El pasado sábado era investido alcalde de Dénia el socialista Vicent Grimalt con el apoyo de Compromís, un Grimalt que relevaba a la popular Ana Kringe -salpicada por las contrataciones a las empresas de la trama Púnica-. Una de las primeras medidas que ha tomado el recientemente elegido primer edil ha sido la aplicación de la aconfesionalidad a la institución del Ayuntamiento.
Así, la junta de gobierno local decidió que los miembros de la corporación municipal dejen de tener representación institucional en las procesiones religiosas que se celebren en esta ciudad alicantina, de modo que quien desee participar lo haga a título personal, y no en calidad de edil del Consistorio alicantino.
Esta medida ha generado polémica y el rechazo de del Partido Popular, que hasta el pasado sábado gobernaba la ciudad. Así, la cuenta de twitter del PP de Dénia (@PPDenia) calificaba esta decisión de “inaceptable”, y añadía “tradición y libertad pisoteados” al “prohibir a los concejales participar en las procesiones”, mientras que Kringe (@anakringe) también se hacía eco de este acuerdo “primera medida del equipo de gobierno progresista: que los concejales no participen en las procesiones de #Denia”.
No es esta la única medida adoptada por la junta de gobierno en el Ayuntamiento de Dènia. El nuevo equipo de gobierno ha trasladado a los portavoces municipales una propuesta de pacto antidesahucios para su estudio de modo que sea elevado al primer pleno ordinario de la corporación que se celebrará a final de mes.