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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

La verbena de Sant Joan vuelve a las playas de Barcelona dos años después

ACN

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La noche de Sant Joan volvió a celebrarse en las playas de Barcelona dos años después, tras la cancelación de las verbenas de 2020 por la pandemia. Después de que el año pasado los ayuntamientos optasen por cerrar las playas ante el riesgo de un contagio masivo de la COVID-19, este año se ha podido volver a oír música y petardos, con los fuegos artificiales como telón de fondo durante toda la noche. Entorno a la medianoche, cientos de personas se han congregado a pie de arena en la zona costera de Barcelona, donde los chiringuitos también estaban abiertos y llenos a rebosar. En la playa, algunos grupos no han mantenido la distancia de seguridad ni han hecho uso de la mascarilla. Por su parte, la Guardia Urbana ha 'blindado' el barrio de la Barceloneta con vallas y cintas para evitar que las personas que iban o volvían de la playa el cruzaran y molestaran los vecinos.

El dispositivo de la Guardia Urbana ha destinado 150 agentes a la gestión de esta noche, la mayoría de los cuales se han situado en la zona de las playas, la más concurrida. Los agentes municipales habían colocado una cadena de vallas de un metro de altura entre el barrio de la Barceloneta y el paseo marítimo, con el objetivo de que las personas que quisieran acceder a la playa lo hicieran por los dos extremos, y así intentar proteger el descanso vecinal. Aunque en algunos casos puntuales algunos de los asistentes se han saltado las barreras, la mayoría de los que han querido conmemorar la verbena en las playas de San Sebastián, San Miguel o la Barceloneta han accedido por el paseo Joan de Borbó y no por el centro del barrio marítimo.

Por otra parte, a pesar de la prohibición de beber alcohol, su consumo ha sido bastante generalizado y no ha habido prácticamente controles a pie de arena. Algunos de los grupos, muchos de ellos formados por turistas que vivían la noche de Sant Joan por primera vez en la capital catalana, se han acabado mezclando y bailando, emulando una imagen que se ha visto en las últimas semanas tanto a las playas de Barcelona como otros lugares como el Paseo del Born.

De hecho, la alcaldesa de Barcelona, ​​Ada Colau, ha defendido en rueda de prensa esta semana que las playas son un lugar “seguro y aireado”, pero que “una cosa es la verbena y la otra el descontrol”. Colau también avisó que habría controles de la Guardia Urbana para evitar el consumo de alcohol o la entrada de tiendas de campaña y equipos de música.

Emoción por la verbena, pero divergencia de opiniones sobre la seguridad

Muchas de las personas que han querido celebrar la noche de Sant Joan en las playas de Barcelona han llegado hace poco tiempo a la ciudad y, por culpa de la pandemia, no pudieron hacerlo el año pasado. Adrián, de 25 años, explica que vino hace dos años de Asturias y que ha sido un verdadero “puntazo” haber podido celebrar la noche en la Barceloneta.

Luis Díaz, sentado en uno de los chiringuitos que han estado abiertos hasta las 3.30 horas de la madrugada, explica que él y sus amigos no querían perderse esta “oportunidad” y valora que “todo está muy bien organizado”. Además, el joven asegura que es mucho mejor celebrarlo en la playa, donde están “más tranquilos y seguros” que en una discoteca o un local interior.

En una línea similar, Cristian Sánchez indica que hay muy buen ambiente y que la apertura de las playas es “un buen paso” después de los avances en el ritmo de vacunación: “Aprovechando esto, he querido venir con un amigo para pasárnoslo bien”, añadió.

En cambio, Feyza Olson critica que no se siga la normativa anticovid, especialmente la distancia de seguridad, aunque afirmó que se quedaría en la playa durante toda la noche. En el mismo sentido, Alice Tregrand dijo que quería asistir a la celebración porque es “muy famosa”, pero reconoce que le da “miedo” que haya “mucha gente”.

Las playas, el punto de mayor incidencia durante la noche de Sant Joan

Barcelona decidió abrir todas sus playas justamente para evitar grandes aglomeraciones en pocos puntos de la ciudad. En cambio, las playas de la zona sur del área metropolitana, como El Prat, Castelldefels, Gavà, Viladecans, Garraf, Sitges o Vilanova, han permanecido cerradas. Los respectivos ayuntamientos han optado por seguir la recomendación del Procicat para evitar grandes masas de gente.

Según la Guardia Urbana de Barcelona, ​​durante esta noche también se ha contado con el apoyo de 24 informadores, que han trabajado entre las 20 h y las 3 h. Además, el cuerpo había anunciado inspecciones a los chiringuitos del litoral y controles preventivos de alcoholemia y drogas en toda la ciudad. Si no se corrigen los “malos usos” de las playas vistos los últimos días, alertó Colau, se estudiarán medidas para que en ningún caso el litoral asocie al “descontrol” ni tampoco se llene de basura.