Dos empresarios admiten que Convergència les obligó a facturar al Palau servicios para el partido
Dos empresarios acusados en el caso Palau han vuelto a poner contra las cuerdas a Convergència admitiendo una de las tres vías con las que el fiscal sostiene que el partido se financió ilegalmente. Miguel Jiménez Salinas y Juan Manuel Parra han asegurado que Convergència les obligó a facturar al Palau de la Música servicios que en realidad prestaron al partido, entre ellos los relacionados con la campaña electoral de las generales del 2004.
Además de las entregas en efectivo a los tesoreros de CDC confesadas por Millet y Montull y los falsos convenios entre el Palau y la fundación del partido, la Trias Fargas, el fiscal Emilio Sánchez Ulled cree que la “facturación mendaz” con la que el Palau pagó a empresas por trabajos hechos al partido asciende a 2,3 millones de euros. La “sistemática confección de facturas falsas”, según el fiscal, cogió el testigo a la entrega de efectivo como método “para disimular la transferencia de fondos de Ferrovial a la órbita de Convergència”, que según Sánchez Ulled asciende a 6,6 millones.
“¿Cambiaron los conceptos de las facturas para aparentar que eran trabajos en el Palau?”, ha preguntado el fiscal. “Sí, claro”, ha respondido Jiménez Salinas, que ha indicado que lo hizo “porque llamaron de Convergència”. “Fui excesivamente frívolo, por ignorancia, al aceptar lo que acepté”, ha reconocido.
Por su lado, Juan Manuel Parra, de la compañía Hispart, ha dicho que el miembro de Convergència que le indicó facturar al Palau los servicios prestados al partido fue el extesorero de la formación, Carles Torrent, que falleció en 2005. En conjunto, las 13 facturas falsas giradas al Palau ascienden a 824.299 euros por servicios que Parra ha dicho que prestó para el partido por la campaña electoral de las generales de 2004.
Salinas, administrador de la empresa publicitaria Altraforma ha indicado que se trata de tres facturas que ascienden a 190.778,4 euros, de los años 2006 y 2007, que falsificaron porque CDC “llamó” y les dijo en qué concepto tenían que atribuir los trabajos efectuados para cargarlos al Palau.
Ferrovial niega comisiones
Las confesiones de Fèlix Millet y los Montull sobre la financiación ilegal de Convergència han dado una especial relevancia a la declaración como acusados de los directivos de Ferrovial en el caso Palau. El exdirector territorial de la constructora en Catalunya, Pedro Buenaventura, ha explicado que Millet dijo a su antecesor que tenía “contactos” en la Generalitat, aunque ha negado “rotundamente” que Ferrovial enmascarara a través de donaciones al Palau de la Música comisiones del 4% a Convergència a cambio de obra pública.
Buenaventura no ha convencido al fiscal Emilio Sánchez Ulled cuando éste le ha preguntado por qué las aportaciones de Ferrovial al Palau se triplicaron en 2002: aquel año, la cantidad que Ferrovial abonó al Palau como patrón de honor de su fundación y para patrocinar conciertos ascendió a 1,8 millones de euros, mientras que un año antes había sido de 661.113,31 euros.
El fiscal sostiene que las cifras de “patrocinio real eran mucho menores”, y que este incremento está vinculado con el pago del 4% a Convergència a cambio de la adjudicación de cuatro obras públicas del último gobierno de Jordi Pujol, cantidad que cifra en 6,6 millones. Preguntado sobre si conocía al extesorero de CDC y acusado en la causa, Daniel Osàcar, Buenaventura asegurado que “nunca” se ha reunido con él. “No le conozco de nada”, ha añadido el exdirector de relaciones institucionales de Ferrovial, Juan Elizaga, que todavía trabaja en la constructora. El fiscal pide para ambos directivos cuatro años y medio de prisión.
Buenaventura ha dicho que Ferrovial aumentó sus aportaciones a la entidad cultural para darse a conocer en Catalunya. El tribunal presidido por la magistrada Montserrat Comas de Argemir, que hasta ahora a penas había preguntado a los acusados, ha inquirido a Buenaventura para que aclarara el aumento de las donaciones de Ferrovial al Palau.
El exdirectivo ha explicado que la aportación de Ferrovial como miembro de honor de la Fundación del Palau o para patrocinar el ciclo de conciertos Palau 100 las decidía el Palau, y que la variación corresponde al patrocinio de conciertos concretos según el año. “¿Hay un concierto de Zubin Meta, os interesa patrocinarlo?”, ha dicho que le preguntaban desde la institución cultural.
Por otro lado, Buenaventura ha dicho no tener explicación a varias cartas incautadas en el Palau que tienen como destinatario o remitente a Ferrovial y en las que figuran expresiones como “esfuerzo”, “presión para las adjudicaciones” o alusiones a licitaciones de obras públicas. Entre ellas, un fax del año 1996 del antecesor de Buenaventura, Rafael Puig-Pey, a Fèlix Millet, en el que le pide “explicar” el interés de Ferrovial en una licitación sobre el Auditorio de Barcelona a los componentes de la mesa de adjudicación.
Buenaventura ha justificado que se reuniera a menudo con Millet por los “problemas” que a su parecer estaban provocando las obras de reforma de la entidad, que subvencionaba Ferrovial, y ha admitido que Puig-Pey le había dicho que Millet decía tener “contactos en la Generalitat”. “Me ha costado una hora y media que saliera esta palabra”, ha bromeado Sánchez Ulled, que no ha querido entrar en más detalles.