que tienen es la venganza y la crispación”.

Si bien la gran batalla de la tarde la han protagonizado Ciudadanos y el PSC, para deleite de la bancada independentista, ningún grupo se ha resistido a utilizar el debate como plataforma electoral. El propio Iceta ha tenido tiempo de exponer buena parte de su programa de gobierno que, según ha dicho marcando distancias con Ciudadanos, debe pasar por “hablar con la otra mitad de los catalanes”. Pero también desde los grupos independentistas han utilizado sus minutos para exponer sus posiciones de cara a las elecciones generales.

Ante la reiterada petición de Roldán, tanto JxCat como ERC han “condenado toda la violencia que se haya producido”. Pero, a renglón seguido, el portavoz de JxCat Albert Batet ha exigido a Roldán que condene “la violencia policial del 1-O”, algo que Roldán ha obviado. Finalmente el diputado de JxCat ha recordado que en la última sesión el Pleno rechazó cualquier método violento o intimidatorio para conseguir objetivos políticos.

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