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El CSN informó que los intrusos en Cofrentes eran activistas de Greenpeace

EUROPA PRESS

Valencia —

Continúa el juicio contra los 16 activistas de Greenpeace y un fotoperiodista independiente por la acción de protesta que protagonizaron en febrero de 2011 en la central nuclear de Cofrentes. Este martes han testificado los que entonces eran responsables de la planta, que han explicado que se enteraron de que era incursión pacífica de activistas ecologistas gracias a una llamada telefónica realizada por un miembro de Greenpeace al Consejo de Seguraidad Nacional (CSN).

Felipe Galán y Tomás Lozano, directores de la central, han defendido la actuación de los servicios de seguridad, que han asegurado que fue “correcta” y “proporcionada”, “impecable en algunos aspectos” según explicaba Lozano, quien ha añadido que se intervino “desde el minuto uno” tanto para detectar como responder al “asalto” y “tratar de frenar la actuación del personal que entraba”.

Lozano ha definido la “intrusión” de los activistas ecologistas como “violenta”, con “empujones” y con los vigilantes que no los pudieron parar. Y Galván ha resaltado que la planta “estuvo vigilada en todo momento”, así como que el acceso al recinto se produjo como “un grupo organizado”, un testimonio que ha ratificado el que era responsable de seguridad y los vigilantes de la central nuclear, “cada uno sabía lo que tenía que hacer. Estaban muy organizados”.

De igual modo, han certificado que accedieron al recinto hasta 25 ó 30 activistas por agujeros hechos en las vallas, así como que se produjó un “enfrentamiento” con las personas que protestaban, con “forcejeos” y “empujones”, intentando “por todos los medios que no entraran”, aunque fue “imposible” porque los ecologistas “eran más”.

Los responsables de la instalación han insistido en que se mantuvo la seguridad nuclear de la instalación en todo momento, ya que los activistas no accedieron a “zonas vitales” del complejo“, por lo que la actividad ”no paró“. Aunque ”otra cosa“ es la ”seguridad física“ de las personas o la instalación. Lo que sí han asegurado que se produjo es un ”extracoste“ por la pérdida de trabajo y de horas.