2015 , el año que todo cambió. O no
Me imagino que cualquiera que siga con mínimo interés cualquier cosa que escribo, será consciente de mi fascinación por el momento político actual. Y cuando hablo de fascinación lo digo en el sentido más amplio de la palabra. Fascinado por el acelerado grado de descomposición del actual sistema político español. Y esperanzadoramente fascinado por que por fin ha aparecido una respuesta capaz de plantar cara a ese sistema “zombie” que todavía marca nuestro presente y futuro.
Soy de los que creen que estamos acabando una época, y que deposita sus esperanzas en un cambio de rumbo que mejore las condiciones de vida presentes y futuras. Las últimas encuestas demuestran que ese cambio es posible. Y claro desde ese momento no han cesado de sonar las alarmas en el Olimpo del poder financiero de este país, que para algunos es donde vivimos y para otros es el lugar desde donde se envía dinero a paraísos fiscales. Han salido empresarios, actores e incluso algún futbolista (de esos que tributan en Luxemburgo) avisándonos del peligro que se cierne sobre nuestra cabezas si el bipartidismo se parte en España. El último en salir ha sido nuestro supermega bronceado guay Ministro de Economía Luis de Guindos, que nos avisa de que un peligro de que Podemos ganase en España, seria la salida del Euro. No voy a entrar en lo que nos ha supuesto a los españoles el euro (todos conocemos mil historias de redondeo y de cómo el billete de 5000 pesetas se convirtió en el de 50 euros que son unos 8000 ptas.), pero si me gustaría recordarles que Luis de Windows, como me gusta llamarle cariñosamente fue el que dijo cosas como estas respecto al rescate a la banca española: “Es un apoyo financiero que no tiene nada que ver con un rescate”; “Ayudara a las familias y a las empresas”; “Servirá para que vuelva a fluir el crédito para que crezca la economía y se cree empleo”… Y voy a pasar de refilón por su pasado al frente de Lehman Brothers en España/Portugal, si acuérdense, aunque parezca el titulo de una peli de Woody Allen, es el banco de inversiones que desato la crisis financiera mundial
Las próximas elecciones en Grecia, donde es previsible el triunfo de Syriza, el, partido liderado por Alexis Tsipras, han evidenciado mas que nunca que el juego económico en Europa es puramente ideológico. El ataque mediático ha sido de tal calibre que ha tenido que salir hasta la Comisión Europea a tranquilizar al mundo sobre el futuro económico de la zona euro. Se evidencia el poco respeto, o mejor dicho la poca utilidad que para estos nuevos dueños del mundo tiene la democracia. No es difícil especular que si a estos “Neocons” no les ha supuesto ningún esfuerzo romper el “contrato social” y desmantelar el Estado de Bienestar, no olvidemos que este sistema ha ido siempre unido a un régimen de libertades democráticas enmarcado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948). Así que ya van dando pistas sobre el futuro.
Lo último ha sido nuestro presidente del gobierno, que sin apenas despeinarse termina de decirnos en Grecia en alusión de Syriza “Prometer lo imposible, genera frustración”. No está nada mal, para un tipo que se ha pasado por el arco del triunfo todo su programa electoral.
Estas son algunas de las sentencias de estos vendedores de futuros, a los que no les ruboriza ni la hemeroteca. Hablar de frustración en un país donde de los cuatro millones y medio de parados, más de tres millones y medio carecen de ayudas; donde unas 700.000 familias se encuentran en situación de pobreza; donde España junto a EEUU lidera el aumento de la desigualdad de los países desarrollados por detrás de Letonia o Lituania; donde la pobreza energética está produciendo más incendios que nunca o donde la legislación hipotecaria expulsa a la gente de su derecho a la vivienda. Hablar de frustración ante alternativas al gobierno de esta oligarquía, como mínimo, repito, como mínimo, es indecente.
También es verdad que en el programa de Ana Pastor en La Sexta del domingo pasado, Luis de Guindos, manifestó creer que el pueblo español es maduro, yo también lo creo. Por eso espero que este año sea el del final del bipartidismo; sea también el año en el que toda esta gentuza que pone por delante los intereses de los grandes a costa de lo que sea, incluido generar miseria entre la gran mayoría, desparezcan de la escena política a golpe de papeleta electoral. Que se terminen las puertas giratorias, y legislar para favorecer a unos pocos. Van a ser unos meses muy duros, los dos grandes partidos se ha puesto las pilas y van a por todas. Es mucho lo que se juegan. Nosotros también. 2015 puede pasar a la historia como el año que todo cambio. O quizás no. Ahora más que nunca el futuro está en nuestras manos, solo tendremos una oportunidad. No la malgasten.
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