Torra comunica a la Junta Electoral que en sus sedes ya no hay “lazos amarillos” tras cambiarlos por lazos blancos
El lazo amarillo ya no está en el balcón de la Generalitat. Operarios han colocado encima del símbolo vetado por la Junta Electoral Central (JEC) una nueva pancarta que contiene un lazo blanco y rojo. El lema de la pancarta sigue siendo el mismo que la anterior: “Libertad presos políticos y exiliados”.
La nueva pancarta es la manera con la que el president de la Generalitat, Quim Torra, ha considerado que cumple con la recomendación del Síndic de Greuges, Rafael Ribó, que le instó a retirar los lazos amarillos. Torra sabía la posición del Síndic desde el pasado viernes pero no tomó la decisión hasta este miércoles.
Con todo, el mantenimiento del mensaje en favor de la libertad de los presos abre la puerta a que partidos como Ciudadanos y el PP, que ya denunciaron a la JEC la pancarta del lazo amarillo, hagan lo mismo con la del lazo blanco travesado por una línea roja. El portavoz de Ciudadanos en el Parlament, Carlos Carrizosa, ha anunciado este jueves que su partido llevará ante la JEC la nueva pancarta. “Les felicito, es gracioso, pero rompe la neutralidad”, ha ironizado.
A su vez, la JEC)ha pedido a la Delegación del Gobierno en Catalunya un nuevo informe sobre el grado de cumplimiento por parte de la Generalitat de la orden de retirada de lazos amarillos y banderas esteladas de los edificios dependientes del Govern. Este nuevo informe deberá obrar en poder de la JEC antes de las 16.00 horas de este jueves y tendrá que precisar si los lazos amarillos y esteladas han sido sustituidos por otros elementos, detalla la solicitud del supervisor electoral.
El lazo blanco atravesado por una franja roja se inspira en Els Joglars y en una campaña de Òmnium Cultural. El 7 de septiembre de 1977, en el Teatro Argensola de Barbastro (Huesca), en plena Transición, la compañía teatral Els Joglars, dirigida por Albert Boadella, estrenó la obra “La torna”, una crítica mordaz del franquismo que evocaba las ejecuciones en 1974 de Salvador Puig Antich y Heinz Chez.
La obra, que indignó a los altos mandos militares, levantó tal revuelo que llegó a ser objeto de un consejo de guerra contra los artistas que intervenían en la pieza. El propio Boadella fue detenido, pero consiguió fugarse y se refugió en Francia, mientras en España y en el exterior se inició una campaña contra la censura posfranquista que tuvo como símbolo una máscara blanca atravesada por una franja roja que le tapaba la parte de la boca, junto al lema “Libertad de expresión”.
Justamente esta misma imagen de la máscara blanca con la franja roja tapándole la boca y con la inscripción “Libertad de expresión” cuelga desde esta mañana en forma de pancarta de uno de los balcones de la fachada del Palau de la Generalitat, junto a otra pancarta con el lema “Libertad presos políticos y exiliados” y un lazo blanco atravesado también por una franja roja.
Este símbolo inspirado en Els Joglars fue adoptado asimismo por Òmnium Cultural para su campaña Crida per la Democràcia, lanzada en julio de 2017 para reivindicar el derecho de los catalanes a expresarse en el referéndum de autodeterminación que el Govern de Carles Puigdemont ya había convocado para el 1 de octubre.