Abre sus puertas Bombas Gens, llamado a ser el centro de referencia del arte contemporáneo en Valencia
La antigua fábrica Bombas Gens es ya un centro artístico. Las cinco naves que componen el recinto se dedicarán a partir de este sábado a actividades culturales, de investigación y sociales tras dos años de rehabilitación del edificio que alberga la Fundación Per Amor a l'Art.
Al frente de este ambicioso proyecto se encuentran José Luis Soler, cofundador de Deliplus, y la psicóloga y empresaria Susana Lloret (también su pareja), que han escogido a Núria Enguita para dirigir el centro. Otro nombre se suma a la lista de responsables, el de Vicent Todolí, exdirector de la Tate Modern Gallery e impulsor del IVAM, museo al que ahora Bombas Gens plantea una severa competencia. Todolí ha sido el asesor encargado de elegir la colección y se ha convertido en patrono de la fundación y director de arte del centro.
En los más de 4.000 metros cuadrados de superficie se ubican exposiciones, la colección artística de la fundación, un restaurante de Ricard Camarena, un centro de coordinación para financiar investigaciones sobre la enfermedad de Wilson y un proyecto social de integración de los jóvenes del barrio. Aún queda por finalizar la restauración de la bodega, que data del siglo XV, y de la villa colindante, que se prevé finalizada pasado el verano. La restauración del inmueble ha estado a cargo del equipo de arquitectos de Eduardo de Miguel, Annabelle Selldorf y Ramon Esteve.
El edificio se despide de su uso industrial y compartirá los fondos artísticos de la fundación, una compilación de arte integrada por 1.800 obras de fotografía y pintura de tendencia abstracta de 140 artistas internacionales que podrá ser visitada de forma gratuita. “No existirá, por tanto, la excusa de no disponer de dinero para disfrutar del arte”, ha señalado Enguita durante la presentación, recordando que “no todas las barreras son económicas”, en alusión al proyecto social de la fundación.
Las exposiciones no serán de carácter temático, sino un diálogo constante con toda la fundación. “Es una colección de exposiciones que establece un compromiso con los artistas e intenta mostrar en profundidad su trabajo. Pretende reunir toda una serie, por ejemplo, de un fotógrafo, y no dos o tres piezas, como es habitual. Pero no sólo por esto es ambicioso el proyecto, sino porque demuestra cómo se puede dar una segunda vida a los edificios”, ha explicado Todolí, quien ha advertido que, si un artista no forma parte de los fondos de la colección, no participará en las exposiciones.
La primera exposición que acoge el edifico es ¿Ornamento = delito?, con la que Bombas Gens propone una nueva mirada sobre la compleja relación entre ornamento, arte y abstracción, un conflicto vigente desde los primeros escritos sobre la abstracción durante la modernidad.
La muestra se sitúa en una perspectiva atenta a la dialéctica entre la abstracción y lo ornamental como una estética de la diferencia que atraviesa órdenes y categorías artísticas y aboga por la ruptura de la dicotomía.