Salvador Illa no pierde la templanza pero no esconde su enfado por el Govern por cómo está gestionando la sequía. Se anuncian pérdidas de cosechas y más restricciones mientras arrecia la tensión entre el Govern y la oposición. ERC acusa a los socialistas de dejarse llevar por el “electoralismo” mientras el PSC reprocha al Ejecutivo catalán la falta de previsión y una gestión que considera errática e improvisada.
El líder del PSC también está molesto porque Pere Aragonès haya convocado una mesa de partidos para debatir sobre la ley de la claridad y en esta entrevista desvela que los socialistas no piensan asistir a este foro. “Hay que buscar los puntos que nos unen y no los que nos separan”, resume.
Si la sequía es el principal problema que tiene este país, ¿por qué el Govern y ustedes están todo el día haciéndose reproches en lugar de intentar consensuar medidas para intentar paliarla?
No he reprochado nada al Govern sobre la sequía, y mi trayectoria y la del PSC avalan una mano tendida en temas delicados. Con la sequía hemos tenido exactamente la misma actitud que con los presupuestos o el decreto sobre el catalán en la escuela. Pero se hace difícil consensuar algo cuando se pone el carro delante de los bueyes y el Govern aprueba un decreto sin negociarlo con los grupos parlamentarios. Aquí no hay margen para hacer nada. Lo que debe hacer el Govern es escuchar y adecuar el decreto, pero lo hace al revés.
El PSC se abstuvo en el decreto sobre la sequía, permitimos que saliera adelante pese a que no lo veíamos del todo bien, con el compromiso de que habría un nuevo decreto que finalmente no ha salido porque la reunión con los grupos terminó sin acuerdo. El Govern ha actuado con precipitación y un punto de improvisación. Llevamos muchos meses de sequía y se tendrían que haber hecho cosas antes.
El president Aragonès dice que ustedes actúan por electoralismo pensando en las municipales.
Es obvio que no es así. Al principio de la legislatura, cuando constituimos el Govern alternativo de Catalunya, ya hicimos el primero de cinco documentos sobre la sequía, todos ellos enviados al Govern. Tenemos propuestas concretas. En los presupuestos que hemos negociado y aprobado, uno de los capítulos que más costó fue el del agua. Conseguimos 800 millones en inversiones.
¿Basta con el dinero de la Generalitat? La consellera Jordà ha enviado una carta a la ministra Ribera reclamando fondos Next Generation.
¿Usted cree que la respuesta del Govern tiene que ser, primero, quejarse de que la sequía es cosa de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE); segundo, de los ayuntamientos; y tercero, que el Gobierno de España dé el dinero? ¡Pero si la Generalitat gestiona 33.000 millones de euros!
¿No hace falta el dinero del Gobierno central?
El dinero siempre viene bien, ¿pero usted cree que la respuesta es esta? ¿Hacer un decreto y pedir que se apruebe porque hay que ser responsables? Responsables ya lo somos. El Govern se ha equivocado de enfoque, nosotros tenemos ganas de ayudar y no obstaculizar, pero lo que no haremos será comulgar con cosas que no vemos. En esta fase de la sequía, la política de fiscalización a los ayuntamientos, cuando el Govern no ha hecho los deberes, es un grave error.
¿Por fiscalización se refiere a las sanciones?
Me refiero, en general, a la dinámica de enfrentamiento con los ayuntamientos y de fiscalización cuando el propio Govern está en falso y no ha hecho su plan de gestión de la sequía y la cuenca interna. No sé qué legitimidad moral tiene alguien que no ha hecho su trabajo para multar a los ayuntamientos. Es un enfoque equivocado y en este punto no nos vamos a mover.
La cuestión es que hay más de 200 municipios de Catalunya en situación de excepcionalidad por sequía, cereales y producción de fruta que se perderán y se anuncian ya más restricciones en el consumo de agua de boca. La sensación es que mientras nos explican todo eso, los partidos lo que hacen es pelearse.
Yo no me peleo, yo digo que hemos llegado hasta aquí por la inacción de la Generalitat en la última década y en particular los últimos dos años, cuando se podrían haber hecho cosas y no se han hecho. El año pasado, de cada tres euros de la Agencia Catalana del Agua (ACA), dos quedaron en un cajón, y ya había sequía. Ahora se pueden hacer pocas cosas.
El diagnóstico no puede ser el decrecimiento y renunciar a ciertas cosas, como si en Catalunya nos hubiera caído la séptima plaga de Egipto. Con un recurso históricamente escaso en las cuencas internas, se debe planificar e invertir en agua regenerada y en desaladoras, además de mejorar el riego agrícola. Esto no se ha hecho, e incluso así estamos dispuestos a ayudar, pero no sobre la base de culpar a los ayuntamientos, porque es falso. Y diré lo mismo después de las elecciones.
Con la sequía hemos llegado hasta aquí por la inacción de la Generalitat en la última década y en particular los últimos dos años
Hablando de la campaña que se avecina. Usted ha definido a Ada Colau y Xavier Trias como “los alcaldes de la desilusión y la frustración”. Pero con ella aún están gobernando y con él no descartan hacerlo en función del resultado de las próximas elecciones.
Una cosa no es incompatible con la otra. Barcelona, los últimos doce años, no ha ido tan bien como podría ir. En función de los resultados, hemos intentado influir e intentar estabilizar la ciudad. Barcelona necesita una nueva etapa mucho más ilusionante y en positivo. Tiene que ser la Barcelona del orden, las oportunidades, del orgullo de sí misma; y quien más en condiciones está de lograrlo es Jaume Collboni. Las personas que usted mencionaba [Ada Colau y Xavier Trias] han tenido una oportunidad y no la han sabido aprovechar.
¿Qué le parece que Trias diga que ir contra los poderosos no tiene sentido?
El PSC no hace política en contra de nadie, sino a favor del interés general y de la mayoría de ciudadanos. En el caso de Barcelona, con prosperidad y oportunidades, que en la ciudad haya orden y seguridad jurídica y recuperar la autoestima de barceloneses y barcelonesas, que últimamente se ha perdido.
¿Ahora no hay orden en Barcelona?
Debe haber mucho más. En orden, seguridad y limpieza, Barcelona ha ido hacia atrás. La ciudad debe volver a unos estándares que había tenido y ser más cuidadosa. Aquí tiene mucho que ver también la Generalitat, competente en seguridad ciudadana.
Los datos del Ministerio del Interior no indican un aumento de delitos. ¿Se refiere a la percepción de inseguridad?
La percepción, al final, es lo que cuenta. Hay un terreno de mejora.
En orden, seguridad y limpieza, Barcelona ha ido hacia atrás
El exministro, exalcalde y ahora presidente de la Asociación de Propietarios de Viviendas en Alquiler (Asval) Joan Clos, considera que el tope al alquiler de los pisos “no es progresista y encarece los precios”. ¿Está de acuerdo?
Estoy a favor de la Ley de Vivienda, va en la dirección correcta. Con gobiernos socialistas en Barcelona se hacían 5.000 viviendas por mandato, algo que contrasta con los últimos gobiernos.
¿Por qué ha costado tanto? ¿Por qué no fue de las primeras leyes de la legislatura?
¿Se acuerda de que hubo una pandemia? Estos comentarios sobre ‘por qué se hace ahora’... lo importante es que se ha hecho y no se había hecho nunca. El inicio de la legislatura fue muy complejo, la pandemia duró dos años, y condicionó la agenda legislativa. Me gustará ver qué vota Junts, el partido del señor Trias, en esta ley.
¿Por qué el PSC quiere derogar la medida que obliga a reservar un 30% de las nuevas promociones y grandes rehabilitaciones a vivienda protegida en Barcelona?
El señor Collboni ha sido muy claro: el 30% no ha funcionado. Es una medida que hay que cambiar porque no ha funcionado.
Me gustará ver qué vota Junts, el partido del señor Trias, en la Ley de Vivienda
¿Está de acuerdo con los que vaticinan que el gran éxito o la gran derrota del PSOE se medirá en función de si logra hacerse con la alcaldía de Barcelona y retener el gobierno valenciano?
No hay grandes éxitos o derrotas. Lo que hay son unas elecciones en las que la política que hemos llevado a cabo en las instituciones en las que hemos gobernado o aquí en el Parlament me hacen augurar unos buenos resultados. No me gustan los planteamientos grandilocuentes. Seguiremos trabajando de acuerdo con la representatividad que obtengamos. Creo que nos irá bien, pero la última palabra la tienen siempre los ciudadanos.
¿El PSC va a sentarse en la mesa de partidos que el Govern propone para debatir una futura ley de claridad?
El PSC no estará en nada que nos parezca que busque dividir a los catalanes. En estos momentos, no veo al PSC en un proceso que está mal enfocado y ya ha nacido muerto en el ámbito de partidos independentistas. No asistiremos a la mesa de partidos para la ley de claridad. Hay que buscar los puntos que nos unen y no los que nos separan.
Pero el PSC reclamaba una mesa de partidos.
Seguimos reclamando la mesa de partidos y el cumplimiento de los compromisos a los que llegó ERC. Pero no se está convocando nada de esto, sino una mesa sobre una propuesta que el Govern ha decidido unilateralmente sacar adelante sin el apoyo de nadie y que va en la dirección equivocada. No es el camino.
Hubo un tiempo en que dirigentes del PSC como Miquel Iceta defendían una fórmula como la ley de claridad.
Y hubo un tiempo en que Junts y ERC no trabajaban por la independencia. No aprender de las cosas que han pasado es un error. El PSC ha estado siempre por una Catalunya que forme parte de España y se implique en su gobernabilidad, para hacer por ejemplo la primera Ley de Vivienda de la democracia, hacer sostenibles y subir las pensiones o subir el salario mínimo.
¿Cuál es su propuesta para el encaje de Catalunya?
Lo primero que hay que hacer es generar prosperidad y con ella proteger a los catalanes con políticas públicas buenas. Y hay que modernizar la administración. Además, hace falta también un poco de autoexigencia y no dar siempre la culpa a otro. Implicarnos también en la gobernabilidad de España, plural y diversa, y en la construcción de una Europa que debe ser un espacio cada vez más coordinado para defender nuestro modelo basado en prosperidad, libertad, estado del bienestar y democracias consolidadas.
¿Cuando escucha a algunos de sus compañeros del PSOE como Emiliano García-Page o Javier Lambán hablando de Catalunya piensa aquello de ‘cuerpo a tierra que vienen los nuestros’?
No. Tengo muy buena relación con ambos. No estamos de acuerdo en algunas cosas y en otras sí. El Gobierno de Pedro Sánchez ha adoptado decisiones respecto a Catalunya que eran muy positivas y arriesgadas y lo ha hecho con el apoyo de los señores Lambán y Page.
¿Esas propuestas arriesgadas como los indultos a los presos del procés o la reforma del Código Penal pueden penalizar electoralmente a Sánchez fuera de Catalunya?
No penaliza aquello que resuelve problemas o ayuda a canalizarlos. El paso del tiempo ha permitido ver que esas dos medidas que menciona, además de valientes son acertadas. Yo que me paseo por toda Catalunya y también mucho por el resto de España compruebo que la gente entiende que se ha hecho lo que se tenía que hacer para encauzar esto políticamente.
Clara Ponsatí, que regresó tras la reforma del Código Penal por la que solo se la puede acusar de desobediencia, afirmó que había venido para denunciar “la vulneración sistemática del estado de derecho en Catalunya”. ¿Qué pensó al escucharla?
Pienso que no se corresponde con la realidad. No tengo mucho más que decir.
Al preguntarle por Carles Puigdemont a menudo responde que le gustaría verle haciendo frente a las consecuencias de sus actos.
No lo digo a menudo, lo digo siempre.
¿Le gustaría verle en la cárcel?
Lo que me gustaría es que hiciese frente a sus actos al igual que todos los ciudadanos. Nadie tiene que estar por encima de la ley y el estado de derecho. Menos aún los dirigentes políticos. No le deseo ningún mal a nadie, pero todos debemos asumir nuestras responsabilidades, también el señor Puigdemont.
No le deseo ningún mal a nadie pero todos debemos asumir nuestras responsabilidades, también el señor Puigdemont
Pese a su larga trayectoria política se ha estrenado esta legislatura como diputado y es bastante crítico con el funcionamiento del Parlament. ¿Qué es lo que cambiaría?
Las instituciones y el Parlament en particular no están siendo tratadas adecuadamente por algunas formaciones políticas que las instrumentalizan. ¿Usted cree que es normal que llevemos desde septiembre sin una presidencia efectiva en el Parlament? Yo creo que no. ¿Es normal que estemos discutiendo quién puede votar y quién no sin respetar nuestras propias reglas? Yo creo que no.
Represento al primer grupo y he hecho dos propuestas concretas. Una es de modificación de la ley que establece las retribuciones de los expresidentes del Parlament y la otra es un cambio puntual del reglamento para que cuando haya un presidente o presidenta que haya recibido una condena por corrupción, como es el caso de la señora Laura Borràs, se la pueda apartar del cargo. Junts, ERC y la CUP, que son los grupos que facilitaron su presidencia, no han sido capaces de resolver este caso. No es la imagen que tiene que dar el Parlament y me duele mucho.
La señora Borràs dice que no se la ha condenado por corrupción.
¿Quiere que le envíe la sentencia? Yo no discutiré sobre si la Tierra es plana. La Tierra es redonda y da vueltas alrededor del Sol.
ERC no niega que Borràs tenga que abandonar la presidencia pero consideran que debería ser cuando exista una sentencia firme.
Esto sí es electoralismo. Son posiciones tácticas pensando más en el 28 de mayo que en el Parlament, en Catalunya y sus instituciones de autogobierno. Ya hay una sentencia. El Parlament no se merece esto.
¿Usted cree que es normal que llevemos desde septiembre sin una presidencia efectiva en el Parlament? Yo creo que no
En un acto político en Terrassa usted hizo cierta mofa del alcalde, Jordi Ballart, antiguo compañero suyo. Dijo que “siempre le pasan cosas”. Teniendo en cuenta que ha recibido amenazas homófobas y que durante un tiempo Ballart estuvo fuera para poder cuidar a su hijo mientras se le trataba de un cáncer, ¿se arrepiente de la afirmación que hizo?
No, porque no falté al respeto a nadie. Todo el que me conoce sabe que soy muy respetuoso. Lo que dije y reitero es que para algunos la política y dirigir una ciudad consiste en ser él el protagonista y no la ciudad. No es el único caso. Para nosotros el protagonismo debe ser de la ciudad. Terrassa, Barcelona, Sabadell, Granollers... Hice unas afirmaciones desde el máximo respeto por todo el mundo y pido el mismo para mí y mi formación. No me arrepiento de ninguna de las afirmaciones que hice.
Cuando dice que no es el único caso, ¿a quién se refiere?
Se entiende, no creo que sea necesario ser explícito. Algunos se otorgan protagonismo en vez de dárselo a la ciudad y sus proyectos.
No dice el nombre, pero esa es una acusación que se hace habitualmente a Ada Colau.
He dicho lo que he dicho. Donde nosotros gobernamos el protagonismo es de la ciudad. En Cornellà no es de Antonio Balmón, en L'Hospitalet no es de Núria Marín o en Santa Coloma de Gramenet no es de Núria Parlón, es de la ciudad. Es como las cosas van bien.
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