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El Govern se abre a negociar una reforma fiscal con los 'comuns' pero advierte que hay “poco margen”

Torra y Aragonès, reunidos en el Palau durante la última crisis entre JxCat y ERC

Arturo Puente

En plena semana de huelgas, con los médicos de la primaria en la calle y la universidad preparándose para su movilización de este jueves, la Generalitat es consciente de que no puede permitirse un año más sin presupuestos. Este martes la portavoz del Govern, Elsa Artadi, ha comenzado a ceder en lo que venía siendo un condición innegociable para JxCat y el espacio exconvergente, cuando se ha abierto a negociar una reforma fiscal con los 'comuns'.

“Somos conscientes de que tocar la fiscalidad es una petición que hará el grupo de Catalunya En Comú Podem. No es una propuesta que el Govern ponga sobre la mesa, pero entendemos que habrá que hablar sobre ello”, ha considerado Artadi. La portavoz ha anunciado que habrá una primera reunión con el grupo de Jéssica Albiach este mismo jueves, donde Govern y 'comuns' podrán contrastar sus propuestas presupuestarias.

El acuerdo entre los partidos del Govern es elaborar unos presupuestos expansivos, en la línea de los aprobados en 2017, que aumenten el gasto social aprovechando la buena marcha de la economía catalana, que ha repercutido en los ingresos. Sin embargo, JxCat y ERC han pactado no presentar una propuesta de cambio fiscal, pero sí ser sensibles a la petición que los de Albiach puedan hacer. En esto, el Govern cambia respecto a la actitud que mantuvo en 2017, cuando Carles Puigdemont y los suyos vetaron cambios impositivos de calado.

Los 'comuns' presentaron su propuesta económica este lunes, tal como adelantó este diario el domingo. Su petición es que se aumente el IRPF a partir de los 90.000 euros, un tramo que está más bajo de la media española, y un aumento del gasto social de 1.700 millones, lo que revertiría con creces el conjunto de los recortes acometidos desde 2010. Ambas son propuestas que el Govern está estudiando, pese a que este lunes el PDeCAT formuló como línea roja infranqueable que se aumentara la presión fiscal.

Artadi ha preferido mostrar una posición más templada que la del PDeCAT, asegurando que no pueden cerrarse de entrada a las propuestas fiscales que están haciendo un grupo que se ha mostrado receptivo a la negociación. “Es cierto que hay que mirarlo de forma global y teniendo en cuenta el poco margen que tenemos”, ha advertido la consellera portavoz, que ha asegurado además que una parte de estos aumentos presupuestarios ya están incluidos en el proyecto consensuado dentro del Govern.

El Ejecutivo catalán sí que tiene previsto seguir trabajando en fiscalidad ambiental y tributos propios, una vía que viene explorando desde la última legislatura de Artur Mas y que Oriol Junqueras continuó, por ejemplo, con el impuesto a vehículos contaminantes o a las bebidas azucaradas. En la pasada legislatura ERC también estudió un aumento en IRPF y, sobre todo, en el impuesto de sucesiones. El actual vicepresident, Pere Aragonès, también ahora está abierto a tocar esta segunda figura impositiva, al considerar que tiene más efectos en la recaudación que los últimos tramos del IRPF.

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