Los nubarrones sobre el futuro de las plantas de Nissan en Catalunya son cada vez más oscuros, según aseguran los trabajadores de la empresa automovilística. La falta de respuestas de la compañía después del tercer día de huelga indefinida hace sospechar a los representantes sindicales que la decisión de cerrar la fábrica de Barcelona está tomada. “La empresa está desaparecida”, señala Xavi Hernández, secretario general de UGT Zona Franca. “En otra situación hubiese presionado para empezar una mediación, pero no han dicho nada. Creemos que la decisión ya está tomada”.
El plan de negocio a medio plazo que la multinacional japonesa presentará el próximo 28 de mayo, adelantado el miércoles por la agencia Reuters, prevé que la empresa se retire de Europa y concentre su actividad en EE. UU., China y Japón. El nuevo plan, según los trabajadores, implicará el cierre de la planta de la Zona Franca, con una plantilla de 3.000 trabajadores. “Todos los inputs que tenemos nos llevan a pensar esto”, prosiguen desde UGT. “Ni la empresa ni la administración apuestan un duro por nosotros”.
La movilización comenzó el lunes en la planta de Montcada i Reixac, donde el seguimiento fue del 100%, y fue afectando paulatinamente al resto de centros de Nissan en el área metropolitana de Barcelona. La estrategia sindical, según la agencia ACN, pretende comprometer una comanda de más de mil vehículos pick up (Mercedes X) que la multinacional debe entregar a Mercedes este mayo. Se trata de la primera vez que los empleados de Nissan convocan una huelga indefinida en esta planta, donde también se producen 60 unidades diarias de la furgoneta eléctrica eNV200 (antes de semana santa eran 102 al día).
Este jueves la planta de la Zona Franca ha tenido que paralizar la producción porque se ha quedado sin suministros debido a la huelga en las otras fábricas. El paro también ha afectado al recinto de Nissan en Sant Andreu de la Barca, donde también se ha paralizado la producción este jueves.
Según fuentes sindicales, la dirección de la planta de Zona Franca ha pedido a la mayoría de trabajadores que regresen a su domicilio con un permiso retribuido ante la imposibilidad de seguir trabajando. La medida no afecta al departamento de mantenimiento, donde se seguirá trabajando con los turnos habituales.
La movilización no ha permitido a los trabajadores, de momento, conseguir concreción sobre los planes de futuro de la empresa. La principal reivindicación de los sindicatos -un compromiso de mantener los empleos durante 12 meses- no ha obtenido respuesta alguna de la compañía y los trabajadores insisten en que deben saber cuáles son las intenciones. “Lo único que pedimos es saber qué va a suceder para empezar a buscarnos la vida”, añade Hernández. “Es muy duro no saber qué pasará”.
Las administraciones -Gobierno y Generalitat- tampoco ocultan que el futuro de la empresa automovilística es más que complicado. Aun así, desde el Departamento de Empresa este jueves se esforzaban por enviar el mensaje de que la decisión final aún no se ha tomado. “No tiramos la toalla, seguimos trabajando para que Nissan continúe en Catalunya. Estamos trabajando en coordinación con el Ministerio [de Industria] y con el objetivo de garantizar los puestos de trabajo”, ha asegurado un portavoz del Govern.
El pasado noviembre, la consellera de Empresa y Conocimiento, Àngels Chacón, se reunió en Japón, en la sede central de Nissan, con los máximos dirigentes de la compañía. A pesar de que en ese momento ya se habían publicado informaciones que apuntaban a la posible marcha de la empresa de Barcelona, el Govern aseguró que Nissan había “reafirmado” su “compromiso con la planta de Catalunya”.
La conselleria de Empresa anunció el pasado mes de abril el plan de apoyo a la industria de la automoción, un sector que representa en Catalunya el 10% del PIB y del que se calcula que dependen 143.000 puestos de trabajo, entre los directos y la industria auxiliar. La semana pasada la planta de Seat, la más importante de Catalunya, retomó la actividad tras cinco semanas de parada por la pandemia, aunque lo hizo bajo un ERTE y con la producción a medio gas. Los trabajadores de Nissan ya denunciaron entonces sus sospechas de que la empresa no volviera a abrir sus puertas.