Detengan el latido de este corazón

Corría el mes de junio del año 1993. Han pasado cuatro presidentes del Gobierno español y siete legislaturas completas. Hace más de 25 años que la 1 de TVE emite un espacio como ‘Corazón’ (primero ‘Corazón, corazón’), una mezcla de la vida y obra (es un decir) de los famosos, la moda y la belleza. ¿Qué tiene de servicio público el ‘Corazón’ para que la tele pública española le dedique 30 minutos cada día, en un espacio privilegiado justo antes de la segunda edición de sus informativos?

‘Corazón’ reproduce de manera acrítica comportamientos del amor romántico, presupone que hay familias más normales que otras que celebran bautizos, primeras comuniones y bodas; incide en los roles de género de manera escandalosa y perjudicial cada día y nos dice a las mujeres cómo y qué tenemos que vestir, hablándonos de consejos de moda, maquillaje, peluquería y de cómo tener un cuerpo supuestamente 10, de aquellos que se adaptan a la norma, especialmente a las pocas semanas de haber parido.

En su comentada comparecencia de finales de septiembre en el Congreso español, Rosa María Mateo, administradora provisional única de RTVE, aseveró que su intención era que el ente fuera “un espejo donde las mujeres puedan mirarse”. Haría bien Mateo en intervenir, pues, en la programación de la cadena para cancelar un programa como ‘Corazón’, que no atiende a ningún criterio de interés general para ser emitido en un medio público de comunicación, y que refleja una imagen de las mujeres muy sesgada, reducida, estrecha y, por lo tanto, irreal.

Fran Llorente, que fue director de informativos de TVE con José Luis Rodríguez Zapatero y a quién tantas veces se ha alabado como el máximo exponente de una televisión pública de calidad, tiene ahora una ocasión de oro para demostrar que defiende realmente los valores de una televisión democrática y de todas. Recientemente nombrado director de Proyectos y Estrategia de RTVE, puede sacarse la espinita y cerrar un programa que, entre 2004 y 2012, no contribuyó a cancelar.

El programa vio la luz con Felipe González, continuó con José María Aznar, Zapatero y Mariano Rajoy. Desde que ha llegado a la presidencia Pedro Sánchez, el ‘Corazón’ de La 1 no ha dejado de colocar, perpetuar y agrandar personajes cuya aparición resulta muy difícil de encajar en un medio pagado con presupuestos públicos. Son protagonistas habituales de este espacio gente como la nieta del dictador Franco; artistas varios defraudadores de Hacienda; toda la parentela borbónica y aristocrática posible de España y de toda Europa; familiares del siniestro médico franquista Vallejo Nágera o una retahíla inacabable de “hijos de”/“novias de”/“amantes de”/“esposas de” cuyo interés se mide según la relación filial o sentimental que mantienen con algún otro más conocido.

El autodenominado gobierno feminista de Pedro Sánchez tiene la oportunidad de ser el primero en acabar con esta emisión que, más allá del chismorreo, esparce un inexplicable tufo a machismo cada día a la hora de comer, normalizando y validando roles y costumbres sexistas en muchos hogares. Si quieren demostrar que el cambio es de verdad, este programa patriarcal y machista no puede continuar ni un minuto más.