El consejo de administración de la Epsar (Entidad de Saneamiento de Aguas) abordó hace unos días las auditorías realizadas sobre los contratos de emergencia celebrados por esta sociedad pública entre 2001 y 2010 -bajo gobiernos del Partido Popular-, unos informes solicitados en marzo de 2016 al objeto de fiscalizar los expedientes tramitados por el procedimiento de emergencia para determinar si existen en ellos irregularidades que pudieran suponer indicios de delito.
Estas auditorías explican cómo en un informe de la jefa del área económico-financiera de la Epsar de junio de 2016 se afirmaba “con rotundidad” que 7.587.920,88 euros de los gastos generados por contratos derivados de la realización de la Copa del América de 2007 habían sido financiados “por el canon de saneamiento”, es decir, con cargo al recibo del agua. Y todo ello, “sin que hasta el momento la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales de la Comunitat Valenciana haya recuperado importe alguno”, y lo mismo sucede con los 7.764.393,07 euros abonados con motivo de la Expo Zaragoza 2008. Ambos eventos tuvieron lugar con Francisco Camps al frente de la Generalitat, mientras que se da la circunstancia de que en los últimos años de gestión de los populares, el canon del agua subió un 3,1% en 2012, un 20% en 2013, un 10% en 2014 y un 3% en 2015.
El escrito de los auditores recuerda que el canon es un “ingreso finalista” que debe ser destinado “exclusivamente” a sufragar unos gastos concretos, mientras que la gerencia de la entidad sólo certifica que estos gastos fueron ejecutados con cargo al patrimonio de la Epsar, sin poder identificar el origen de las partidas destinadas a la ejecución de actuaciones relacionadas con la Copa del América o la cita de Zaragoza. Considera, así mismo, que existe una “falta de control” sobre la gestión de los pagos, que provienen de una “caja única” que no separa los ingresos procedentes del canon de saneamiento, principal fuente, del resto.
Actuaciones de emergencia
Entre 2001 y 2015 la Epsar llevó a cabo 57 actuaciones de emergencia -entre ellas las relacionadas con la Copa del América 2007 y con la Expo de Zaragoza de 2008- con un coste inicial estimado próximo a 80 millones de euros y cuyo coste final ascendió a más de 109 millones. Estas actuaciones de emergencia suponen un diez por ciento del volumen total de obra ejecutada por la Epsar en este periodo.
Respecto al contrato de la Copa del América, el Ayuntamiento de Valencia solicitó a la conselleria de Infraestructuras, con fecha de diciembre de 2005, que la Epsar llevara a cabo “acciones de limpieza del campo de regatas” por un coste final de 7.587.920,88 euros, un contrato en cuya facturación se han “constatado irregularidades y falta de control suficiente en la validación de facturas”, así como un exceso de facturación de unos 77.000 euros.
En el caso de la Expo de Zaragoza, conselleria encomendó a la Epsar (en febrero de 2007) una serie de actuaciones “que no guardaban relación con su objeto social”, unos trabajos que debían ser supervisados por la propia Generalitat. “El control ejercido por la conselleria no fue el exigido en el encargo”, apunta el informe de la auditoría, que además añade: “Epsar desarrolló funciones propias de un órgano de control y agente financiador”, como es el caso del acondicionamiento y explotación del pabellón y el restaurante de la Comunitat Valenciana. Finalmente, se tuvieron que acometer “sucesivas subcontrataciones” que encarecieron el coste final en “al menos 773.757,58 euros”.
Posible fraude
El pasado mes de julio, el Consell conoció el informe de la Intervención de la Generalitat que se detectaba un fraude próximo a los 2,5 millones de euros de la Epsar en estos dos eventos. Se refería a dos incrementos próximos a los 800.000 euros por subcontratas en la Expo de Zaragoza y un aumento de gasto de 933.000 euros en la limpieza del campo de regatas de la Copa del América por “necesidades nuevas” no justificadas, así como el exceso de facturación de 76.671,84 euros.
También en relación a la Expo de Zaragoza, la Conselleria de Territorio ya advertía en junio de 2016 del gasto de 80.600 euros en hoteles -64.000 euros en tres habitaciones alquiladas de forma permanente durante los tres meses que duró la cita y que permanecieron vacías la mayoría de días- y en catering. También se abonaron 1.200 euros en cinco habitaciones VIP y otros 7.900 euros en otras 25 estancias.