El ministro valenciano de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos (PSOE), dió varias claves sobre el estado de situación de diferentes tramos del Corredor Mediterráneo en respuesta a una interpelación del senador de Junts per Catalunya, Josep Lluís Cleries, el pasado 8 de junio.
La principal conclusión es que las obras de implantación del tercer hilo en la segunda vía del tramo entre Castellón y València que tantos problemas está causando en la red de Cercanías estarán finalizadas el año que viene y que con esta actuación y el resto de trabajos que se desarrollan, todo el arco Mediterráneo desde València hasta la frontera francesa estarán conectados en ancho europeo en el año 2024.
En concreto, según Ábalos, “tras la reciente puesta en servicio del tramo Tarragona-Vandellòs, queda pendiente la operación del cambio de ancho en el tramo Tarragona-Vandellòs, que no se podrá llevar a cabo hasta que estén en servicio el tercer carril entre Castellbisbal y Vilaseca y la segunda vía con tercer carril de València a Castelló, por lo que esta actuación deberá coordinarse con el cambio de ancho Vandellós-Castelló”. La inversión total prevista supera los 750 millones de euros, de los que ya se han ejecutado un 93 %.
Con estos condicionantes, “el horizonte para el fin de las obras del cambio de ancho de vía a estándar será 2024”. Por último, “el fin de las obras de implantación del ancho de vía estándar en el tramo entre Vandellòs y Castelló está supeditado a la puesta en servicio de los tramos adyacentes”.
En este sentido, “actualmente entre Valencia y Castelló la previsión de finalización de los trabajos es 2022”. La inversión total prevista supera los 310 millones de euros, de los que ya se han ejecutado más de un 26 %. Según Ábalos, “en este caso, el horizonte para el fin de obras también es 2024”.
Cleries replicó a Ábalos sobre el problema de los excesivos tiempo de viaje existentes entre Barcelona y València, a lo que el ministro contestó que como valenciano, él es el primer interesado: “Pero hemos bajado casi media hora con la variante de Vandellós. En el año 97 eran dos horas y cincuenta y cinco minutos; curiosamente del 2015 al 2018, eran tres horas y cinco o diez minutos; más tiempo. Ahora lo hemos bajado a dos horas y treinta y cinco minutos y en ocasiones a dos horas y cuarenta y cinco minutos. Ese es el reto que tenemos, y efectivamente tenemos que intentar mejorar la conexión, y en eso estamos”, se limitó a decir.
Sin embargo, la conexión en ancho europeo del Corredor hasta València, que se extenderá a Alicante, así como a Murcia y a Andalucía, no servirá de mucho para dar salida de forma más eficiente a las mercancías españolas si Francia no hace lo propio.
Recientemente, la coordinadora de la Comisión Europea para el Corredor Mediterráneo, Iveta Radicova, respondió a una serie de preguntas formuladas por la eurodiputada socialista Inmaculada Rodríguez-Piñero sobre las gestiones realizadas ante el Gobierno francés para acelerar la finalización del Corredor Meditarráneo en tierras francesas y evitar que España o Italia se conviertan en islas ferroviarias.
Radicova aseguró que Francia “está muy implicada en la rehabilitación de la línea convencional existente de Perpiñán a Montpellier con el fin de duplicar su capacidad y poder así aceptar el creciente tráfico ferroviario de mercancías procedente de importantes núcleos industriales en el tramo entre Valencia y Barcelona”. Según explicó, “esta es una solución temporal, hay que hacer más esfuerzos para completar la línea de alta velocidad que falta en el lado francés lo antes posible”.