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Sobre este blog

Este blog se dedicará a hablar de uno de los fenómenos más incipientes de la actualidad: el mundo seriéfilo. Recomendará, analizará y traerá curiosidades de series de televisión estadounidenses, británicas, europeas y de otros países del mundo.

 

‘American Crime’ (3T): un rara avis que termina su vuelo en la televisión en abierto

Foto: movistar.es

Mario Cerdeño

‘American Crime’ ha sido esa 'rara avis' que ha surcado los cielos de la televisión en abierto y que, la cadena ABC ha cancelado tras tres temporadas y una audiencia que prácticamente no se podía tolerar; de hecho, sólo el prestigio y los premios han conseguido que este pequeño milagro durase tres años. Sin embargo, ahora más que nunca -tras su cancelación- y con la que está cayendo, parece ser necesaria e imprescindible que nunca. En el blog no he perdido la oportunidad de escribir sobre ella cada temporada: ‘American Crime’ (1T) y ‘American Crime’ (2T).

La serie creada por John Ridley (‘12 años de esclavitud’) vuelve a construir otra temporada pegada a la realidad social y económica del momento. En este tercer y último tramo de su antología no ha hecho nada más que constatar y poner el foco en el gran abismo que hay en la sociedad estadounidense y, posiblemente, en el mundo entero. El escritor estadounidense vuelve hacer sentir incómodo al espectador con una narrativa compleja, intensa y afilada. Su lucha es la de remover la conciencia de las personas y, esto, ha sido su constante desde el minuto uno. Un viaje que comenzó por una crítica al racismo estructural del sistema judicial y político americano, pasando por la violencia y la violación, entre otros temas; y que, termina en esta tercera temporada, en otro alarde de crudeza y dolor para demostrar que la sociedad está profundamente enferma.

‘American Crime’ se traslada a una localidad de Carolina del Norte para narrar diferentes historias de corte social, político e económico: explotación sexual e infantil, políticas laborales y desigualdad económica, tráfico de personas, inmigración ilegal, el sistema de ayuda social y el derecho del individuo. Una crítica muy punzante dirigida a un capitalismo voraz y duro que trunca, de alguna manera, la vida de todos los protagonistas de esta temporada temporada.

El discurso de ‘American Crime’ no ha cambiado en ninguna de sus temporadas y, sin duda, siempre ha querido aspirar a más; y, la tercera, no ha sido para menos. Su narrativa vuelve a ser igual de franca y dolorosa pero, quizás, menos ‘empática’ y ‘personalista’ que las anteriores, y lo pongo entre comillas porque yo no lo creo, sin embargo, tengo la sensación -por lo visto en redes sociales-, que ha levantado menos ruido que las anteriores. Posiblemente por la multiplicidad de temas que contiene la temporada, ya que en la primera y la segunda estaba mucho más focalizado; o, porque, alguno de ellos -temas- les sean más lejanos al espectador. No lo sé. Sin embargo, yo he conectado profundamente con cada una de las historias y he sentido la misma angustia y desasosiego.

Cada uno de los personajes son supervivientes de una sociedad y sistema que les resulta nocivo y perjudicial. Habitantes de un entorno inhóspito que les convierte en víctimas y, en algunos casos, en lacra. Su lucha prosigue en un capitalismo que, literalmente, les convierte en esclavos y sumisos perdiendo sus derechos básicos, laborales y civiles. La crisis económica solo hace acentuar aún más este problema que deriva en una gran brecha social que, actualmente, padece Estados Unidos. Sin embargo, ‘American Crime’ universaliza el relato para pasar de lo particular -lo humano-, a lo general -universal-, como tan bien hizo ‘The Wire’ en su época.

Lo formal, sobrio y excelente, y lo textual, lejos del efectismo, brindan una excelente simbiosis: el primero, obliga al espectador a enfrentarse a la realidad a través de una mirada íntima, dura y desasosegante; el segundo, un texto rico en complejidad y matices. Una labor extenuante para demostrar -al espectador- que el mundo está hecho una mierda y que va a necesitar una lucha dura y larga para cambiarlo.

Con esta tercera temporada de ‘American Crime’ se despide una de las series más duras y de más calidad que han poblado estos últimos años la televisión en abierto; de hecho, seguramente mi recomendación tenga la misma audiencia que la propia serie, es decir, poca, pero nunca me cansaré de reivindicarla.

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