La democratización de las calles
La transformación urbana más importante que va a producirse en València los próximos años es la reconquista de las calles por parte de las personas. Es la redistribución del espacio público, ahora protagonizado por los vehículos privados, hacia la ciudadanía. Y es un reflejo de la falta que hace construir ciudad.
A diferencia de otras ciudades europeas, en València aún existe una dictadura del asfalto impropia de una ciudad que, por el contrario, ha conseguido tener una de las infraestructuras verdes urbanas del mundo. Precisamente, el cauce del rio Turia es el ejemplo de cómo las decisiones valientes y que apuestan por un modelo de ciudad más humano y sostenible acaban mejorando nuestras vidas.
Y hoy, cuando la gran agenda política de nuestro tiempo son los Objetivos de Desarrollo Sostenible, València no solo no puede quedarse al margen como estuvo 24 años, sino que tiene que recuperar el mismo espíritu que impulsó el rio verde para extenderlo al conjunto de nuestras calles.
Esta forma de entender el urbanismo, que se aleja de los esquemas de desarrollo clásicos, del asfalto o las obras pensadas para una sociedad que no comparte la ciudad y solo valora espacios privatizados, nos acerca a unos valores democráticos y define el modelo de ciudad. Eso es lo que es este proyecto.
En 5 años se han recuperado cerca de 110.000 m2. Son ya 28 plazas y calles, y está prevista la ejecución de 9 más en este año, cuando está previsto que comiencen las obras de la Plaza de la Reina y las del entorno del Mercado Central. También arrancará el proceso de implantación de la primera supermanzana en la ciudad, con la idea de exportar ese modelo cada vez a más zonas de València.
Se peatonalizará la Plaza del Ayuntamiento e iniciaremos el concurso de ideas para su diseño definitivo que tiene que ser icónico, permitir nuevos usos y constituirse como el referente del nuevo urbanismo en la ciudad de València. Una plaza que tiene que ser el centro vital de una ciudad mediterránea en la que conviven patrimonios inmateriales de la humanidad y motivos para ser capital mundial del diseño. Concursos de ideas como también impulsaremos con la Plaza San Agustín o las avenidas Pérez Galdós y Giorgeta.
Aunque el eje peatonal que conformarán las plazas del Ayuntamiento, Reina y Mercat-Brujas será el hito que mejor referencie este proyecto, también el Cabanyal, La Zaidia, Benimaclet, Rascanya, Quatre Carreres, Extramurs, Benimàmet, San Marcelino… han ganado espacios peatonales y seguirán ganándolos.
Jane Jacobs, una de las personas que mejor ha desarrollado las nuevas miradas sobre las ciudades, acuñó una frase que hemos de tener muy presente. “Las ciudades tienen la capacidad de proporcionar algo para todo el mundo, sólo porque, y sólo cuando, se crean para todo el mundo”. València ciudad de plazas es y ha de ser siempre un modelo de ciudad para todo el en el que recuperemos el significado de las calles como lugares humanos. Hay que elogiar la calle porque son el termómetro de la calidad de vida, de la calidad humana que ofrece una ciudad.
Por eso, esta manera de entender la ciudad está en los Planes de protección como el de Ciutat Vella que acabamos de aprobar. Significa entender la ciudad fundamentalmente como un lugar para vivir, diría más entender València como un lugar único para vivir.
Por tanto, hay que decirlo con rotundidad y con optimismo: València ciudad de plazas va a cambiar esta ciudad, la va a hacer mejor. Recuperar espacio público para las personas va a hacer mejor esta ciudad. Y dentro de unos años, quienes ahora critican estos cambios, estarán tan convencidos de que fueron acertados como lo están hoy de que el rio Turia no debió ser nunca una autopista.
*Sandra Gómez, vicealcaldesa de València y concejala de Desarrollo y Regeneración Urbana
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