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Trenes fabricados en Albuixech con tecnología desarrollada por ingenieros valencianos recorren las vías de medio mundo

La planta de Stadler en la localidad valenciana de Albuixech.

Miguel Giménez

València —

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El tren está en un momento dulce, ya que es un medio de transporte adecuado para adaptar la movilidad a la lucha contra el cambio climático -el tren es un medio de transporte poco contaminante y con una vida útil de unos 30 años-, y la Comunitat Valenciana es un referente a nivel mundial para la industria ferroviaria, ya que en tierras valencianas se desarrolla tecnología que recorre las líneas férreas de numerosos países en medio mundo, en tramos urbanos y regionales.

La multinacional suiza Stadler dispone en la localidad valenciana de Albuixech de una planta -200.000 metros cuadrados- donde se construyen transportes ferroviarios que se distribuyen a los cinco continentes. Se trata de trenes que se desarrollan íntegramente en la Comunitat Valenciana, desde el diseño y la fase de ingeniería hasta la construcción y el ensamblaje de las unidades, para ser vendidos a países como Estonia, Suiza, Alemania, Reino Unido, Australia... Recientemente ha adquirido -por medio de alquiler a su propietario, Acciona- una nave en la localidad castellonense de la Vall d'Uixò que se destinará al ensamblaje de los convoyes.

A pesar de que la propiedad de las instalaciones valencianas corresponde a la empresa suiza, la fábrica de Stadler en València tiene una antigüedad de 126 años en tierras valencianas. La factoría original se inauguró como Talleres Devís en Marchalenes (València) y desde entonces ha pasado por diversas etapas, desde la autogestión por parte de los sindicatos durante la Guerra Civil, a su paso a Macosa. A finales del pasado siglo fue adquirida, primero por parte de la francesa Alstom en 1989 y después, en 2005, por la alemana Vossloh, y en 2016 la adquirió su actual propietario.

La planta de Albuixech construye locomotoras -las más potentes de Europa-, tranvías, metros y trenes tram -capaces de adaptarse a tramos urbanos y recorridos regionales-, un producto del que no disponía Stadler. Además, en Valencia se controla toda la cadena de valor, desde la ingeniería hasta la fabricación, el montaje y las pruebas del material rodante.

La empresa tiene en Valencia una plantilla de unos 1.800 empleados -400 de ellos, ingenieros formados en la cátedra Stadler de la Universitat Politècnica de València-, aproximadamente el 80% de ellos valencianos, a los que habrá que sumar otros 150 aproximadamente que trabajarán en las instalaciones de la Vall d'Uixò, lo que significa que en cuatro años se ha incrementado la plantilla en un 120%. Las instalaciones de Valencia también cuentan, desde finales del pasado año, con un centro de formación profesional para unos sesenta alumnos especializado en los oficios específicos que requiere la planta. Se trata de una evolución después de que hace una década impulsaran el primer programa piloto de FP dual con diferentes centros de valencianos de formación profesional.

La cartera de pedidos de Stadler Valencia a 31 de diciembre pasado alcanzaba los 5.190 millones de euros (desarrollan más de 650 unidades ferroviarias para ocho países), lo que supone un incremento del 229% desde 2018. Precisamente, en los últimos tiempos la planta valenciana ha conseguido dos grandes contratos. El primero de ellos, la adjudicación por 1.700 millones de euros para la construcción de más de 500 trenes tram (siguiendo el modelo del tren Dénia-Alicante) para un consorcio formado por cuatro ciudades alemanas y dos suizas (VDV). Se trata del mayor contrato en la historia de Stadler que además les puede permitir establecer un estándar de movilidad ferroviaria en Europa. El segundo gran contrato es el suscrito con Renfe, que contempla la construcción de 57 trenes, más 44 opcionales, por 998 millones de euros.

Además, Albuixech fabrica una locomotora trisistema, capaz de funcionar con batería, a diésel y en líneas electrificadas, para Inglaterra y está desarrollando también tecnologías como las baterías o el hidrógeno, para territorios con poco nivel de electrificación en sus vías.

Incertidumbres

El presente de la fábrica valenciana augura un futuro cercano muy esperanzador, con una cartera de pedidos muy importante y un crecimiento (casi) exponencial -en las últimas décadas se han invertido 130 millones de euros en las instalaciones de Albuixech-. En los próximos años, la producción está asegurada con una cartera de pedidos considerable. Sin embargo, este crecimiento actual no implica el mantenimiento futuro de la carga de trabajo. Teniendo en cuenta que la vida útil de los trenes es de unos treinta años, los pedidos actuales descartan nuevas encomiendas a corto y medio por parte de los actuales clientes (Renfe, el consorcio suizo-alemán...), de forma que la viabilidad de la industria ubicada en la comarca de l'Horta Nord estará condicionada a la consecución de nuevos clientes que apuesten por la tecnología valenciana.

El 'milagro' Stadler

Stadler es una empresa suiza fundada en 1942. En 1989 fue adquirida por Peter Spuhler, cuando contaba con apenas dieciocho empleados. En 1995, Stadler fabrica su primer tren y en 2005 aparece el Flirt, el considerado mejor tren regional del mundo. Actualmente, la multinacional suiza cuenta con cerca de 14.000 empleados en todo el mundo; tiene catorce fábricas distribuidas por Suiza, Chequia, Polonia, Alemania, Bielorrusia, Hungría, Estados Unidos y España; y ha pasado de facturar cuatro millones de francos suizos a 4.000 millones (en 2019 salió a bolsa).

La multinacional fabrica todo tipo de ferrocarriles hasta la alta velocidad -250 kilómetros por hora es el transporte que se considera más eficiente- y ha desarrollado más de 10.000 vehículos que recorren las vías de 43 países en todo el mundo.

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