Desde que ERC y CiU firmaran al comienzo de la legislatura el pacto de estabilidad, conocido como “Pacto por la libertad”, ERC ha venido dando apoyo al Govern de CiU haciendo que su actividad parlamentaria se aleje paulatinamente de las posiciones sociales y de izquierda en las que, con vaivenes, Esquerra se había instalado a lo largo de las ultimas legislaturas. El acuerdo alcanzado esta semana, en el que Mas se compromete a celebrar elecciones el 27 de septiembre a cambio de que Junqueras continúe sosteniendo al Govern, continúa la tendencia dos los últimos dos años en los que ERC ha sido un fiel aliado de CiU, apoyado la mayoría de medidas de Mas a costa de su propio programa y evitando problemas al los miembros del ejecutivo en más de una ocasión.
Las concesiones más sonadas de Esquerra en la última legislatura han tenido lugar en tres ámbitos: los casos de corrupción, las medidas económicas y sociales y los escándalos con los mossos. Sobre el control de la policía autonómica, ERC ha salvado de la recusación parlamentaria al jefe de los Mossos, Manel Prat, dos veces -el 25 de octubre y el 8 de noviembre de 2013, aunque esa última vez a cambio de la prohibición de las balas de goma- y evitaron la comparecencia de Espalader por el caso Quintana, el 23 de julio de 2013.
Ayuda al Govern para eludir comparecencias sobre corrupción
Debido al pacto con CiU, ERC también ha relajado ostensiblemente su postura anticorrupción, de la que habían hecho bandera la pasada legislatura. Siendo un partido prácticamente limpio en lo que a corrupción se refiere, ERC ha optado en los dos últimos debates sobre política general, los más importante del curso, por no hablar de corrupción para no molestar a sus socios parlamentarios de CiU. El partido también evitó pedir la dimisión de Oriol Pujol cuando estalló el caso de las ITV, y vaciló al reclamar la comparecencia del expresident Jordi Pujol cuando admitió haber tenido dinero oculto en el extranjero, aunque posteriormente sí se sumó al resto de grupos para reclamarla.
En el marco del caso Pujol, ERC ha sido un socio útil para CiU a la hora de evitar la comparecencia de Artur Mas en la comisión de investigación sobre el fraude. Hasta cuatro veces en los últimos dos meses ha votado en contra de que el president declare sobre su papel como conseller en los últimos gobiernos de Pujol. No era la primera vez que ERC le evitaba una comparecencia a Mas a cuenta de la corrupción. En febrero de 2013 rechazaron que el líder de CiU compareciera en el pleno del Parlament por el caso Palau para que lo hiciera en una comisión, además de salir a disculparle veladamente cuando se imputó a CDC en el mismo caso, ocasión en la que la número dos de Esquerra, Marta Rovira, dijo que la actitud del presidente de la Generalitat “no era comparable” con la de Mariano Rajoy ante el caso Bárcenas.
Pero ERC no solo ha salvado al president de las comparecencias por corrupción. A principios del verano de 2013 evitaron al conseller Germá Gordó tener que comparecer y ser reprobado por el caso de espionaje político relacionado con Método 3, las mismas fechas en las que rechazaron que varios consejeros contestasen ante el Parlament a cuenta del informe del Sindic sobre la malnutrición infantil. La posición de ERC después de firmar el acuerdo de estabilidad en diciembre de 2012 con CiU contrasta con la mantenida justo unos meses antes, cuando los independentistas pidieron comparecencias de Oriol Pujol y Felip Puig en el Parlament por el caso Palau.
Apoyo a los recortes y presupuestos de austeridad
En las votaciones sobre asuntos económicos, la posición de ERC se ha diferenciado poco de la de CiU en los debates parlamentarios. El partido de Junqueras avaló los recortes del 7% a los funcionarios acometido por la Generalitat en mayo de 2013 y ambos partidos aprobaron los presupuestos de 2014 sin aceptar ninguna enmienda del resto de grupos. Las cuentas de 2014 mantenían el tijeretazo al gasto social acometido por el Govern de CiU en 2011 mediante un pacto con el PP, bajando hasta un 6,7% en gasto en sanidad y un 10% en educación.
Sobre los prespuestos del 2015, ERC ya anunciado que los aprobará y retirará todas las enmiendas parciales que habían presentado, a cambio de que el conseller de Economía, Andreu Mas-Collel, las incorpore a las cuentas. Los republicanos han prometido unas cuentas “de acento social” y más partidas de gasto para las llamadas estructuras de Estado, por ejemplo para la “Seguridad Social catalana”, o para la “Hacienda propia”. Ambas medidas figuraban en el pacto de estabilidad de 2012.
Si es cierto que ERC ha introducido algunas partidas de gasto adicionales en las cuentas de este año, también lo es que no le ha temblado el pulso a la hora de avalar recortes. En marzo de 2013, ERC unió sus votos a los de CiU para rechazar una moción que reclamaba mantener abiertos los centros escolares Can Montllor de Terrassa y Xarau en Cerdanyola del Vallès y, un año después, ambos volvieron a rechazar una moción que pedía que los hospitales públicos mantuvieran el presupuesto y no tuvieran que asumir 60 millones de déficit. La situación se reprodujo con el ERE en TV3, cuando CiU y ERC votaron en contra de una moción que pedía la retirada de los despidos en los medios públicos. En junio de 2014, de nuevo, ambas formaciones volvieron a sumar fuerzas para evitar la recusación del conseller de Salud, Boi Ruiz, por la reducción de la calidad asistencial de la sanidad catalana.
Las medidas que ERC sí ha forzado
Las limitaciones de la Generalitat para desplegar una política económica de corte social ha sido justificada con frecuencia por ERC, quien ha cargado las culpas al estrecho margen de maniobra que deja el Estado. Pese a ello, la fiscal ha sido una de las bazas que mejor ha jugador ERC a la hora de marcar agenda de Govern. ERC forzó hasta 10 nuevos impuestos, como el de depósitos bancarios, subir sucesiones al 10% o reponer patrimonios.
Otro impuesto importante que coló ERC a CiU fue el gravamen a los pisos vacíos, aunque todavía el Govern no ha acabado de concretarlo. Sin embargo, se abstuvieron para dar vía libre a Mas para bajar del 55% al 10% el impuesto al juego. Fue una de las pocas veces que ERC y CiU no han votado juntos en esta legislatura, aunque el apoyo llegó esta vez de parte del PSC, haciendo así posible el proyecto del Barcelona World. Otra ocasión en la que ERC y CiU no coincidieron ocurrió en 2013, cuando los de Junqueras se posicionaron a favor de eliminar las subvenciones a los centros de enseñanza religiosos, aunque CiU echó entonces mano del PP para evitarlo.
ERC ha conseguido gracias al pacto con CiU otra de sus viejas reclamaciones: convertir el Instituto Catalán de Finanzas en una banca pública. El Govern lo autorizó a finales de 2013, y en este momento continúa tramitando la obtención de la ficha bancaria, que le permitiría acceso a las subastas de crédito del BCE. Algunas de estas medidas deberían tomar nuevo impulso con la reedición esta semana del pacto de estabilidad.