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Medusas

Las medusas nadan de forma incesante por el agua en busca de crustáceos y larvas de peces que les sirven de alimento, recorriendo varios kilómetros cada día. Son más eficientes que ninguna otra especie acuática, pues para nadar emplean menos energía, en relación con su tamaño, que los elegantes delfines o los incansables tiburones.

“El costo de transporte de las medusas, medido como el oxígeno consumido para desplazarse, es un 48 por ciento inferior al de cualquier otro animal que nade”, afirma Bradford J. Gemmell, biólogo marino de la Universidad del sur de Florida. Al estudiar la medusa común (Aurelia aurita), él y otros investigadores han descubierto que dicha eficiencia se debe a la creación de zonas de alta y baja presión alrededor del cuerpo del animal, que lo succionan y empujan de forma alterna. Antes se creía que las medusas se desplazaban con tanta facilidad gracias a su ligereza, pues están compuestas básicamente de agua. Pero esta tiene masa y debe desplazarse.

Para estudiar sus movimientos, Gemmell y sus colaboradores colocaron medusas en un acuario y añadieron al agua diminutas cuentas de cristal. Al iluminarlas con un láser, pudieron emplear cámaras de alta velocidad para filmar sus desplazamientos y visualizar así la velocidad y la presión del agua en torno al animal. Cuando este contraía la umbrela (la cúpula que forma la mayor parte de su cuerpo), elevaba la presión en su interior y la reducía a su alrededor. Como los objetos se desplazan desde las zonas de alta a las de baja presión, ello impulsaba a la medusa hacia adelante, según publicaron los investigadores en Nature Communications en 2015. Sin embargo, aquel no era el único mecanismo implicado en la natación. Al relajar el borde de la umbrela y dilatar su base, el agua sometida a presión situada bajo el animal penetraba en el interior de la umbrela, lo que proporcionaba a la medusa un segundo impulso. Para realizar estos movimientos, la medusa necesita doblar la umbrela arriba y abajo.

La mayor parte de los músculos de las medusas se disponen en bandas circulares, apiladas en torno a la umbrela como si fueran bandas de goma cuya disposición resulta perfecta para estrujarla. Pero recientemente se han descubierto otros músculos que forman un retículo en el borde de la umbrela. Al doblarse este, el agua se mueve alrededor de la medusa, lo que la convierte en una nadadora muy eficiente.