El último dato de la inflación que conocemos, correspondiente al pasado mes de enero, situó el IPC (índice de precios al consumo) en España en el 6,1% interanual, lo que suponía un incremento de dos décimas con respecto al mes de enero según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta evolución se debe, principalmente, a los alimentos y la electricidad.
Tal y como se desprende del análisis realizado por elDiario.es de la variación del IPC en más de 200 productos durante el último año, los alimentos han registrado una subida récord apenas dos meses después de la rebaja del IVA a los productos básicos aprobada por el Gobierno en diciembre. En conjunto, los alimentos y bebidas se han encarecido un 16,6% en comparación con febrero de 2022, con la leche (+33%), el aceite de oliva (+34%), los huevos (+28%), el yogur y las patatas (+21%), la carne (+14%), el pan (+13%) o el pescado (+13%) como principales exponentes.
Para paliar, en parte, este incremento de precios, la Generalitat Valenciana trabaja con las asociaciones empresariales de distribución un bono que ayude a las familias vulnerables a sufragar la cesta básica de la compra. Se trata de encontrar una fórmula que no sea “universalizada” ni “estigmatizante”.
Precisamente, el presidente de Mercadona, Juan Roig, reconocía hace unos días en su comparecencia anual para dar a conocer los resultados de la cadena valenciana de supermercados que su empresa había subido “una burrada” los precios para poder mantener la cadena de producción -el principal referente de los distribuidores de alimentación en España ganó en 2022 un total de 718 millones de euros con una facturación récord de 31.041 millones-.
Evolución de los precios
El propio Roig, que destacó que Mercadona había sufrido un incremento medio de los precios por parte de sus proveedores del 12% frente al 10% que ha repercutido en el consumidor, desgranó algunos ejemplos de estas subidas: el tomate ha pasado de 1,39 a 2,05 euros el kilo (48%); el cerdo ha pasado de 1,05 a 1,96 euros (87%) desde enero de 2021; el aceite de girasol de 1,60 a 3,20 euros (100%). Los motivos en cada caso, tal y como explicó Roig, son diferentes: el precio del gas, la guerra de Ucrania, el mercado chino... El empresario valenciano también comentó otros ejemplos de la evolución de precios tomando como referencia enero de 2021, como el azúcar, que ha pasado de costarles 85 céntimos a 1,35 euros el kilo (+59%); el litro de leche semidesnatada, de 58 a 90 céntimos (+55%); el arroz, de 85 céntimos a 1,30 euros (+53%); los huevos, de 1,45 a 2,20 euros la docena (+52%); o la harina, de 48 a 70 céntimos (+46%).
Según los datos recogidos por el Ministerio de Agricultura, el incremento de los precios en origen ronda el 63%, con productos que sobresalen por registrar subidas espectaculares. Es el caso de la cebolla, que ha pasado en un año (de febrero de 2022 al mismo mes de 2023) de 12 a 58 céntimos el kilo (+383%); la naranja tipo navel, de 12 a 37 céntimos (+208%); los huevos medianos, de 84 céntimos a 1,66 euros (+98%); la patata, de 21 a 40 céntimos (+90%); el pimiento verde, de 93 céntimos a 1,53 euros (+64,5%); o el arroz, de 37 a 60 céntimos (+62%). Encontramos otros productos que han sufrido subidas superiores al 50%: el calabacín, de 51 a 81 céntimos (+58,8%); la leche, de 38 a 60 céntimos el litro (+58%); el limón o la zanahoria, de 21 a 33 céntimos (+57%); la judía verde plana, de 2,49 a 3,82 euros (+53,4%); o el cerdo de primera, de 1,48 a 2,26 euros (+52,7%).
Los productores cuestionan los cálculos del ministerio
Desde La Unió, una de las principales asociaciones valencianas de productores agrícolas y ganaderos, cuestionan los precios del ministerio: “Nos sirven para ver tendencias, pero los precios no son realmente representativos, porque no contemplan las cantidades que se venden de cada producto a cada precio, sino que hacen una media teniendo en cuenta todos los precios máximos y mínimos. Es decir, si se venden 100 kilos de un producto a 50 céntimos y 1.000 kilos a 10, lo que hace el ministerio, y también la Conselleria, es una media entre 50 y 10, sin tener en cuenta que se ha vendido mucha más cantidad a un precio mucho menor, por lo que no son precios reales”, denuncia Ferran Gregori, técnico de La Unió, quien explica que según el informe del Ministerio de Agricultura han sido los mejores precios de las últimas campañas cuando esa no ha sido la tónica generalizada: “Por eso reclamamos un cambio en el sistema de cálculo de precios para que se ajuste más a la realidad. Ojalá hubiéramos vendido todos a los precios que marcan”. Por poner un ejemplo, el precio medio de la naranja tipo navel que el ministerio cifra en 37 céntimos, se sitúa, según los cálculos de La Unió, en 25 céntimos.
Según los datos de la Unió, la fruta de verano sufrió un retroceso en el precio de venta en el campo del 17%: “La subida de los precios de la alimentación no llega, ni de lejos, al productor”, apunta Gregori, quien especifica que a ellos también les afectan las subidas del gasóleo, la luz, el agua, los fertilizantes (un 80% según los datos del Gobierno entre septiembre de 2021 y septiembre de 2022)... “Nos han subido los costes de producción entre el 20% y 25%”. Por todo esto, apuntan que existe un malestar manifiesto en el sector, “porque a nosotros no nos llega esa subida del IPC”. “Es cierto que los precios son más elevados que el año pasado, pero los incrementos no se corresponden a los porcentajes que publica el Ministerio de Agricultura”, concluyen.
Ayudas al sector
El sector, con todo, recibe subvenciones para frenar precisamente la inflación. El Gobierno ha aprobado una serie de ayudas destinadas a compensar los efectos de la guerra de Ucrania en los costes de producción de la agricultura, la ganadería, la pesca y el transporte. En concreto, el Consejo de Ministros acordó el pasado 27 de diciembre una partida de 660 millones al sector primario, así como la prórroga de la bonificación del combustible para el transporte profesional por carretera.
Unos 300.000 agricultores se beneficiarán de una partida de 300 millones de euros, a razón de 22 euros por hectárea de secano y 55 por hectárea de regadío hasta un máximo de 300 hectáreas, mientras que agricultores, ganaderos y pescadores seguirán contando con la ayuda de 20 céntimos por litro de gasóleo –unos 120.000 agricultores y ganaderos y alrededor de 8.900 buques pesqueros se beneficiarán de esta medida–.