La piedra oscura, la obra revelación de la temporada teatral, texto de Alberto Conejero, dirigida por Pablo Messiez e interpretada por Daniel Grao y Nacho Sánchez, llega al Espai Mutant de Las Naves el 24 y 25 de octubre. Una coproducción del Centro Dramático Nacional y La Zona.
La obra está inspirada en el personaje real de Rafael Rodríguez Rapún, “el más hondo amor de Lorca” que quedó fuera del “retrato de la historia”, según expresión de Alberto Conejero (Jaén, 1978). El texto, un mosaico de ficción y realidad, narra el encuentro en una noche trágica entre Rafael, un teniente republicano, y Sebastián, un joven soldado inexperto del bando nacional. “Una obra teatral que está demostrando que al público sí le interesa la memoria histórica. La Piedra oscura pone este interés sobre el escenario de manera clara y emotiva”, apunta Guillermo Arazo, responsable de programación de Las Naves.
“Yo creo en la memoria colectiva. Creo que tenemos que llegar a un mínimo acuerdo sobre nuestro pasado, y que con la memoria histórica se desmoronan los egos y compartimos culpas”, afirma Conejero, que consiguió el premio Ceres de Teatro al mejor autor. “Nunca lo hubiera conseguido sin Pablo Messiez, los actores, Daniel Grao y Nacho Sánchez, y el equipo”, subraya el autor.
La obra transcurre en una habitación de un hospital militar cerca de Santander. Allí se produce el encuentro entre Rafael, que vive sus últimas horas antes de ser fusilado, y un joven soldado llamado Sebastián, que le custodia. Es, cuenta Coenejero, un encuentro ficticio, que le ha servido para recuperar la memoria de Rodríguez Rapún. “Habla sobre el encuentro con el otro y esa 'otredad' que va convirtiéndose en una intimidad. La obra habla de cómo dos seres humanos son capaces de encontrarse y entenderse, pese a la guerra”, destaca el dramaturgo.
Federico García Lorca es, de algún modo, el origen de La piedra oscura. “Tengo un gran amor por Lorca y soy en muchas maneras deudor suyo. Pero no he pretendido hablar de él, ni siquiera rendirle un homenaje. El texto habla de las ausencias, y la primera es la de Lorca. No hablo de él pero esta obra no podría existir sin él”. La piedra oscura es, precisamente, el título de un proyecto de Lorca del que apenas existe el 'Dramatis personae'. Alberto Conejero lo ha elegido como título por los significados, desde lápida a paredón, y porque oscuro es el amor que no puede decirse.
La piedra oscura no es revanchista sino que habla sobre la necesidad de encuentro, pero tiene un ruego: este país no puede estar ribeteado de muertos en sus cunetas y que los familiares tengan que financiarse ellos mismos las exhumaciones a través de asociaciones.