La alcaldesa de Castelló opina que no habría que cambiar el nombre de la ciudad sin el apoyo de PP y Ciudadanos
En medio de una lluvia de críticas de la oposición a una decisión del Ayuntamiento -la de elegir como denominación oficial de la ciudad la palabra en valenciano-, la alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, hizo el miércoles unas declaraciones públicas en las que cuestionó esta medida. El cambio había sido propuesto por Compromís, uno de los partidos que forman parte del Ejecutivo que ella misma dirige.
La iniciativa se hizo pública el pasado 5 de febrero, cuando el Consistorio emitió una nota de prensa con el anuncio oficial de que en el próximo Pleno -previsto para el día 22- se producirá “el inicio de los trámites para la normalización del nombre de la ciudad”. La nota aclaraba que era una iniciativa de Compromís y, en concreto, de su portavoz, el concejal de Normalización Lingüística Ignasi García.
Con esta medida, Castelló dejaría de estar entre el 8 % de los municipios valencianoparlantes que todavía no han normalizado su nombre, según publicó Europa Press citando a partir de datos de la Acadèmia Valenciana de la Llengua. Del total de 395 localidades, más del 80 % (320 pueblos y ciudades) tienen normalizado su nombre en valenciano.
Una opinión “personal”
Sin embargo, Marco -alcaldesa por el PSPV- puso en duda este anuncio en su comparecencia pública de este miércoles. Preguntada por si la medida se tomará finalmente aunque no haya acuerdo con todos los partidos, contestó que ella no lo haría: “Yo, personalmente, como vecina de Castelló, creo que las cosas si no hay consenso no deben ir adelante”.
Marco pidió “altura de miras” porque “el Pacto del Grau -firmado por Compromís, PSPV y Castelló en Moviment para poner en marcha el nuevo gobierno local el pasado 2015- es suficiente en cuanto que tiene la aritmética en el Pleno pero yo creo que no es suficiente en el consenso ciudadano. Tenemos que pensar más allá de lo que es el Pacto del Grau y la aritmética de la actual corporación”.
La oposición habla de “procés”
Las declaraciones de Marco llegan después de varios días de duras críticas al cambio de nombre por parte de PP y Ciudadanos. Begoña Carrasco, portavoz del PP, afirmó que es un “debate estéril”, que “no es una prioridad” y que es el principio de un “particular procés” del equipo de gobierno castellonense. Es “otro capítulo más de la política de eliminación del castellano que está imponiendo el bipartito”, afirmó Vicente Vidal, de Ciudadanos.
Las palabras de la alcaldesa provocaron una rápida reacción dentro de su gobierno. El Ayuntamiento emitió una nota en la que Ignasi Garcia contestó a Marco sin citarla: “El rigor de nuestros catedráticos, de nuestros lingüistas, de nuestros filólogos y de nuestros historiadores es una cosa que no se cuestiona. Los políticos no debemos ponernos la capa de historiadores ni de filólogos, tenemos que hacer de políticos”, afirmó, en relación al manifiesto de expertos que avala el cambio de nombre.
La medida sigue adelante
El equipo de Gobierno ha intentado llegar al consenso “en todos los temas importantes de la ciudad (..) pero es evidente que es muy difícil llegar al consenso con quien dice que nuestra lengua es aldeano o dice que hay que quitarle la subvención a entidades tan arraigadas a nuestro castellonerismo como son los Dansants del Corpus”, afirmó Garcia en referencia a Ciudadanos.
“No hemos llegado al Gobierno de esta ciudad para que la derecha nos diga cuál tiene que ser nuestra política” y por ello “nos atendremos al decreto del Consell, que solamente establece la mayoría simple en el pleno del Ayuntamiento para poder iniciar los trámites”.
Desde el equipo de Gobierno, recordaron que fue el propio PP el que propuso y aprobó en 2003 la denominación oficial solo en valenciano de la localidad vecina, Vila-real. En Castelló, el proceso está siendo bastante más conflictivo. Como muestra, una iniciativa de Change.org titulada “Nos encanta llamar a nuestra ciudad Castellón, no queremos imposiciones para cambiarlo”, que ha recogido 3.377 firmas.