Unidad contra los ataques terroristas en la plaza Catalunya. Las máximas autoridades políticas y miles de ciudadanos han guardado este mediodía un minuto de silencio de duelo por los atentados de este jueves, que ha sido roto con gritos de “no tenim por” (no tenemos miedo). Esa ha sido la frase con la que la ciudad ha querido mostrar su estado de ánimo al mundo, con una multitudinaria concentración que la policía ha cifrado en 100.000 personas.
La Rambla y la zona del centro de Barcelona intentaba este viernes a primera hora recobrar la normalidad tras los graves sucesos de las últimas horas. Aunque la ciudad amanecía en muchos puntos mucho más vacía de lo habitual, según ha avanzado la mañana la Rambla se ha ido llenando de peatones. En el lugar donde la furgoneta acabó su macabro recorrido, sobre el mosaico de Joan Miró que adorna la calle, ciudadanos anónimos han improvisado una discreta ofrenda floral y de velas.
Las máximas autoridades, Felipe VI, Mariano Rajoy y Carles Puigdemont, han llegado juntas a la plaza Catalunya cuando faltaban pocos minutos para las 12 horas. Así han ofrecido la primera imagen de unidad desde que se conocieran los atentados. Este jueves Carles Puigdemont presidió un gabinete de crisis junto a la alcaldesa de Barcelona, Mossos d'Esquadra y el delegado del Gobierno en Catalunya y, horas más tarde, Rajoy hizo lo propio con otro gabinete que no incluía ningún responsable de la Generalitat.
No hubo, por tanto, foto conjunta. Sin embargo, fuentes del departament de Interior sí explican que hubo coordinación con el Ministerio del Interior y con Moncloa desde el primero momento. Este viernes llegará finalmente la imagen del operativo conjunto, que Rajoy presidirá a partir de las 13:15 en la sede de la consejería de Interior y a la que asistirá una máxima representación por parte de la Generalitat, encabezada por Puigdemont.
Por su parte, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau ha remontado las Ramblas por uno de sus carriles destinados a los vehículos –cortado este viernes por el ataque terrorista de ayer– no sin dificultades: la alcaldesa y su Gobierno, vestidos de negro, han sido acompañados por una larga cola de personas que se han ido sumando a su paso y que han lanzado mensajes de apoyo a los dirigentes y en recuerdo de las víctimas.
No han sido las que seguían a Colau las únicas personas que este viernes han vuelto a las Ramblas. Esta mañana de resaca tras la tragedia, muchos barceloneses han intentado recuperar la normalidad con escenas cotidianas.
Algunos comercios se han abierto en la Rambla, aunque no a pleno rendimiento. Ése ha sido el caso de una de las heladerías en el centro del paseo, que ha levantado la persiana, pero solo para limpiar. “Las compañeras que estaban ayer están asustadas, y hoy no vendrán”, ha relatado una de las trabajadoras, Carla. “Igualmente, los que no estuvimos queríamos hacer acto de presencia hoy, que se vea que no tenemos miedo”, ha recalcado.
Los trabajadores y vecinos han vuelto a mezclarse en el centro de Barcelona con turistas venidos de todo el mundo. “No hemos dudado en ningún momento en venir y pasear por aquí para mostrar nuestra solidaridad”, ha contado a este medio Andrew, en voz baja para no interrumpir una de las muchas entrevistas en televisión que esta mañana de viernes se sucedía en el paseo barcelonés.
“¿Estáis bien?”. Un mensaje de texto de su hijo alertó este jueves a Andrew y Angela de lo sucedido en las Ramblas. El joven había visto lo acontecido por televisión. Sus padres, una pareja inglesa que había venido por primera vez de vacaciones a Barcelona, habían llegado por la mañana a la capital catalana y se habían dirigido directamente a su hotel, el Gaudí. Los gritos les cogieron desempacando sus maletas. Este viernes han vuelto a escuchar gritos, pero esta vez de repulsa a la violencia; Andrew y Angela han asistido a la concentración en plaza Catalunya. “Estamos con los barceloneses hoy”.