El president de la Generalitat, Quim Torra, se ha comprometido este martes a “ponerse a disposición del pueblo de Catalunya” a través del Parlament si las sentencias de los independentistas encarcelados acaban en condenas. Con estas palabras, el jefe del Govern ha asegurado que “no aceptará” las sentencias y que comunicará a los líderes españoles y europeos su desacato, sin precisar cómo se traduciría esa posible desobediencia.
“Personalmente no puedo aceptar ni aceptaré ninguna sentencia que no sea la libre absolución”, ha asegurado, remachando: “Estudiaré qué decisiones hay que tomar y me pondré a disposición del pueblo de Catalunya, a través de sus representantes legítimos en el Parlament”. Pese a la amenaza velada de volver a la unilateralidad, el president no ha concretado su propia posición sobre qué se debe hacer ante unas sentencias condenatorias.
Torra ha hecho este compromiso público en la conferencia que ha pronunciado este martes en el Teatre Nacional, con el que ha marcado el rumbo de su Govern en los próximos meses. En este arranque de legislatura, el president ha propuesto además “una marcha por los derechos civiles, sociales y nacionales de Catalunya” en forma de movilización masiva.
Tal y como avanzó este diario, Torra plantea una escalada en la movilización independentista desde la Diada hasta el juicio al 'procés', que sea la antesala de una eventual desobediencia a la sentencia del Tribunal Supremo. Pese a esto, el jefe del Govern ha asegurado “tener la mano tendida al Gobierno español para buscar bilateralmente soluciones políticas”. “Pero”, ha advertido, “no renunciaremos nunca a nuestro derecho a la autodeterminación”.
En ese sentido, el jefe del Govern ha lanzado al presidente Sánchez una nueva oferta “solemne” para negociar un referéndum de autodeterminación pactado. “Sentémonos, escuchémonos, hablamos y negociamos, siempre con la paz y la democracia como principios de actuación”, ha indicado. Pese a esto, Torra ha debido de conjugar esta propuesta con su reafirmación de que el 1 de octubre obtuvo un “mandato”. “El referéndum ya se ha hecho”, ha indicado, pero también que “un referéndum de autodeterminación acordado, vinculante y reconocido internacionalmente puede renovar aquel mandato”.
La propuesta desplegada este martes por Torra se mueve entre la invitación al diálogo con el Gobierno central y la amenaza velada de volver a la unilateralidad. Metido en segunda vía y bajo el eslogan de “libertad o libertad”, Torra ha asegurado que es hora de poner en marcha “la primera fase del proceso constituyente”. Como punto de partida, el president ha propuesto constituir un “Foro Cívico, Social y Constituyente”, para comenzar un debate participativo para sentar las bases del nuevo Estado. Este debate, ha considerado, debe servir para articular nuevos “consensos”, que a su parecer pueden reunir al 80% de la población catalana.
Junto a eso Torra se ha referido a las instituciones catalana como “herramientas al servicio de la libertad”. Sobre su Govern ha dicho que los planes “sociales y de progreso” y la recuperación de las leyes suspendidas por el Constitucional serán la prioridad de su mandato. Y, para la llamada “internacionalización” de la idea independentista, Torra ha aludido al Consell de la República, la institución privada de Carles Puigdemont que opera desde la ciudad belga de Waterloo. “Movilización en la calle, instituciones al servicio de las políticas sociales y de progreso, y proyección internacional son los tres pilares sobre los que actuar los próximos meses”, ha indicado.
La conferencia de Torra se enmarca en un inicio de curso en el que el independentismo discute sobre las diferentes estrategias para encarar la legislatura. “Quiero que esta conferencia sirva para abrir un debate en el país, creo que es importante que se tengan estos debates”, ha dicho, pese a que sus socios de ERC habían aceptado de antemano que Torra hablaría como president.
Torra ha reivindicado sin ambages el camino recorrido desde el pasado octubre. “Nuestro punto de partida es el referéndum del 1 de octubre, la gran movilización del 3 de octubre y la declaración política de independencia del 27 de octubre”, ha asegurado, describiendo la voluntad de secesión en una “causa justa”.