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El aeropuerto de Ciudad Real apunta a febrero de 2019 para volver a recibir tráfico aéreo
El próximo martes, día 25 de septiembre, está previsto que se formalice la escritura de compraventa del aeropuerto de Ciudad Real casi 10 años después de que despegara el primer avión de esta infraestructura, y a partir de esa fecha Ciudad Real International Airport (CRIA) será la propietaria de las instalaciones dos años después de iniciar el proceso de compra.
El empresario al frente de CRIA, Rafael Gómez Arribas, ha asegurado en una entrevista con Europa Press a solo cuatro días de hacerse por fin con el aeropuerto que, tras un proceso “muy duro” en el que ha arriesgado los casi ocho millones de euros que ha gastado desde 2016 en el mantenimiento de las instalaciones, a partir del próximo miércoles estará la puerta abierta para que varias empresas que ya han mostrado su interés en los últimos meses puedan por fin recalar en el aeropuerto con la previsión de que en febrero se abra de nuevo el espacio aéreo.
En una primera fase de apertura, Gómez Arribas avanza que la actividad a la que se dedicará el aeropuerto será la de dar servicio a empresas de mantenimiento de aviones, desguace, aparcamiento de aeronaves o logística. Tras una “ingente labor” de casi dos años, ahora Gómez Arribas vaticina un futuro “imparable”, toda vez que la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) ya ha procedido a una primera inspección para dar el visto bueno al inicio de los trámites de apertura del espacio aéreo.
En el corto plazo, el siguiente movimiento será una segunda inspección de AESA a los 15 días de escriturar, y si sale adelante arrancará el proceso de publicación de comunicación aeronáutica internacional, el aeropuerto tendrá asignadas sus coordenadas y posición geográfica oficial y se abrirá al “mercado aeronáutico internacional”. Cuando la empresa reciba formalmente las llaves, “lo primero será contactar por escrito con todas las empresas con las que ya hay acuerdos comerciales para confirmar que el aeropuerto ya está adquirido”.
“Ya hay varias empresas de logística y mantenimiento que se van a instalar. Algunas están casi aburridas por lo mucho que se ha prolongado en el tiempo. Por eso era urgente ponerlo en marcha”, ha señalado el empresario.
Saldo positivo y cien empleos en el primer año
El plan de negocio que plantea CRIA pasa por la generación de cerca de un centenar de empleos y tener saldo positivo tras la implantación de este tipo de empresas, que por su tipo de actividad no requieren de más inversiones en las instalaciones. Además, ha detallado que toda la inversión que sea necesaria a partir de ahora “se va a hacer fundamentalmente por las empresas que allí se instalen”. Tras una primera llegada de empresas de transporte, logística o mantenimiento, no se descarta una segunda fase en la que operen sociedades de producción de energía o de ensamblaje de productos de alto valor específico.
En esta línea, no ha descartado que estas empresas acaben participando en la propiedad “si las condiciones son convincentes”. En el medio plazo, tampoco cierra la puerta a “completar toda la potencialidad económica que tiene el aeropuerto” con un uso comercial de la infraestructura. Para eso, “es necesario potenciar el ferrocarril y la parte logística, y terminar la urbanización de toda la zona industrial” del entorno.
“Tenemos confirmación de la llegada de empresas que además son sólidas y solventes, y que llegan con un horizonte de funcionamiento a largo plazo. Entran para quedarse. Nadie hace inversiones importantes si no tiene un horizonte de al menos 25 años para amortizar”, ha manifestado.
Los primeros cinco años serán “duros”
Gómez Arribas reconoce que los primeros cinco años serán “duros, de sangre, sudor y lágrimas”, pero confía en que al final de la primera década gestionando el aeropuerto “ya habrá un potencial importante de puestos de trabajo e inversiones”.
Sobre el papel de las administraciones públicas durante el proceso y en lo que está por venir, Gómez Arribas ha dicho que están “expectantes” y a la espera de que arranque el proyecto “para después poder apoyarlo de una manera más notoria o pública”. “El aeropuerto tenía y sigue teniendo muy mala prensa. Eso ha hecho que las administraciones hayan tenido cautela, lo cual es lógico. Pero algunas de ellas como la Diputación, el Ayuntamiento de Ciudad Real o la asociación de municipios del Campo de Calatrava nos han ayudado muchísimo, sobre todo en los momentos más duros”, ha señalado.
El empresario ha querido poner el acento en que en su plan de negocio no entra vender el aeropuerto. “Se compra para ponerlo en explotación, blindar la propiedad ante los avatares futuros y hacer que permanezca la propiedad por mucho tiempo”, ha aclarado. En todo caso, al final de un primer periodo de entre cinco y diez años, “aquella parte de las inversiones que se hagan que se puedan sacar a bolsa, se sacarán”. “Y ese es el horizonte que tiene la evolución del proyecto”.