La 'herencia' del imputado Alfonso Rus: el Ayuntamiento de Xàtiva liquida tras una década 12,4 millones por facturas en los cajones
“Gestionamos de puta madre”. Así presumía el imputado Alfonso Rus en los mítines del PP de la gestión que hacían él y su partido durante la época de bonanza económica. Pero con la crisis económica que estalló en 2008, la cacareada gestión reventó por las costuras y siete años después, en 2015, el Ayuntamiento presidido por Roger Cerdà (PSPV) recibía una 'herencia' envenenada que todavía se está pagando.
La crisis económica tuvo efecto en todas las administraciones y a todos los niveles. En el caso de Xàtiva el Ayuntamiento gobernado por Alfonso Rus, poderoso dirigente provincial del PP que tendría que dimitir de la presidencia de la Diputación por el caso Imelsa, del que se derivó su imputación por presunta corrupción, afloró una deuda de 22 millones de euros, una cantidad que era próxima al presupuesto anual del consistorio setabense, con lo que en 2012 llegó a ser el ayuntamiento valenciano que más incrementó su deuda viva, disparada hasta un 86%.
Para combatir parte de esta deuda en aquel 2012 el ministerio de Hacienda lanzó el plan de pago a proveedores -conocido como 'plan Montoro', por el ministro titular del momento, Cristóbal Montoro- para evitar que esta deuda repercutiera más todavía en los profesionales que prestaban servicios a los ayuntamientos. Este plan eran unos créditos bancarios que contaban con el aval del Estado, y se impulsó en gran parte para estimular el pago de lo que se conocía como 'facturas en los cajones'. En el caso de Xàtiva se tradujo en un total de 11 préstamos por un valor de 12,4 millones de euros.
Ahora, una década después, el Ayuntamiento de Xàtiva liquidará de forma definitiva el importe de estos préstamos abonando anticipadamente los 800.000 euros restantes del último préstamo firmado.
“Estos préstamos nos han obligado a tener un plan de ajuste vigente que superaremos ahora definitivamente con el cierre de los préstamos” indica el concejal de Hacienda de Xàtiva, Ignacio Reig, que resalta que “se trata de facturas impagadas sin crédito del anterior equipo de gobierno, entre los años 2007 y 2011, que no tenían consignación presupuestaria y habían hecho que la morosidad del Ayuntamiento se disparara”.
“Esta amortización supondrá la liberación para el presupuesto 2023 de una cantidad superior a los 800.000 euros que vayamos a reinvertir en la ciudad”. El alcalde Roger Cerdà señala que el saneamiento económico que se ha realizado se ha llevado a cabo durante 10 años de los cuales 7 han sido de un gobierno que no era responsable de la “nefasta gestión” que realizó Rus. Así, Cerdà apunta que este dinero liberado para el próximo ejercicio se invertirá “muy probablemente en el nuevo contrato de limpieza viaria y recogida de basura, para cubrir la necesidad de mejora del servicio”, un gasto para el día a día, lejos de los proyectos faraónicos.
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