El centro de salud del Raval de Barcelona especializado en enfermedades de transmisión sexual y tuberculosis volverá a retomar su actividad, parcialmente, a partir del lunes. Lo hará después de un mes cerrado para que sus profesionales pudieran reforzar la lucha contra la COVID-19 en el Hospital Vall d’Hebron, del que depende este servicio.
El comité directivo del hospital ha aprobado este martes la recuperación de al menos seis consultas en el centro de Drassanes, denominado oficialmente Centro de Salud Internacional y Enfermedades Transmisibles. Desde el Vall d'Hebron insisten en que el cierre del edificio no supuso la suspensión del servicio, sino que se siguió prestando en el hospital, y argumentan en este sentido que se han hecho un millar de consultas durante este mes.
Sin embargo, colectivos como el LGTBI, expertos en enfermedades infecciosas e incluso algunos trabajadores alertaron que sí se perdió gran parte de las consultas y que, además, alejar el servicio del Raval suponía alejarlo también de aquellos colectivos vulnerables que más se benefician de él. Entre sus servicios, destacan pioneros programas de detección rápida de VIH o cribados activos para diagnosticar enfermedades como la tuberculosis o el chagas.
Fuentes del Hospital Vall d’Hebron aseguran que el traslado del servicio estaba previsto en su plan de contingencia, para reforzar el hospital durante la escalada de contagios, y que la recuperación “progresiva” en Drassanes corresponde, de igual forma, a la mejora de la situación asistencial.
Las seis consultas que se retomarán en Drassanes corresponden a tuberculosis, enfermedades internacionales y a la dispensación del medicamento PrEP, de prevención del VIH. Esto último será lo único que se recuperará por ahora en materia de infecciones de transmisión sexual. La actividad, por lo tanto, será sensiblemente inferior a la que se mantenía antes de la segunda ola o, más aún, de marzo.