Vecinos de Alpera se organizan para crear una plataforma contra la instalación de una macrogranja
Una empresa valenciana ha puesto sus ojos en el municipio albaceteño de Alpera para albergar en su término municipal una explotación porcina que, según el proyecto que ahora está en proceso de estudio de impacto ambiental, albergaría 7.200 cerdos que llegarían a las instalaciones con 20 kilos y saldrían de ellas, directos al matadero, ya pesando 100. Es lo que se conoce como granja de cebo y, de obtener la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) positivo, las esis naves proyectadas se levantarán en el Paraje del Lomazo, a unos 3,7 kilómetros del casco urbano de la localidad.
7.200 cerdos suman casi tres veces la población actual censada en el municipio que, en 2016, contabilizaba 2.289 vecinos. Ahora y ante la posibilidad de que esta macrogranja pueda instalarse en su localidad los vecinos han empezado a moverse y mostrar su desacuerdo con la posibilidad remota de que esto suceda. Ante el desasosiego y la negativa popular los vecinos se han citado para el próximo jueves, 26 de abril, en una charla informativa en la casa de la cultura de Alpera de la que saldrá la plataforma local que aúne el descontento generalizado. Así lo ha asegurado a esta redacción Jaime Collado, vecino de Alpera, que describe a las macrogranjas como bestias negras que terminarán por despoblar las zonas rurales y, concretamente, su municipio. “Esto no tiene ningún sentido”, dice el vecino de Alpera, que asegura que la localidad “está viva” y que de instalarse la macrogranja “al pueblo se lo cepilla”.
No es algo aislado, según Jaime, que cuenta que los ánimos en Alpera “están calentitos”. De ahí a que ya se hayan puesto en contacto con la plataforma regional ‘Stop macrogranjas, pueblos vivos’ y colectivos ecologistas que les han impulsado a crear una plataforma local para aunar esfuerzos.
De momento han surgido iniciativas espontáneas, como la puesta en marcha una recogida de firmas a través de internet donde muestran su preocupación. Dice este escrito, que ha superado las 700 rúbricas de apoyo que las macrogranjas “ayudan a la contaminación ambiental y a la despoblación rural entre otros muchos problemas”. “En un lugar donde se supone que vivimos del campo y del aire limpio lo quieren convertir en una granja de cerdos donde nadie podrá aguantar sus terribles consecuencias”.
Es, precisamente la contaminación lo que más preocupa en este municipio albaceteño. Los purines están en el punto de mira por el olor que desprenden y por la contaminación tanto del suelo como del agua. A esto se suma la cantidad de agua que, tal y como dice el proyecto, va a necesitar la infraestructura: cerca de 7.000 metros cúbicos anuales. Pero no es lo único. Jaime advierte de que si ahora montan una granja de cerdos “otro de los efectos secundarios es que además de la contaminación, se va a dar la despoblación, aparte las fincas y las parcelas se van a depreciar. ¿Quién va a querer venir a vivir aquí?”.
El jueves estará con ellos su alcaldesa, Cesárea Arnedo, del Partido Popular. Según Collado, la primera edil les ha mostrado personalmente su rechazo a que la macrogranja se instale en el municipio.