A la espera de lo que las bases de la CUP decidan este domingo en la asamblea nacional, la opción que suena como más probable entre los anticapitalistas es presentar su propia lista. En la formación todavía no se descarta la idea de una lista “blanca” sin políticos y conformada por entidades y sociedad civil pero, tras el posicionamiento en contra de los partidos, esta vía se ha enfriado.
Acabado este martes el plazo para registrar coaliciones, la lista unitaria de los tres principales partidos del independentismo necesitaría de fórmulas imaginativas para superar los obstáculos. Pese a eso, Carles Puigdemont presiona desde Bruselas por materializar esta idea, abriéndose incluso a la posibilidad de la lista blanca sin partidos.
En la asamblea de este domingo la militancia votará entre cuatro opciones. La primera de ella es no presentarse, una vía que avalaban círculos de la organización Endavant pero que en los últimos días ha ido decayendo. En caso de presentarse, las opciones son hacerlo en una candidatura de coalición o bajo una “lista ampliada” de su propia marca. La cuarta opción es, precisamente, la lista blanca. En todo caso, quieren que tenga un carácter “excepcional” para evidenciar que no es una campaña normal.
Los principales problemas de esta candidatura sin partidos, que ya solo podría vehicularse mediante un partido instrumental o una agrupación de electores, tiene que ver con dos aspectos: la financiación y los espacios electorales. Respecto a lo primero, de no presentarse los partidos como tal, la candidatura necesitaría pedir prestados los fondos hasta que recibiera las subvenciones electorales, según los resultados. Además, no tendría derecho a usar los espacios electorales de los partidos y, lo que aún supone un obstáculo mayor, los partidos no tendrían derecho a espacios electorales en las siguientes elecciones, al no haberse presentado a estas.
Es por todas estas razones que incluso entre las voces de los anticapitalistas que apostaban por esta opción ha cundido la idea de que es poco probable que acabe ocurriendo. Casi descartada la lista blanca y después de que el PDeCAT y ERC registrasen el martes sus propias coaliciones, las opciones de la CUP se resumen a presentar su propia lista.
Ahora bien, la condición para presentar esta lista es hacerlo con una candidatura que exprese de forma nítida la excepcionalidad del momento. Y, para conseguir esto, la propuesta que se presentará ante los militantes pasa por abrirse lo máximo posible a los movimientos sociales surgidos en torno al referéndum del 1-O.
Los Comités de Defensa del Referèndum (CDR), que han sido protagonistas entre otras cosas de los cortes de vías en la huelga de este miércoles, o plataformas como En Peu de Pau, que promueven iniciativas de resistencia pacífica, son movimientos muy bien valorados entre las diversas corrientes de la CUP. También se ve con agrado la posibilidad de incorporar a los cuadros de Podem salidos de la formación tras la dimisión del ex secretario general, Albano Dante Fachin.