En caso de duda, a favor del acusado. Este ha sido el principio que ha seguido el titular del juzgado de instrucción número 17 de Barcelona para absolver al neonazi acusado de amenazar al exdiputado de la CUP, el periodista y cooperativista David Fernàndez. El juez ha considerado que no existen suficientes pruebas para condenar a Miguel V. por un delito leve de amenazas (las antiguas faltas). El joven está fichado por los Mossos d'Esquadra por su relación con el centro ultraderechista de Barcelona Casal Tramuntana y por participar en manifestaciones neonazis por el 12 de octubre.
La Fiscalía y la acusación particular ejercida por Fernàndez pidieron que el acusado fuera condenado a pagar una multa de 1.680 euros. El abogado del exdiputado, Benet Salellas, solicitó además la prohibición de acercarse o comunicarse con Fernàndez durante seis meses. La defensa reclamó la absolución aduciendo que no había pruebas ni testigos de las amenazas.
En su sentencia, el juez considera que existen dos versiones “contradictorias” entre el acusado y Fernàndez sin que haya una “prueba objetiva e imparcial” para corroborarlas. En este sentido, el togado no ve “suficientemente probado” que el neonazi amedrentara a Fernàndez con expresiones como “yo soy un fascista”; “te voy a a destrozar”; “no será hoy pero será otro día, esto es una cuenta atrás”.
El exdiputado aseguró que el neonazi le había dicho: “Yo soy un fascista y te voy a dar una paliza, te voy a destrozar”. Por contra, Miguel V. explicó en el juicio que se encontraron de forma fortuita en el paseo de Sant Joan y que le preguntó sobre la camiseta antifascista que llevaba el exdiputado: “¿Si fuera fascista, serías antiyo?”, aseguró que le dijo.
“Sabido es que resulta más útil a las estructuras sociales de un país la libertad de cargos de un culpable que la condena de un inocente”, concluye el juez.
Por su lado, Fernàndez ha anunciado que interpondrá un recurso contra la sentencia absolutoria en la Audiencia de Barcelona y ha lamentado que el juez “haya obviado” que en la última palabra del juicio, el acusado pidiera disculpas al expdiputado. Asimismo, ha recordado que la Fiscalía contra los delitos de odio había pedido que la denuncia fuera tipificada como un delito grave de amenazas en vez de una antigua falta.