El PP tarda solo 15 días en abandonar el pacto valenciano por unas inversiones justas y Ciudadanos titubea
El parlamento valenciano, harto de la discriminación presupuestaria, ha convocado una reunión con los diputados y senadores elegidos en representación del pueblo valenciano para trasladar los acuerdos firmados previamente por esta Cámara respecto a las inversiones territoriales. El proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2017 recorta en un 33% (5.000 millones de euros) las aportaciones a la Comunitat Valenciana, que se quedan en 590 millones de euros, apenas un 6,9% del total.
La convocatoria de este martes, impulsada por Enric Morera desde la presidencia de les Corts, puede abordarse desde varias perspectivas. Un acuerdo entre la Cámara autonómica con los representantes del Congreso y el Senado es una buena forma de -llámese como se prefiera- visibilizar 'el problema valenciano', de 'montar el pollo en Madrid' y de mostrar unidad y rechazo a las inversiones territoriales inferiores al peso poblacional. Por otro, implica demostrar quién está realmente implicado en la reivindicación y dispuesto a rechazar en el Congreso los presupuestos y defender en las enmiendas una mayor dotación económica para la Comunidad Valenciana.
Todos los grupos parlamentarios han firmado hasta en tres ocasiones esta reivindicación. En la última, la 'Declaración institucional ante la marginación de los valencianos en los PGE 2017', suscrita el 5 de abril, ya se acordaba convocar este encuentro, por lo que se presumía que en este acto el compromiso sería, de nuevo, colectivo. Pero no. En apenas 15 días el PP valenciano ha pasado de sumarse al “rechazo absoluto” que manifestaron las Corts a considerarlo “partidista” e ignorar el acuerdo suscrito. El cambio de postura llega tras el tirón de orejas de Génova a la presidenta autonómica, Isabel Bonig, por el desarrollo del nada discreto comité provincial del partido ante la disputa de la presidencia de la provincia de Valencia por dos candidatos.
Isabel Bonig, también portavoz en les Corts, anunció el jueves que no acudiría al acto por considerarlo “partidista”, posición que no comparten el resto de portavoces. Cierto es que el compromiso pone en un aprieto tanto al PP como a Ciudadadanos, ya que los primeros deberían, si cumplen el acuerdo, oponerse a los presupuestos que propone su presidente y los segundos, oponerse a la dirección nacional, con la que las relaciones no son precisamente cordiales, y no respetar el acuerdo que suscribió Albert Rivera con Mariano Rajoy.
A la portavoz popular le han llovido desde entonces numerosas críticas, algunas más duras que otras. Desde PSPV, Compromís y Podemos, con una posición más cómoda ya que sus respectivos grupos rechazarán los PGE, han acusado a la líder popular de traición, deslealtad y ausencia de autoridad en el PP valenciano. Incluso la portavoz del Consell, Mónica Oltra, le reprochó que “firmara algo por quedar bien” y que después “por una llamada de Madrid se eche atrás”.
Aunque el acto, según anunció Morera, se celebrará sí o sí y “esté quién esté”, la imagen de unidad quedará fracturada si el principal partido de la oposición en las Corts y que elabora los presupuestos no acude a la cita.