La Audiencia de Madrid ha condenado a la empresa Uralita a indemnizar con más de 2 millones de euros a 39 personas. Lo novedoso de la sentencia, que es recurrible ante el Supremo, es que obliga a la empresa a indemnizar por primera vez a vecinos y familiares –en su mayoría mujeres– que estuvieron expuestos al amianto, y no sólo a los trabajadores de la fábrica.
La Audiencia corrige una sentencia anterior de un juzgado de primera instancia de Madrid, que fijaba indemnizaciones sólo para los familiares de empleados de Uralita, y que fue recurrida por el Col·lectiu Ronda, el despacho de abogados que representa a los vecinos, familiares expuestos al amianto y a sus herederos.
La sentencia considera que el amianto de la fábrica de Uralita de Cerdanyola –que estuvo abierta de 1907 a 1997– está directamente vinculado con los mesoteliomas, un tipo de cáncer de pulmón, asbestosis o placas pleurales que sufrieron. El fallo señala que, en el caso de los familiares, la exposición al amianto se produjo debido a que los empleados lavaban en sus casas entre 1971 y 1977 los trajes que usaban en la fábrica.
En el caso de los vecinos, la Audiencia de Madrid recuerda que varios informes, el primero de 1977 ya hicieron constar que en las calles de Ripollet y Cerdanyola se encontraban “fibras y residuos de cemento y amianto” debido a que el polvo del proceso de molido de la fábrica se evacuaba al exterior, “sin filtros ni dispositivos de retención y recogida”.
El tribunal concluye que Uralita tenía que ser consciente de los peligros del amianto, ya que desde los años 40 varias instituciones ya alertaron de su peligrosidad. Por contra, la empresa había alegado que las enfermedades no tenían su causa en la actividad de la fábrica de amianto.
El tribunal rechaza esta interpretación y considera que Uralita “no actuó con la diligencia exigible” y es responsable de los daños en los vecinos de Cerdanyola del Vallès y Ripollet que inhalaron fibras de amianto emitidas al ambiente exterior “sin el debido control por la actividad industrial” de la empresa.
La sentencia obliga a pagar indemnizaciones a los enfermos o a sus herederos, por los daños provocados por la fábrica de Cerdanyola, el mayor centro productivo que tenía Uralita en España. En España, entre 1994 y 2008 ha habido 3.943 fallecimientos vinculados directamente al amianto.