Corría el año 2007 y el PP de Benidorm acababa de llevarse la mitad de los votos de los electores a los comicios municipales. La mañana siguiente a la noche electoral, el 28 de mayo poco después de las nueve, Antonio Pérez, entonces concejal y portavoz del equipo de gobierno de Benidorm, tuvo un accidente de tráfico al atropellar a un peatón en una calle en obras.
El incidente se saldó con el hombre con una pierna rota recuperándose en el hospital y el correspondiente acuerdo entre las aseguradoras. En el accidente, no obstante, hubo una anomalía: no se realizó la prueba de alcoholemia. El hoy alcalde de Benidorm pasó por encima del pie de un hombre que cruzó sin respetar la prioridad en una calle en obras con una visibilidad complicada, llamó al 112 y se quedó con la víctima hasta que acudió la policía y los servicios de emergencia.
En el atestado policial, al que ha tenido acceso este diario, no figura la realización de la prueba ni los motivos de su omisión. Antonio Pérez confirma a eldiario.es los hechos y asegura que él se ofreció a los agentes para que le realizaran el test correspondiente y que fueron ellos los que consideraron que no era necesario. Según la documentación que posee este periódico, no constan ni el ofrecimiento ni su rechazo.
Todos los conductores de vehículos están desde 2003 obligados a someterse a este tipo de pruebas, aunque es la Policía quien aplica el criterio. Según el artículo 21 del reglamento de circulación, “los agentes de la autoridad encargados de la vigilancia del tráfico podrán someter a dichas pruebas a cualquier usuario de la vía o conductor de vehículo implicado directamente como posible responsable en un accidente de circulación”.
En el informe sobre el accidente participaron seis policías locales: dos que circulaban cerca del concejal, dos que se encontraban vigilando el tráfico cerca de la zona y un último par que recibieron la llamada del accidente. Hasta la remodelación del equipo de gobierno en 2007, el responsable de la Policía Local y de Tráfico había sido José Ramón González de Zárate, actual mano derecha de Pérez. El alcalde se refirió a él como una persona por la que siente “debilidad” al tomar posesión del cargo en 2007: “Entre las personas con las que habitualmente trabajo y hablo del Benidorm que queremos, hay una por la que siento debilidad”.
El primer edil benidormense explica que lo ocurrido fue una irresponsabilidad del peatón, que luego le dijo que “estaba muy mareado”. Pérez asegura -y consta en la documentación- que se quedó asistiendo a la víctima y luego fue a visitarlo al hospital. Los testigos también recalcaron alguna rareza en el accidente -que el peatón cruzó por una zona de obras que estaba vallada- y que la visibilidad era complicada. El popular considera que en su momento se le intentó desprestigiar apuntando a que había estado celebrando la victoria electoral en una discoteca de la playa hasta altas horas de la madrugada y asegura que presentó pruebas que demuestran que se fue a casa una vez cerrado el colegio electoral con su pareja. “No fui a ninguna fiesta y me fui a mi casa”, comenta el alcalde sin que este diario le preguntara por esta cuestión. Pérez no considera extraño que no quisieran realizarle la prueba de alcohol.
Según la narración del conductor, el peatón levantó las vallas de la obra y cruzó con el semáforo en rojo; se golpeó con el brazo en el retrovisor, cayó al suelo y se fracturó la pierna. Pérez asegura que se disculpó con la familia y que no tuvieron contacto posterior a la recuperación.