Hay sitios a los que uno va e, inmediatamente, piensa en repetir. Lugares con identidad propia que sabemos que no vamos a encontrar más allá de la mesa en la que nos sentamos. Bodega los Barbas es uno de ellos y sí, está en Ayora.
Hemos hablado en este blog muchas veces de autenticidad, de cocina honesta, pero pocas veces tan cierto como en el caso de Bodega los Barbas. Ser un cocinero con mucho talento e irse a una de las zonas más apartadas del interior valenciano tiene mucho mérito, más aún si se hace por convicción, por querer empujar desde abajo tu propio pueblo: eso cocina con raíces y lo demás, cuentos.
Lo que consigue Pablo en su local es sencillamente impresionante. Hace un par de años era ya uno de los mejores restaurantes para comer carne de todo el territorio valenciano, pero ahora es directamente uno de los sitios más recomendables del país. Ha remodelado la cocina, la sala y se ha rodeado de un equipo muy profesional: Jorge es un fantástico comunicador de las creaciones que salen de los fogones.
¿Qué propone Pablo en Bodega los Barbas? Investigación, creatividad, buen producto y ganas de innovar: una carta que es un pentagrama pensado para disfrutar. Y como no podría ser de otra forma (es un apasionado de la música), nos encontraremos homenajes gastronómicos a bandas como los Beatles (un “Octopus’s garden” con un pulpo brutal y un jardín vegetal precioso y sabrosísimo) o unos “peces mutantes” como tributo a Soziedad Alkóholika (con un espléndido jurel con katsuobushi, el inquietante bonito seco japonés). Pero hay mucho más: consigue que nos reconciliemos con el huevo a baja temperatura, un plato que se ha extendido como una mancha de aceite por todos los restaurantes con ínfulas. Una preparación esmerada, un equilibrio circense entre los distintos sabores (cerdo, patata, huevo, hongo), una materia prima excepcional y una trufa de las que hacen historia tienen la culpa. ¡Aplausos al equilibrista!
Más cosas: las “latas thaigambesas” no tienen nada que envidiar a los locales asiáticos más cool de Valencia, y el pucherico de crestas de gallo, judías de granja y setas de chopo es puro monte. Y borda igual el canelón de ave (cremoso, suculento) que el rollito de bonito con influencias japonesas.
Para el final, dos barbaridades que se os quedarán en el paladar durante días. La primera, su chuletón, un corte de primerísima calidad, madurado y hecho en su justo punto: medir bien los tiempos en la carne, tanto en la cámara como en el fogón, no está al alcance de todos. La segunda: los callos marinos con plancton y yemas de pino que ha conseguido parir Pablo (con muchas horas de trabajo e indagación detrás) son sencillamente excepcionales. Uno de esos platos que dices: esto ya forma parte de mi 2015. Un plato que merece estar en lo más alto, porque destacar en medio de una carta con tanto nivel es muy, muy complicado.
¿Y los postres? Mantener el tipo se queda corto: son el remate perfecto. La torrija sigue siendo un valor seguro, la tarta de queso rebosa originalidad (se sirve en un tarro y no es nada pesada) pero el premio se lo lleva la lasaña de nutella con nata y frambuesas: uno de los mejores postres que he comido en tiempo.
En Bodega los Barbas, y no es un asunto trivial, se come y se bebe con buena música (¿en qué otro restaurante de nivel podemos escuchar a Howlin Wolf, a Jimmy Hendrix, a Pink Floyd, a Led Zeppelin, a Creedence Clearwater Revival?). Es más: ¿conocían algún restaurante con su propio pasodoble? Ahora sí: es lo que tiene dejar a los clientes satisfechos. Si os apetece una copa, mi consejo es que le comentéis las preferencias a Jorge y os pongáis en sus manos: no falla.
¿Que Ayora está lejos? Bueno, la idea es que, como yo, os dejéis sorprender por el pueblo, por los paisajes (qué maravilla de carretera la N-330 desde Almansa), por el ambiente. Que os arriesguéis y un día os escapéis a conocer a la gente que resiste más allá de la circunvalación de Valencia, a los que apuestan por reconquistar el interior a base de esfuerzo y amor por su tierra y que, mientras lo hacen, nos regalan reductos como Bodega los Barbas. Vale la pena, de verdad.
Bodega los Barbas
Calle Segura, 1, 46620 Ayora, Valencia
Teléfono: 962191940
Hay sitios a los que uno va e, inmediatamente, piensa en repetir. Lugares con identidad propia que sabemos que no vamos a encontrar más allá de la mesa en la que nos sentamos. Bodega los Barbas es uno de ellos y sí, está en Ayora.
Hemos hablado en este blog muchas veces de autenticidad, de cocina honesta, pero pocas veces tan cierto como en el caso de Bodega los Barbas. Ser un cocinero con mucho talento e irse a una de las zonas más apartadas del interior valenciano tiene mucho mérito, más aún si se hace por convicción, por querer empujar desde abajo tu propio pueblo: eso cocina con raíces y lo demás, cuentos.