Un nuevo confinamiento total en diez días. Este es el horizonte que ha puesto este lunes el president de la Generalitat, Quim Torra, en caso de que la ciudadanía no siga las restricciones y recomendaciones en vigor para contener el coronavirus. El president ha reconocido que la epidemia está fuera de control en Barcelona y su área metropolitana y ha alertado de que día de hoy Catalunya está “en la situación previa” al confinamiento del mes de marzo.
“Estamos en los 10 días más importantes del verano para saber si con la solidaridad, la colaboración y el esfuerzo colectivo de todos somos capaces de enderezar la situación. Pero la situación es crítica, si no lo conseguimos tendremos que retroceder”, ha aseverado Torra.
La comparecencia no ha estado exenta de contradicciones. Al tiempo que ha instado a la población a reducir al máximo la vida social, con mensaje directo a los jóvenes –“hoy el botellón no es una fiesta, es un acto de insolidaridad”–, Torra ha abierto las puertas a los turistas extranjeros. “Catalunya es una destinación turística responsable y segura”, ha dicho Torra en inglés en plena inquietud del sector turístico por la cuarentena anunciada por Reino Unido para quien viaje a España.
La semana que empieza este lunes es la segunda con las restricciones en vigor para intentar contener el avance de la pandemia en el área metropolitana de Barcelona. La Generalitat ha prohibido las reuniones de más de 10 personas en la calle o en espacios privados, ha limitado al 50% el aforo en el interior de bares y restaurantes y ha recomendado a todos los ciudadanos no salir de casa salvo para trabajar y comprar lo imprescindible. En principio, las medidas debían durar 15 días.
Lejos de remitir, los responsables epidemiológicos del Govern ya advirtieron de que el número de contagios podría llegar a doblarse en el área metropolitana de Barcelona esta semana. Por ello la Generalitat implantó desde este pasado sábado más restricciones relacionadas con la socialización, el ámbito del que provienen más contagios, y cerró las discotecas, salas de baile y de fiestas con espectáculo en toda Catalunya. Además, en Barcelona y Lleida se ha ordenado a los bares y restaurantes cerrar a medianoche.
Torra ha hecho un llamamiento a la ciudadanía para cumplir con todas estas limitaciones ya que, en caso contrario, deberán tomarse “medidas nuevas y más restrictivas que nadie desea” debido al “momento complejo y muy crítico”. El president ha fundamentado su aviso en el aumento exponencial de casos: la semana que se cerró este domingo se confirmaron 5.470 nuevos diagnosticados por 3.485 la semana anterior.
El president ha alertado de que los pacientes en UCIs han pasado en siete días de 57 a 75. Pese al aumento, están lejos de los 1.500 del peor momento de la pandemia la última semana de marzo. El “impacto” de los nuevos brotes, ha explicado Torra, se centra en la Atención Primaria, que vuelve a estar tensionada porque debe afrontar en cuadro el rastreo y diagnóstico de casos tras años de infrafinanciación y con parte de la plantilla de vacaciones porque el Govern había previsto que la segunda ola de coronavirus llegaría en otoño en vez de durante el verano.
A diferencia de la primera fase de la pandemia, la situación en hospitales y residencias está “controlada”, ha dicho Torra. “Ya sabemos cuál es la manera de no revivir los días de ansiedad y oscuridad de febrero: parar el ritmo y no mezclarse constantemente con grupos. Está en nuestras manos evitarlo”, ha insistido el president.
Además de la llamada a la responsabilidad ciudadana, Torra ha echado mano de la autoridad para intentar frenar la curva de contagios y ha anunciado que ha pedido a la conselleria de Interior y a los municipios que los Mossos y las policías locales apliquen “con severidad” las sanciones previstas en caso de incumplimiento de restricciones.
Tras las peticiones de la patronal de la gran empresa Foment del Treball para no volver al confinamiento y las críticas del sector del ocio por las restricciones decretadas, Torra ha avisado de que no le temblará el pulso para adoptar cualquier tipo de medida. “Si los expertos me piden tomar decisiones más duras, no me doblegará la presión de ningún 'lobbie'”, ha zanjado.
La oposición critica a Torra
La oposición en pleno ha criticado la comparecencia del president. La líder de Catalunya En Comú Podem, Jéssica Albiach, ha acusado a Torra de tener “una doble vara de medir” en la gestión de la pandemia por pedir a los catalanes reducir al máximo la vida social y al mismo tiempo invitar a los turistas a Catalunya. “Entendemos el inglés y nos parece una tomadura de pelo decir que el botellón es una insolidaridad y a la vez decir a los turistas que pueden venir sin problema”, ha afeado Albiach.
El PSC ha lamentado las “vaguedades y lugares comunes” que, a su juicio, han marcado la rueda de prensa de Torra. El diputado socialista Ferran Pedret ha criticado que Torra no haya anunciado nuevas medidas y se haya limitado a reclamar responsabilidad a los ciudadanos para evitar un nuevo confinamiento en diez días y ha preguntado al president si mantiene su confianza en la consellera de Salud, la republicana Alba Vergés, habida cuenta de que este lunes ha comparecido sin ella.
Según el diputado del PP en el Parlament Daniel Serrano, Torra ha trasladado “toda la responsabilidad” a los ciudadanos “bajo amenaza de confinarnos otra vez mientras él y su Govern se lavan las manos y eluden cualquier autocrítica”. “Es sorprendente porque ha sido la incompetencia de Torra y del Govern la que nos ha traído hasta aquí”, ha zanjado